Hagi Agha pide a los americanos que controlen de cerca a la Policía afgana que acaba de establecer un puesto de control en la aldea. Los agentes van a las tiendas y se llevan los productos sin pagar. Un problema más de los que cada semana plantean las «shuras» (consejos) locales a los mandos. Mientras Hamid Karzai viaja a Washington a reunirse con Barack Obama, en el sur de Afganistán se encuentran líderes de las comunidades con las fuerzas extranjeras.
Después de nueve años de fracasos, la comunidad internacional sigue con lupa el plan liderado por Estados Unidos, y personificado en la figura del presidente Barack Obama, para reconducir la guerra. Con las tropas americanas retirándose de Irak, la victoria contra Al Qaida en Afganistán es primordial. Estos son algunos puntos clave del plan que ejecutan los mandos sobre el terreno, y que trasladan a los ancianos locales. Sin cascos, sin chalecos, pero sin alejarse demasiado del arma, quieren escuchar y ayudar.
Plazo de retirada. Por primera vez se fija una fecha de abandono del país. Obama marcó un plazo de dieciocho meses para mejorar la seguridad y la gobernabilidad. Expira en el verano de 2012.
Aumento de tropas. Estados Unidos desplegará 30.000 nuevos soldados para el final del verano. Serán 98.000 en total. Casi la mitad se concentrarán en la provincia de Kandahar. El resto de países aliados en la misión de ISAF (misión internacional de apoyo al gobierno afgano) enviarán 9.000 hombres, que completan 46.500 efectivos. Menos de los que pedían los generales, pero un gran esfuerzo tras nueve años en los que Irak era el protagonista.
Entrenamiento afgano. Una de las claves para una posible salida está en el despliegue de fuerzas afganas por todo el país. El Ejército Nacional Afgano podría llegar a los 134.000 soldados este verano y la Policía a 109.000. Reciben armamento OTAN y se ha intensificado el trabajo conjunto en las bases: la última operación en Helmand fue bautizada como «Moshtarak», «juntos» en dari. El presidente Karzai marcó un plazo de cinco años para controlar el país.
La estrategia de McChrystal. La OTAN ha ordenado nuevas normas para la protección de los civiles. Su puesta en marcha no ha frenado el incremento civiles muertos por parte de las fuerzas OTAN en los primeros seis meses del año, y ha despertado el recelo en una tropa obligada a asumir más riesgos. Se han limitado los bombardeos y las redadas nocturnas.
Ultimátum a Karzai. Obama se la juega con un presidente lastrado por la corrupción de su gabinete, la presencia de señores de la guerra en las carteras más importantes y el fraude producido en las últimas elecciones. Washington ha ordenado poner fin a la corrupción y Karzai ha respondido reorganizando su gabinete y creando un órgano que persiga a los corruptos.
Los distritos «clave». Todo el país no está en guerra. Estados Unidos apunta a 80 distritos como lugares «clave» que hay que limpiar de talibanes. Otros 41 son lugares «de alta influencia» a proteger.
Llegada de civiles. Obama calificó su plan de «cívico-militar. Se ha triplicado el número de personal civil, casi un millar. Expertos en desarrollo agrícola, gobernación o construcción llegan al país para aportar sus conocimientos.
Ofensivas en Pakistán. Para acabar con el santuario de los talibanes al otro de la frontera se han intensificado los ataques con aviones no pilotados en colaboración con Islamabad, y se ha logrado que Pakistán mantenga desplegados a más de cien soldados a lo largo en su frontera norte. Los paquistaníes han lanzado dos grandes operaciones -en Swat y Waziristán del Sur- y detenido a varios líderes insurgentes.
Lucha contra los IED. Estados Unidos quiere acabar con los artefactos explosivos improvisados de la insurgencia. Para ello ofrece entrenamiento específico a los aliados antes de su despliegue y les presta sus nuevos vehículos blindados. Los «humvees» serán usados por las fuerzas afganas.
Acabar con el narcotráfico. El opio es la mayor fuente de financiación de la insurgencia. Para su erradicación se destruirán plantaciones y se promoverán cultivos alternativos a los campesinos que viven de la adormidera.
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