Por Jerome Taylor *
Quizá debiera llamarse el año de la filtración. Lo que comenzó como un constante goteo a comienzos de año se multiplicó en un tsunami de datos mientras Wikileaks causaba sacudones en el mundo con una serie de sensacionales revelaciones que culminaron con la publicación de un cuarto de millón de archivos secretos del Departamento de Estado de Estados Unidos. Durante cuatro años, la plataforma denunciante fundada por el ex hacker convertido en el adalid de la transparencia Julian Assange había publicado filtraciones que iban desde la profunda corrupción en Kenia a los mundanos correos electrónicos de Yahoo de Sarah Palin.
Pero en 2010 Wikileaks se convirtió en un fenómeno global genuino, mientras la organización de Assange daba a conocer una serie de revelaciones críticas sobre Estados Unidos –cortesía de un descontento analista de inteligencia del ejército que supuestamente pudo bajar un tesoro de información secreta y contrabandearla en un CD de Lady Gaga–.
El año de la filtración comenzó en abril con Asesinato colateral, un video de un helicóptero Apache estadounidense disparándole a un grupo de hombres armados y desarmados en Bagdad, incluyendo a dos periodistas de Reuters. Con fría precisión los hombres fueron eliminados en un remolino de acero blanco caliente. Cuando una camionera de civiles con dos niños llegó para trasladar a las víctimas al hospital, también se le disparó. El video fue una revelación clave porque desacreditaba la historia oficial del ejército de Estados Unidos sobre lo que pasó ese día. Pero también puso a Wikileaks en los sitios del gobierno estadounidense que prometieron vengarse de los que filtraban, arrestando a la supuesta fuente y convirtiendo a Assange en el enemigo público número uno en el Capitolio.
Sin inmutarse, Wikileaks siguió adelante con su próxima revelación, la publicación de 75.000 informes de campo de batalla del ejército estadounidense en Afganistán. Washington condenó la revelación diciendo que ponía a los soldados y a los civiles en peligro. Los grupos de derechos humanos elogiaban algunas de las revelaciones que se conocieron en los blogs de la guerra, pero condenaron a Wikileaks y a sus socios en los medios por no redactar los nombres de los civiles que trabajaban con de la OTAN en Afganistán.
Tres meses después, 400.000 archivos de guerra sobre Irak fueron publicados en lo que fue descripto como “la mayor filtración de documentos clasificados en su historia”. Los halcones en el Capitolio se enfurecieron y por primera vez se habló de arrestar o asesinar a Assange. Pero todas las filtraciones previas empalidecieron frente a la publicación de 240.000 cables secretos de las embajadas de Estados Unidos en el mundo.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
Assange dice que en EE.UU. “sería asesinado como Jack Ruby”
Fuente: ANSA
Julian Assange, fundador del sitio Wikileaks, consideró hoy que en caso de ser extraditado a Estados Unidos tendría ”grandes posibilidades” de terminar como Jack Ruby, el hombre que mató a Lee Harvey Oswald, el acusado de asesinar al presidente John F. Kennedy.
El fundador de Wikileaks, de 39 años, lo declaró en una entrevista al diario británico The Guardian, uno de los asociados al portal en la publicación de cables secretos diplomáticos estadounidenses.
Assange recordó que su destino “está en las manos de (el premier británico, David) Cameron”, puesto que tras ser detenido y liberado bajo fianza en Londres espera saber si será extraditado a Suecia, donde es acusado de delitos sexuales.
Ruby, ligado a los ambientes de la mafia estadounidenses pese a la ausencia de pruebas sobre su vínculo con alguna familia, asesinó a Oswald 48 horas después de la muerte de JFK, mientras el joven ex marine era trasladado por la policía a la cárcel.
Condenado en primera instancia a la pena de muerte, Ruby murió en el Hospital Parkland en 1967 (el mismo en el que fue decretada la muerte de Kennedy y Oswald) por un tumor que le había sido diagnosticado un año antes.
En diversas ocasiones, Ruby habló de un complot para “hacerlo callar” e insinuó que la enfermedad le había sido “inoculada”.
Sin embargo, Assange subrayó que “sería políticamente imposible” para Gran Bretaña extraditarlo a Estados Unidos enfatizó que Londres tiene “el derecho de no extraditar por crímenes políticos”.
“El espionaje es un clásico caso de crímenes políticos, depende de la discreción del gobierno británico si aplica esta excepción o no”, resaltó el australiano al Guardian.
El fundador de Wikileaks añadió que “hay un nuevo gobierno, que quiere demostrar que todavía no se ha asociado a Estados Unidos”, al argumentar que Cameron y su vicepremier, Nick Clegg, están en una posición más fuerte para resistir un pedido de extradición de Washington.