Amnistía Internacional pide juzgar al ex presidente de Estados unidos por reconocer que aprobó esas prácticas como interrogatorios
LONDRES, INGLATERRA (10/NOV/2010).- El ex presidente estadounidense George W. Bush afirmó que autorizó el recurso a la asfixia simulada para sacar por la fuerza información a Jalid Sheij Mohammed, considerado el cerebro de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, y dice que fue la decisión “correcta”.
“Fue difícil desmoronarlo, pero cuando lo hizo, nos reveló muchas cosas, en particular un proyecto de atentado con ántrax contra estadounidenses”.
El mandatario presentó ayer sus memorias tituladas “Puntos de decisión”, y afirma que “capturamos a ese tipo, el principal agente operativo de Al Qaeda, que había matado a tres mil personas”, y agregó: “Considerábamos que tenía información sobre otro ataque. Pero él nos dice que sólo hablará con nosotros en presencia de su abogado. Y yo pregunto: ¿qué opciones teníamos que fuesen legales?”
El ex presidente también hablo con el diario británico “The Times”, y reconoció que además de Jalid, dos personas más fueron sometidas a esas prácticas.
“Esos interrogatorios ayudaron a frustrar los complots para atacar sedes diplomáticas norteamericanas en el extranjero, el aeropuerto de Heathrow y Canary Wharf, en Londres así como toda una serie de objetivos en Estados Unidos”.
Amnistía Internacional (AI) llamó al Gobierno estadounidense a enjuiciar a Bush por su “confesión”. “La confesión del presidente Bush es suficiente para desencadenar la obligación internacional que tiene Estados Unidos de investigar y demandarlo ante la justicia”, dijo Rob Freer, dirigente del organismo de derechos humanos.
En su libro el ex presidente también relata que le ordenó al Pentágono hacer un plan para atacar a Irán debido a su programa nuclear, algo que luego archivó debido a que la Inteligencia estadounidense concluyó que los iraníes no buscaban dotarse de armas de destrucción masiva. “Le ordené al Pentágono estudiar qué sería necesario para un ataque”.
VISIÓN DE EX MANDATARIO
Anécdotas con líderes
Vicente Fox:
Bush asegura que el ex presidente Vicente Fox no sólo deseaba un plan de trabajo temporal, sino legalizar a todos los mexicanos en Estados Unidos. “Le dejé en claro que eso no ocurriría. Yo creía que la amnistía –convertir a indocumentados en ciudadanos automáticamente—, socavaría el Estado de Derecho y alentaría la inmigración ilegal”.
Tony Blair:
El ex primer ministro británico fue “el socio más cercano y el mejor amigo en el escenario político mundial”, escribió Bush. Después de aceptar el cargo de enviado del Cuarteto (Estados Unidos, ONU, Rusia, y la UE) para la paz en Medio Oriente, Blair le dijo a Bush: “Si gano el Premio Nobel de la Paz, sabrás que he fallado”.
Silvio Berlusconi:
Un día después del 11 de setiembre de 2001, el primer ministro italiano le dijo a Bush que los atentados contra Washington y Nueva York lo hicieron “llorar como un niño, desconsoladamente”.
Hu Jintao:
El presidente chino, a quien define como alguien “con una conducta flemática y una aguda mente analítica”, una vez le dijo que lo que no lo dejaba dormir era la necesidad de crear cada día 25 millones de nuevos puestos de trabajo. “Fue una señal de que se trataba de un líder práctico, no en un ideólogo capaz de provocar líos en otros países”.
Kim Jong-il:
Tratar con el líder norcoreano “me hacía acordar a cuando criaba a mis hijas”, que tiraban al piso la comida para llamar la atención. “Estados Unidos está harto de juntar su comida”, le dijo Bush una vez a sus consejeros, según sus propias palabras.
Angela Merkel:
La canciller alemana es “digna de confianza, entrañable y cariñosa”. También escribe que es completamente lo contrario a su predecesor, Gerhard Schroeder, a quien de haber sido desleal en el asunto de la invasión a Iraq, para la cual habría comprometido su apoyo, pero luego en campaña de reelección se pronunció absolutamente en contra.
Vladimir Putin:
“El ex presidente y actual primer ministro era a veces altanero, a veces encantador, siempre duro”. Al parecer, llegó a alardear de tener un perro más grande que el de Bush, ante lo cual el primer ministro canadiense, Stephen Harper, comentó: “Por suerte sólo te mostró a su perro”.
EXTRACTOS
“Puntos de decisión”
En su libro, George W. Bush afirma que derrocar a Saddam Hussein “fue una buena decisión” porque “a pesar de todas las dificultades que siguieron, Estados Unidos está más seguro sin un dictador asesino que intenta dotarse de armas de destrucción masiva y apoya el terrorismo en el corazón de Medio Oriente”.
El presidente tampoco se arrepiente de ordenar la invasión de Iraq con el pretexto de que había armas de destrucción masiva. “Nadie estuvo tan descorazonado y furioso como yo cuando no se encontraron las armas”. Afirma que volvería a invadir el país árabe para “defender a los estadounidenses”.
Bush no olvida al presidente Hugo Chávez, y escribe que la democracia venezolana ha dado pasos hacia atrás durante su mandato gracias a sus sermones de “antiamericanismo de línea dura” y “populismo de pacotilla”. También afirma que “tristemente los líderes de Nicaragua, Bolivia, y Ecuador, han seguido el mismo ejemplo”.
Sostiene que la reforma migratoria estuvo a un voto o dos de ser aprobada en 2007, pero que el líder de la mayoría demócrata, Harry Reid, decidió no dar más tiempo para aprobar la legislación en el Senado.
También escribe que le hubiera gustado atrapar el zapato que le lanzó el periodista Muntazer al Zaidi durante su última visita oficial a Bagdad. “Ojalá hubiera atrapado la maldita cosa”. Bush bromea al afirmar que “El tipo tenía el brazo entrenado”. Agrega que “esa fue una de las experiencias más inusuales que he vivido”.
La frase
“La confesión del presidente Bush es suficiente para desencadenar la obligación internacional que tiene Estados Unidos de investigar y demandarlo ante la Justicia”
Rob Freer,
dirigente de Amnistía Internacional.