Buques norteamericanos comienzan a aprestarse para el patrullaje del Océano Glacial Ártico. Tal cometido les fue encomendado por el almirante Gary Roughead, jefe de Operaciones Navales de EEUU.
La presencia naval norteamericana en el Ártico, según el almirante, es indispensable en vista de la creciente amenaza de desestabilización en esta región. "Los estados y diversos grupos no gubernamentales desatarán una lucha competitiva por los recursos y las influencias", señaló.
La cosa no se ha limitado a exhortaciones. A fin de resolver la tarea señalada se crea ya una base especial. Gary Roughead comunicó que para estos objetivos se propone construir, por término medio, 10 buques al año. Constantín Símonov, director de la Fundación de Seguridad Energética Nacional, en entrevista a La Voz de Rusia caracterizó así estos preparativos:
EEUU adelantan una línea a la activa militarización del área. Hablando con propiedad, los últimos acontecimientos son lejos de ser los primeros desde el punto de vista del reforzamiento de la presencia militar de EEUU en el Ártico. Allí se crea una red de radares. Lo mismo pasa en Canadá. En este plano EEUU y Canadá operan en un grado bastante solidario.
Los recelos en cuanto a desestabilización en el Ártico, que alega el almirante Roughead, dejan perplejos a los expertos. Lo más probable es que EEUU se involucren en la lucha por el Ártico. Esta lucha se acentúa debido al agotamiento de los recursos energéticos mundiales. El Océano Glacial Ártico es la última región de la Tierra que sigue intacta prácticamente. Sus recursos, según estimaciones de los geólogos, son muy considerables. Debajo del fondo oceánico se encuentra una cuarta parte del crudo y del gas del planeta. Y en la competición por su explotación entran no solo los estados litorales sino, asimismo, países que distan mucho del ártico.