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Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
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Rusia devolvió a Irán la cantidad de 167 millones de dólares que había recibido por concepto de adelanto en la adquisición del sistema de defensa antiaérea S-300 que no entregó a ese país. La historia provocó serios comentarios en el mundo. No obstante, lo que le interesaba a los medios primero que nada era si se había pagado una multa, aunque una cuestión bastante diferente parecer ser de la mayor importancia: ¿Podría Teherán defender su espacio aéreo sin estos equipos?
Existen dos opciones posibles sobre la mesa en caso que Israel y Occidente ataquen a Irán. Una de ellas contempla ataques misilísticos lanzados por Tel Aviv seguidos por una consecuente respuesta de Irán. Luego la OTAN interviene actuando su papel favorito como “pacificador”. La otra, presupone un choque entre la V Flota operativa norteamericana y la marina iraní en el Estrecho de Hormuz. En ambos casos, es con aviones y misiles que atacarían a Irán, lo cual significa que en la defensa antiaérea recaerá la carga más pesada al repeler el ataque.
Este sería el escenario que las fuerzas armadas de los países de la OTAN para el cual se han entrenado durante los numerosos conflictos armados durante la última década. Ataques misilísticos y aéreos golpearían las defensas antiaéreas enemigas con el objeto de despejar el camino para golpear las instalaciones estratégicas, puestos de mando, las comunicaciones y otras instalaciones de infraestructura.
El ejemplo libio demostró que la supresión de la defensa antiaérea mediante municiones inteligentes aerotransportadas en conjunto con otros sistemas de ataque de última generación y los golpes continuados a los puestos de comando, instalaciones de control y comunicaciones, hacen posible alcanzar una victoria completa sin tener que realizar operaciones terrestres. Obviamente, semejante misión no sería tan fácil en el caso de Irán, ya que el éxito mismo de la operación depende en gran medida en la capacidad de la defensa antiaérea de Irán para repeler el primer ataque.
Digámoslo con franqueza, las cinco baterías de sistemas S-300 PMU-1 de defensa antiaérea (el contrato por 800 millones de dólares fue firmado el año 2007) no serían suficientes para defender todo el territorio de Irán, pero si algunos de sus recursos más importantes. Aun así, la sola existencia de los sistemas S-300 en el inventario iraní tendría inicialmente un poderoso efecto psicológico que influiría en la determinación de la OTAN para iniciar la agresión.
Las razones de Moscú para rescindir el contrato fueron bastante obvias: como se sabe, la Resolución N1929 adoptada por el Consejo de Seguridad de la ONU que impone sanciones contra Irán, fue adoptada en el mes de junio del 2010. Por primera vez el envío de armamento convencional hacia Teherán fue restringido, incluyendo misiles, tanques, helicópteros de ataque, aviones y navíos de combate. En el mes de septiembre el presidente Medvedev firmó una orden ejecutiva prohibiendo la entrega de los S-300 a Irán para cumplir con la resolución.
¿Qué debería hacer Irán bajo estas circunstancias? ¿Qué probabilidades habría de repeler un ataque aéreo? El gobierno iraní ha iniciado el fortalecimiento de su defensa antiaérea.
Por ejemplo, en el mes de noviembre pasado, se efectuaron ejercicios de defensa antiaérea en gran escala en la parte oriental del país, cubriendo un área de 800 kilómetros cuadrados, bajo la dirección del Brigadier General del Cuerpo Iraní de Guardias Revolucionarios, Farzad Ismaili, Comandante de la Base Aérea de Jatam-al-Anbiya. La misión consistía en repeler un ataque contra la república islámica. De acuerdo con informes de la dirección, las fuerzas armadas cumplieron exitosamente la misión. Como lo señalaron medios locales, el adversario condicional planeaba destruir las instalaciones estratégicas iraníes. El ataque fue realizado por vehículos aéreos no tripulados, aviones de combate y misiles crucero. La defensa antiaérea asestó un “poderoso y efectivo contragolpe haciendo que el enemigo se retirara”. Los nuevos radares iraníes, las defensas misilísticas (incluyendo modelos portátiles) y los sistemas de guerra electrónica fueron también probados.
Como lo informa la prensa, el recientemente desarrollado sistema portátil de defensa antiaérea fue probado para “defender el espacio aéreo y las instalaciones nucleares en caso de una intervención extranjera”. Este sistema demostró ser efectivo. Una de sus características más notables es su tamaño que hace posible que sea operado por un solo hombre.
