Provee de asesoría técnica al ejército de Bachar, que les permitió asentarse en Tartous; negocios ascienden a 1,500 mdd
Altos funcionarios rusos reiteraron ayer que su país no dejará de proporcionar armas a Siria y que vetará en el Consejo de Seguridad de la ONU el actual proyecto de resolución de Marruecos sobre Bachar el Asad.
Según algunos cálculos, el 10 por ciento de la venta global de armas rusas tiene como destino Siria y se calcula que los actuales contratos tienen un valor estimado de mil 500 millones de dólares.
Moscú es el único aliado del régimen de El Asad, y afirmó que sólo apoyaría la determinación de la Liga Árabe y la ONU, si el documento deja claro que no habrá una intervención militar como la llevada a cabo contra El Khadafi en Libia, una posibilidad planteada por los rebeldes que luchan contra el Ejército de El Asad.
El 10 de enero un buque de carga ruso lleno de contenedores del principal exportador de armas del país efectuó una parada no programada en el puerto de Limassol en Chipre.
Los antecedentes de los nexos entre Rusia y Siria sobre armamento se remontan a noviembre de 2011, cuando seis barcos de guerra rusos ingresaron a aguas territoriales sirias.
“Los buques de guerra transportaban, entre otras cosas, asesores técnicos que ayudarán a los sirios establecer una matriz de S-300 misiles de Damasco”, reveló un informe en la sede en Londres en lengua árabe Al-Quds Al Arabi.
“Junto con los misiles, el informe dice que Rusia ha instalado sistemas avanzados de radar en todas las principales instalaciones militares sirios e industrial. El sistema de radar también cubre las áreas al norte y el sur de Siria, donde será capaz de detectar movimientos de tropas o aviones hacia la frontera con Siria. Los objetivos de radar incluyen la mayor parte de Israel, así como la base de Incirlik militar en Turquía, que es utilizado por la OTAN”, señaló el informe.