Los fragmentos de la prueba antisatélite que realizó China en 2007 siguen dando guerra. En aquella ocasión, el satélite meteorológico chino Fengyun 1C fue destruido para demostrar la capacidad ASAT del gigante asiático, creando miles de fragmentos en órbita baja que a día de hoy constituyen una de las principales fuentes dechatarra espacial. Uno de estos fragmentos parece haber chocado el pasado 22 de enero contra un pequeño satélite ruso geodésico, aunque no ha sido hasta hace cinco días cuando los encargados del vehículo comprobaron un cambio significativo de 120 metros de altura en su órbita.
Vídeo simulación de la colisión:
La víctima del "ataque chino" es el satélite BLITS (Ball Lens In The Space), un pequeño satélite retrorreflector pasivo láser de 7,53 kg lanzado el 21 de septiembre de 2009 por un cohete Soyuz 2-1B que se encontraba situado en una órbita polar heliosíncrona de 832 km de altura y 98,77º de inclinación, con un periodo de 101,3 minutos. En realidad, BLITS es una bola de cristal de 17,032 centímetros de diámetro dotada con una capa reflectante de aluminio en uno de sus hemisferios, lo que permite devolver los rayos láser incidentes y realizar así estudios geofísicos de la Tierra. BLITS está dividido en una bola de cristal interna (vidrio del tipo TF105) con un radio de 5,352 centímetros y un índice de refracción de 1,76 que se encuentra rodeada a su vez por otra capa de vidrio LK6 con un índice de 1,47. Gracias a la geometría esférica y a los distintos índices de refracción de las dos capas, el rayo láser emitido por una estación terrestre puede enfocarse en un punto de la capa reflectante, maximizando el poder para reflejar la luz y permitiendo una precisión superior a los 0,1 mm en las medidas.
La víctima del ataque chino: el satélite BLITS ruso.
El fragmento chino -con el número de catálogo del NORAD 30670- colisionó con una velocidad relativa de 6,27 km/s, pero era muy pequeño, quizás no superior a 0,075 gramos. Puesto que BLITS es una simple bola de cristal, el choque contra el fragmento de chatarra espacial china no lo ha destruido, aunque al cambiar su órbita y provocar que gire incontroladamente lo ha inutilizado de cara a las tareas geodésicas para las que fue diseñado. Antes del choque, BLITS giraba sobre sí mismo cada 5,6 segundos con el eje de giro situado de forma perpendicular a la dirección orbital, pero ahora gira cada 2,1 segundos en una dirección desconocida. Ciertamente, el choque no ha sido tan grave como la colisión entre los satélites Iridium 33 y el Kosmos 2251 de 2009, pero pone de manifiesto una vez más los peligros de la chatarra espacial y, en concreto, de los fragmentos de la prueba ASAT china de 2007.
Objetos en órbita. Destaca la influencia de la prueba ASAT china de 2007 y la colisión entre el Iridium 33 y el Kosmos 2251 en 2009 (NASA).
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