Anteriormente, el ministerio de la defensa anunció que Irán estaba produciendo el sistema de defensa antiaérea Mersad para ser puesto en servicio. La agencia iraní de noticias FARS informó que a finales del mes de septiembre del año pasado se realizó la ceremonia de puesta en servicio en la Base Aérea de Jatam-al-Anbiya. Con anterioridad el sistema ya había sido probado exitosamente. El sistema consta de un misil Shahin que tiene un alcance entre 70 y 150 kilómetros. A comienzos de septiembre pasado, fue puesto en servicio el sistema de defensa antiaérea Shalamcheh de alcance intermedio en la misma base aérea. Alcanza una velocidad de Mach3 aunque no hay disponibles otros datos técnicos sobre este sistema. El ministro de defensa de Irán, Ahmed Wahid, señaló que el Mersad posee “una gran dinámica y es capaz de alcanzar blancos aun en un medio de alta interferencia electrónica. El sistema estará permanentemente integrado con radares y otros sistemas defensivos.
En todo caso, aun no queda claro si Irán posee el sistema S-300. Se ha dicho algunas veces que poseía cuatro sistemas. Se informó que compró dos de ellos en Bielorrusia y dos más en un país desconocido.
En el año 2008 se informó que Croacia vendió cuatro de estos sistemas hechos en Rusia. Israel insiste en que la información es fidedigna, haciendo hincapié en que el poderío militar iraní está creciendo y en consecuencia la amenaza, sin perjuicio que es bien conocido el hecho que estos sistemas son de carácter defensivo y no ofensivo. Europa y Estados Unidos ponen esta información en mucha duda. De todos modos, cuatro sistemas no hacen mucha diferencia.
Los aviones de combate interceptores también están en la agenda del gobierno iraní. En el mes de marzo del 2011 se supo que había inaugurado un nuevo programa de aviones de combate. En este proyecto se empleará en alguna medida la tecnología Saeqeh para aviones de combate. Los detalles no son conocidos aun. Se espera que tenga mejores características que el Saeqeh. El primer escuadrón de Saeqeh fue puesto en servicio en septiembre del 2010, su diseño está basado en el F-5E “Tiger II” que también emplea tecnologías del primer caza iraní Azarajsh.
Entre otros recursos de la defensa antiaérea iraní está el sistema S-200 que si plantea una amenaza importante a un potencial agresor.
Existen alrededor de diez sistemas en el inventario (el sistema fue adquirido a fines de los 80 comienzos de los 90). Según informes de la agencia Mehr, Irán produjo su propio misil para el sistema que fue probado con éxito en noviembre del 2010. No está claro si el S-200 está listo para el servicio como el entrenamiento de su personal.
En el 2006 Rusia entregó a Irán el sistema misilístico táctico TOR-M1 (29 sistemas y 800 misiles) diseñado para una división de infantería de defensa misilística antiaérea. Su alcance es de 12 kilómetros (6 kilómetros contra blancos aéreos). Este sistema puede ser empleado en la protección de recursos terrestres individuales.
Los otros sistemas de defensa antiaérea son el Rapier (por los menos 30 sistemas con un alcance de 6 kilómetros y 3 kilómetros contra blancos aéreos) en gran medida obsoletos; sistema S-75 (de 30 a 40 unidades con un alcance de 34 kilómetros y 27 kilómetros contra blancos aéreos).
Más de 150 unidades del sistema norteamericano MIM-23 Hawk constituyen un importante componente de la defensa antiaérea iraní. Estos sistemas fueron adquiridos en la década de los 70. No existen ya más Hawk en el inventario norteamericano. El sistema estando en servicio ha experimentado tres etapas de modernización, aunque Irán solo tiene la versión básica (alcance de 25 kilómetros y un mínimo de 14 kilómetros contra blancos aéreos). Irán sostiene que ha modernizado el sistema por su cuenta, pero no hay información disponible acerca de sus especificaciones finales.
En la primavera del 2009 Irán declaró que había iniciado la producción de Cañones Fath de defensa de costa para defender su litoral de amenazas aéreas, como ser, aviones y misiles crucero de vuelo bajo. El ministro de la defensa declaró que su alcance es de 12 kilómetros y su tasa de fuego de 300 disparos por minuto. No está claro cuán efectivo es el sistema contra aviones y misiles crucero.
De este modo, sin perjuicio del optimismo de Irán respecto de su evaluación del estado de preparación de sus fuerzas armadas, resulta difícil decir si es capaz de defender el territorio de su país contra ataques aéreos y misilísticos. El entrenamiento del personal es también de enorme importancia. La misma cosa se aplicaría respecto de la fuerza aérea (cazas F-14 “Tomcat”, F-7M, “Dassault Mirage” F1, “Northrop” F-5 y Mir-29).
La experiencia libia es una historia triste. Demostró que una defensa antiaérea débil le permitió a la OTAN establecer rápidamente una zona de prohibición de vuelos sobre el territorio del país que se defendía, destruyendo en tierra los aviones del adversario o mientras despegaban. En ese caso, el entrenamiento de los pilotos tiene poca importancia.
Al mismo tiempo que un efectivo, claro y concertado desempeño de la defensa antiaérea puede frustrar una “blitzkrieg”*del enemigo, puede desatar una aguda reacción de parte de la comunidad internacional, la cual podría, en los hechos, influir enormemente.
*Blitzkrieg, guerra relámpago
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