Santiago Pedraz, titular del Juzgado Central de Instrucción número 1, ha decretado el procesamiento de tres militares norteamericanos por una "acción criminal" de la que resultó muerto el cámara de Telecinco José Couso en marzo de 2003 en Bagdad. El juez impone a los militares autores de la criminal agresión una fianza de un millón de euros que deben ser depositados en 24 horas. En caso contrario, el juez requiere el embargo de sus bienes.
Autor: T5
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En un Auto hecho público este miércoles, el juez Santiago Pedraz ha procesado finalmente por "acción criminal" al sargento de los Estados Unidos Thomas Gibson, al capitánPhilip Wolford y al teniente coronel Philip de Camp por el asesinato del cámara de televisión José Couso en Bagdad en marzo de 2003. El juez pide una comisión rogatoria a las autoridades norteamericanas "a fin de poner en conocimiento del Jefe del Cuartel General y Comandante de dicha 3ª División Buford Blount, y del Jefe de la 2ª Brigada de dicha División, Coronel David Perkins, los hechos y delitos que se les imputa, solicitando se les reciba declaración ya por dichas autoridades norteamericanas, ya por este Juzgado con o sin desplazamiento de los mismos o de la comisión judicial".
En los antecedentes, el juez Pedraz da por hecho que la persona que dio la orden directa de disparar al hotel Palestina, donde estaba alojado Couso y otros periodistas, fue el teniente coronel Philip de Camp, al mando del Regimiento de Blindados nº 64 de la Tercera División de Infantería Acorazada del Ejército norteamericano, transmitiendo la orden al capitán Philip Wolford, al mando de esa Unidad de Blindados que mató a Couso y a otros periodistas en Bagdad.
El juez Pedraz afirma también que fue el capitán Wolfor quien autorizó al autor material del disparo que acabó con la vida de Couso, el sargento Thomas Gibson, perteneciente a la Compañía "A" del Regimiento de Blindados nº 64. Y señala también: "Se ignora qué autoridad superior norteamericana (militar o política) planeó la operación de evitar que los medios de comunicación informaran [de la toma de Bagdad por tropas norteamericanas]; si bien la misma pudo ser dada para su ejecución al Jefe del Cuartel General y Comandante de dicha 3ª División Buford Blount, y sucesivamente al jefe de la 2ª Brigada de dicha División, Coronel David Perkins".
Muertes premeditadas
En el Auto del juez Santiago Pedraz se señala taxativamente que la muerte de Couso y otros periodistas aquel día en Bagdad fue premeditada, para evitar que se informara sobre las acciones que los militares norteamericanos pudieran hacer con la población civil iraquí.
El juez demuestra que eso es así, porque "desde varios días antes del comienzo de la ocupación la mayor parte de los medios de comunicación internacional se encontraban alojados en el hotel "Palestina" de Bagdad (uno de los edificios más altos y emblemáticos de la ciudad), adonde se habían trasladado por indicación del Pentágono estadounidense", y añade además que "el hotel estaba situado en la zona oriental del río Tigris, donde se encontraba la mayor parte de las áreas residenciales de Bagdad y, por tanto, habitada por población civil". Es decir, que no había combatientes del ejército iraquí, y que el mando norteamericano lo sabía. De ello se deduce que Estados Unidos mandó a la prensa destacada en Bagdad a una auténtica ratonera.
Y afirma también el juez Pedraz: "De otro lado, las sedes de televisión árabes Al Yazira y Abu Dhabi, ubicadas en edificios residenciales, se encontraban situadas en el otro margen del Tigris y al este del Puente Al Jumhuriya. Tanto Al Yazira como Abu Dhabi TV habían informado previamente a la invasión su ubicación exacta al Pentágono, marcando además sus sedes con grades letreros de Prensa. No consta que existieran otros lugares en los que se alojaran o trabajaran otros medios de comunicación".
Estados Unidos sabía, por tanto, de la existencia de prensa en lugares determinados, y que no había fuerzas militares iraquíes. No obstante lo cual, el juez Pedraz afirma en su Auto que "una de las misiones encomendadas a la citada División era evitar que los medios de comunicación internacionales informaran sobre las operaciones militares en curso en la toma de Bagdad", y dice que "a este fin previamente la 3ª División había bombardeado las sedes de las televisiones árabes citadas (una de ellas -Al Yazira- justo en el momento en que dos personas trataban de recolocar las cámaras en la parte superior), para luego y a primera hora de la mañana citada disparar con los carros a las mismas (se ametralló directamente la cámara de Abu Dhabi situada en el techo del edificio) consiguiendo así que no pudieran grabar lo que acontecía o fuera a acontecer y, con ello, emitir".
Como consecuencia de ese ataque premeditado y con alevosía a la prensa, "aparte de grandes daños materiales, causaron un muerto (el periodista Tarek Ayyoub) y dos heridos en la sede de Al Yazira".
El asesinato de Couso
Siguiendo un orden cronológico, Santiago Pedraz señala que seguidamente, y "para completar el plan", sobre las 11:00 horas aproximadamente, el carro de combate estadounidense "Abrams M1", perteneciente a la compañía "A", disparó un proyectil de 120 mm. contra el hotel Palestina, a la altura de la planta quince: "El periodista español de la cadena de televisión Telecinco, don José Manuel Couso Permuy, que se encontraba filmando desde la habitación 1403, fue alcanzado por la metralla procedente del estallido del proyectil, falleciendo pocas horas después en el Hospital Ibn Nafis, de Bagdad. Asimismo, perdió la vida en ese ataque un reportero de la agencia Reuters (Taras Protsyuk), que se encontraba en la planta superior, y resultando con heridas graves al menos otros tres periodistas (Samia Najul, Paul Pasquale y Faleh Kheiber)".
Lo más importante es que el juez reconoce taxativamente que "el citado carro contaba con elementos de visión con los cuales se podía apreciar con total claridad a las personas que se encontraban en ventanas y balcones en el hotel y los objetos que portaban". Es decir, que quienes mataron a Couso y a otro periodista e hirieron a varios más sabían perfectamente que estaban matando a periodistas y no a militares iraquíes.
¿Quién mató y quién dio la orden de matar?
Los autores de la "acción criminal" quedan claros, según Pedraz: "La persona que dio la orden directa de disparar al hotel fue el Teniente Coronel Philip de Camps, al mando del Regimiento de Blindados nº 64 de la Tercera División de Infantería Acorazada del Ejército norteamericano, quien transmitió la orden al Capitán Philip Wolford, al mando de la Unidad de Blindados. Este autorizó a quien materialmente efectuó el disparo, Sargento Thomas Gibson, perteneciente a la Compañía "A" del Regimiento de Blindados nº 64".
Ahora bien, las responsabilidades no se acaban ahí, aunque el juez Pedraz reconoce que "se ignora qué autoridad superior norteamericana (militar o política) planeó la operación de evitar que los medios de comunicación informaran; si bien la misma pudo ser dada para su ejecución al Jefe del Cuartel General y Comandante de dicha 3ª División Buford Blount, y sucesivamente al jefe de la 2ª Brigada de dicha División, Coronel David Perkins".