Una serie de íconos militares, entre los que se incluye el avión de combate Harrier Jump Jet, se están dejando de usar en el Reino Unido debido a recortes de presupuesto. Para un pequeño ejército de comerciantes y aficionados, esto representa una oportunidad única de adquirir un pedazo de historia.
Un gato con rayas oscuras corretea mientras un potente motor Jaguar ruge.
El Sabre-uno de los vehículos más rápidos jamás operados por el ejército británico- se mueve tortuosamente en torno a un patio trasero donde apenas cabe.
Con la cabeza asomanda por una pequeña escotilla, Shaun Mitchell, controla el vehículo.
Mitchell es parte de un pequeño grupo de entusiastas que compra y restaura vehículos militares.
Su colección incluye un camión de la II Guerra Mundial, un vehículo de reconocimiento Ferret,un vehículo blindado, del que es copropietario, y un cañón antiaéreo, además del Sabre.
La mayoría de las piezas las guarda en la parte trasera de su casa en West Lynn, Norfolk, en Inglaterra.
"A diferencia de los autos clásicos, el trabajo con cada vehículo militar es completamente diferente, y uno obtiene mucho más dinero por la inversión", dice.
¿Tanques a la venta?
Pronto, Mitchell y otros entusiastas podrían hacerse de nuevos íconos militares.
En la Revisión Estratégica de Defensa, de octubre pasado, se anunció que el gasto en las fuerzas armadas británicas se reduciría en el 8% en cuatro años.
Los recortes incluyen dejar fuera de servicio toda la flota Harriery el 40% de los tanques del ejército.
El destino de todos esos equipos lo decidirá en gran medida por la Autoridad de Servicios de Eliminación (DSA, por sus siglas en inglés), el organismo responsable de la venta de equipos que el ejército ya no quiere.
Desde 1993, la DSA ha recaudado el equivalente a US$1.400 millones para el Ministerio de Defensa por concepto de ventas que van desde destructores hasta envases de agua.
El grueso de las ventas se hizo a ejércitos extranjeros, pero cuando no hay interés fuera de las fronteras, la DSA apela a los distribuidores en el Reino Unido.
Eso ayuda a que comerciantes de vehículos como Marcus Glenn, de Lincolnshire, potencien su negocio y atraigan a coleccionistas.
"Por unos pocos miles de libras esterlinas, uno se puede hacer de un equipo que una vez costó medio millón", explica.
Glenn añade que cualquiera puede poseer un vehículo que tuvo uso militar.
Con sus armas desactivadas y equipos peligrosos eliminados, no hay restricciones para la compra de ese tipo de vehículos.
"Cuatro amigos podrían comprar un tanque antiguo y conducirlo en un terreno baldío un fin de semana. Es el juguete soñado de muchos".
Trofeo en el jardín
Pero lo que Chris Wilson, de la firma Jet Art Aviation, está vendiendo es diferente.
En lo alto de una colina cerca de Halifax, West Yorkshire, un avión Harrierbrilla bajo el sol de invierno.
Incluso sin su motor y con sus armas desactivadas, ofrece una vista, por lo inusual, impresionante.
También fue inusual ver el Harriera la venta en el sitio de subastas en internet eBay, aunque fue retirado cuando los administradores determinaron que la transacción contravenía sus políticas.
Las apuestas en eBay, para el momento en que retiraron el avión, superaban los US$145.000.
"Lo definieron como sistema de envío de armas, dice Chris. "Pero ahora no es capaz de enviar ni una pizza".
Chris, ex militar, comenzó como coleccionista de piezas de aeronáutica, pero la afición terminó convirtiéndose en un trabajo a tiempo completo.
Su séptimo Harrierle tomó un año para poderlo restaurar, después de comprárselo a un museo.
Y probablemente la nave se convertirá en trofeo de algún hombre de negocios.
Es probable que muy pocos de los ingenieros y personal aeronáutico que trabajaron en la creación del equipo -alguna vez a la vanguardia de la tecnología y motivo de orgullo del ejército británico, hayan imaginado la segunda vida del avión... como un adorno de jardín.