El desencuentro entre Argentina y el Reino Unido por las islas Malvinassubió hoy de tono en la ONU, donde Buenos Aires denunció que los británicos han introducido armas nucleares en el Atlántico Sur, como ejemplo de la "militarización" a la que Londres somete a la región desde sus posesiones "coloniales".
El canciller de Argentina, Héctor Timerman, acudió a las Naciones Unidas a transmitir la protesta de su Gobierno por el destacado aumento de la presencia militar británica en toda la región, donde, según aseguró, Londres ha introducido armas nucleares en varias ocasiones desde hace años.
El ministro, que repitió en varias ocasiones que busca el diálogo con el Reino Unido, denunció que Londres ha violado el Tratado para la Prescripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe (Tlatelolco) de 1967, que permite a la región estar libre de armamento nuclear, y "se niega a dar explicaciones" por ello.
"La información que tiene Argentina es que ellos han introducido armas nucleares en el Atlántico Sur y no es la primera vez", dijo ante la prensa Timerman, quien aseguró que, "en el marco del reciente despliegue militar británico en Malvinas", Londres ha enviado un submarino nuclear a la región.
La denuncia del canciller argentino fue tildada de "basura" por parte del embajador británico ante la ONU, Mark Lyall Grant, quien se negó a comentar "públicamente" si su país ha desplazado submarinos nucleares a la región y negó rotundamente que su país haya militarizado el Atlántico Sur.
Ban Ki-moon trata de apaciguar los ánimos
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, pidió este viernes a Reino Unido y Argentina que resuelvan su nuevo altercado sobre la soberanía de las islas Malvinas para “evitar una escalada en esta disputa y para resolver las divisiones de forma pacífica y a través del diálogo”, a dos meses de que se cumpla el 30º aniversario de la guerra que enfrentó a ambos países por ese territorio de cerca de 2.500 habitantes censados.
Ban se encontró en la sede de la ONU en Nueva York con el ministro de Asuntos Exteriores argentino, Héctor Timerman, y “expresó preocupación por los intercambios, cada vez más fuertes, entre Buenos Aires y Londres por el asunto”, según un comunicado oficial del organismo internacional. Por su parte, Reino Unido aseguró que “no está militarizando” el Atlántico Sur.
“Los habitantes de las Malvinas son británicos por elección. Son libres de decidir sobre su futuro y no habrá negociaciones con Argentina sobre la soberanía a menos que lo deseen los isleños”, replicó un portavoz del Ministerio de Exteriores británico en Londres, informa Efe.
Previamente, el martes, la presidenta argentina, Cristina Fernández, había anunciado que protestará ante el Consejo de Seguridad de la ONU por el envío a las islas de uno de los buques de guerra más avanzados de las Fuerzas Armadas británicas, el Dauntless. El Gobierno de Gran Bretaña había anunciado su envío la semana pasada, dos días antes de la llegada a las islas del príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión al trono, para una instrucción militar de mes y medio.
El 2 de abril se cumplirán 30 años de la invasión argentina bajo la Junta Militar liderada entonces por el general Leopoldo Galtieri, de las islas Malvinas, reclamando su soberanía. Previamente, la primera ministra británica, Margaret Thatcher, había ordenado la retirada del único buque de guerra británico en el Atlántico Sur, el Endurance, dentro de una serie de recortes en el gasto público. Aquello animó a la Junta en su propósito de invadir las islas.
Thatcher lo consideró una declaración de guerra. Envió inmediatamente un destacamento de buques de guerra británicos al Cono Sur y creó un gabinete de crisis que presidía a diario desde su residencia de Downing Street en Londres. En poco más de dos meses de guerra enviaría a las Malvinas un centenar de barcos y más de 26.000 soldados. Aunque EE UU trató de convencer inicialmente a Thatcher para que buscara una solución negociada, esta se negó a escuchar uno solo de los argumentos de la dictadura argentina.
Argentina se rindió después de 74 días de guerra. Ambos países solo restauraron sus relaciones diplomáticas en 1989.