El presidente de Georgia M.Saakashvili continúa balando como una oveja ante Occidente ya que durante la reciente visita del secretario general de la OTAN, Anders Fog de Rasmussen, a Georgia, el líder georgiano ha invitado nuevamente a la alianza a utilizar a su país como punto de transbordo para el transporte de las cargas militares a Afganistán. Hace unos seis meses los estrategas norteamericanos ya habían recibido de Tbilisi la misma propuesta, pero no han dado crédito a la oferta de Saakashvili. ¿Vamos a ver que pasara esta vez con esta nueva loca propuesta?
Es evidente que el presidente georgiano continúa acechado por los sueños euroatlánticos. En realidad, para Saakashvili, le faltan muchos años luz para alcanzar los estándares de la OTAN. Pero hay otro modo de entrar por la puerta entreabierta por Rasmussen – ganarse los favores de la alianza. Como resultado, la persecución del sueño de Saakashvili comienza a volverse contra la república, por las víctimas humanas: cinco pacificadores georgianos han muerto en los combates con los terroristas, que no le han hecho a Georgia absolutamente nada.
Anders Fogh de Rasmussen, Secretario General de la OTAN
Al parecer estas pérdidas, para las ambiciosas autoridades del país no son suficientes. Casi mil de los pacificadores estan en Kabul y Kandahar para que Saakashvili anhele conquistar el derecho a la pertenencia mítica en la OTAN. Con una persistencia digna de admiración, el presidente de Georgia continúa insistiendo en la incorporación de todo su territorio en la operación militar antiterrorista. Saakashvili esta listo a conceder a las fuerzas de la alianza los puertos marítimos y los aeropuertos georgianos para el reabastecimiento y el mantenimiento técnico de aviones de transporte militar.
Para Saakashvili no importa que la guerra de los estadounidenses contra los terroristas continúe por ocho años más, y a pesar de los esfuerzos de la OTAN y de sus socios durante los últimos tiempos, la situación en la región sólo se ha agudizado. El líder georgiano propone a Washington que Georgia sea usado gratuitamente en bien de la democracia occidental.
Algunos expertos creen que la proposición de Saakashvili es un paso simbólico por medio del cual muestra las simpatías a la OTAN y a los Estados Unidos. A su turno Obama ya no ve realmente la necesidad de los campos de operaciones georgianos ya que la presencia directa norteamericana en Afganistán es arrolladora.
Probablemente algunos pueden aducir que Afganistán es bien conocido para Georgia ya que la república participaba en las operaciones en su territorio, desde septiembre hasta diciembre de 2004, en donde prestaban servicio medio centenar de militares georgianos. Pero en primer lugar, la situación de hace seis años no era la actual, y en segundo lugar 150 soldados no es un millar. No da optimismo el trabajo de los instructores norteamericanos que entrenaban a los pacificadores georgianos durante la preparación para las operaciones de combate en Afganistán. Estos conocimientos no han salvado al coronel Ramaza Gogiashvili, al teniente Muhrana Shukvani, al sargento David Tsetshladze, a los cabos Gueorgui Kolhitashvili y Nugzara Kalandadze que han muerto por culpa de Saakashvili.
Si la OTAN se acopla a la proposición del líder georgiano y comienza a usar la república en calidad de campo de operaciones, Georgia, por la imprevisión de su propio gobernante, podría ser arrastrada a unas operaciones mucho más serias, que una patrulla en Afganistán. Ya que los terroristas vengan y vengan a la gente comun por culpa de los gobernantes que aceptan las decisiones. La monstruosa lógica del kamikaze, hace a los condenados a muerte llevarse consigo las vidas de personas inocentes. ¿Reflexionaba sobre esto Mijaíl Saakashvili al mostrar la intención de incorporar su país a la lucha con “Eje del Mal”? ¿O ha decidido no quedarse simplemente afuera, después de que Washington ha agradecido a Moscú por haber abierto el “pasillo norte” de Rusia?
Notaremos que en la sociedad georgiana, la reacciòn al envío de los militares georgianos a la guerra fue desde el principio, ambigua. Los laboristas hace un año se opusieron a la participación en esta guerra ajena. Después de las primeras víctimas ellos argumentaron fuertemente para hacer regresar a los soldados georgianos desde Irak y Afganistán.
La participación en la guerra, para las autoridades georgianas, es “la etapa técnica” con el fin de conseguir su entrada a la OTAN. Si hay más víctimas mortales, entonces habrá una mayor contribución de Georgia a la seguridad internacional y “la etapa técnica” terminaría con más éxito. Tal es la lógica cínica de la conducta de Saakashvili.
¿Pero cómo se sienten los mismos estadounidenses al respecto? Se han resignado hasta de sus propias pérdidas en Irak y Afganistán, habiendo creído en la misión del avance de la democracia y de la libertad en todo el mundo, aunque esto o fue pedido por nadie. Así que llevarán la muerte de los militares georgianos con ligereza. ¿Y como el pueblo georgiano se siente al perder otra vez hijos suyos en una lucha por intereses geopolíticos ajenos?
De la Redaccion de “Ares World Defense & Security”