Global Research
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
La semana pasada el Washington Post, el New York Times y otros importantes periódicos estadounidenses informaron de que EE.UU. lanzó su primer ataque con misiles utilizando un vehículo aéreo sin tripulación (drone) en Somalia.
El ataque fue el primer ataque militar reconocido por el Pentágono en la nación del Cuerno de África desde una incursión en helicóptero realizada por comandos en 2009 y el primer uso de un drone estadounidense para realizar un ataque con misiles en ese país. Anteriormente se utilizaron drones en el país en su capacidad original, para vigilancia, incluida la identificación de objetivos para ataques con bombas y misiles, y uno fue derribado en octubre de 2009. Pero como informó el Guardian británico el 30 de junio, el ataque en Somalia marcó “la expansión de la campaña sin pilotos a un sexto país”, ya que los aviones de control remoto ya se han utilizado con efecto letal en Afganistán, Iraq, Pakistán, Yemen y más recientemente en Libia.
La mortífera misión en Somalia fue, según se informa, realizada por el Comando de Operaciones Especiales de EE.UU., a cargo de ejecutar operaciones de fuerzas especiales de las respectivas unidades de las cuatro ramas de los militares estadounidenses: el ejército, los marines, la fuerza aérea y la armada. El 4 de julio la publicación de las fuerzas armadas de EE.UU. Stars and Stripes informó de que actualmente hay 7.000 miembros de las fuerzas especiales estadounidenses en Afganistán y otros 3.000 en Iraq, y la mayor parte de estos últimos serán transferidos al primer país en lo que fue descrito como una “mini-oleada” de soldados de operaciones especiales para compensar por la retirada de otros 10.000 soldados de Afganistán antes de fin de este año.
BBC News informó la semana pasada sobre la propuesta de transferir aviones drone por parte de EE.UU. a sus Estados clientes militares Uganda y Burundi para la guerra en Somalia. Citando a funcionarios de la defensa de EE.UU., la BBC reveló que se suministrarán cuatro drones a esas dos naciones que tienen 9.000 soldados involucrados en operaciones de combate contra insurgentes antigubernamentales en la capital somalí, Mogadiscio.
Según un artículo del New York Times del 1 de julio: “EE.UU. se ha estado basando sobre todo en fuerzas por encargo en Somalia, incluidos mantenedores de la paz de la Unión Africana de Uganda y Burundi, para apoyar al frágil gobierno de Somalia. El Pentágono está enviando cerca de 45 millones de dólares en suministros militares, incluyendo equipos de visión nocturna y cuatro pequeños drones sin armamento, a Uganda y Burundi, para ayudar a combatir la creciente amenaza terrorista en Somalia. Durante la invasión etíope de Somalia en 2007, agentes clandestinos del Comando Conjunto de Operaciones Especiales del Pentágono iniciaron misiones hacia Somalia desde una pista de aterrizaje de Etiopía.”
El 3 de junio un importante periódico de los Emiratos Árabes Unidos, The National, informó sobre la escalada de mortíferos ataques de drones estadounidenses en Yemen, al otro lado del Golfo de Adén desde Somalia. Citó a un funcionario en el Ministerio de Defensa yemení quien afirmó que EE.UU. había lanzado más de 15 ataques de drones en el país en las primeras dos semanas de junio. El periódico también citó al vicegobernador de la provincia Abyan, Abdullah Luqman, quien criticó los ataques y declaró que: “Los que están muriendo son gente inocente. Por lo menos 130 personas han muerto en la última quincena por drones estadounidenses.”
El dirigente de un comité de observación creado para evacuar a residentes locales agregó que “más de 40.000 personas han abandonado la provincia Abyan por temor a los ataques de drones”.
El mismo funcionario de la defensa advirtió de que “EE.UU. está convirtiendo Yemen en otro Pakistán” [1].
Recientes informaciones en la prensa estadounidense revelan que el Pentágono establecerá una nueva base aérea en el Golfo Pérsico desde donde pueda intensificar ataques de drones en Yemen. Según una fuente rusa: “La ubicación se mantiene en secreto pero algunos dicen que podría ser Bahréin que ya tiene una base estadounidense [de la Quinta Flota de EE.UU.] que provee la ruta más segura a Yemen para drones de EE.UU. pasando por el aliado estadounidense, Arabia Saudí” [2].
Los ataques con misiles de drones en Pakistán, que causaron una cantidad récord de muertes –más de 1.000– el año pasado, son realizados por la División de Actividades Especiales de la CIA, cuyo último director fue el nuevo secretario de defensa, Leon Panetta, una transferencia que anuncia una intensificación aún mayor de los mortíferos ataques en la nación surasiática.
El 5 de junio el cuadragésimo ataque de drones del año mató a por lo menos seis personas en Waziristán del Sur en las Áreas Tribales bajo Administración Federal de Pakistán, aumentando la cantidad de muertos de este año por lo menos a 350.
A finales del mes pasado, el gobierno paquistaní ordenó que EE.UU. desocupe la Base Aérea Shamsi en la provincia de Baluchistán que se utilizó para ataques con drones en la nación. Mientras tanto, Washington ha transferido esas operaciones a las bases aéreas actualizadas en Afganistán, cerca de la frontera paquistaní. Un reciente sondeo realizado por el Pew Research Center estableció que solo un 3% de los paquistaníes apoya los ataques con drones en las áreas tribales del país.
A finales de junio, se informó de que 28 personas perecieron por ataques de drones en la Agencia de Waziristán del Sur, y Pajhwok Afghan Newscitó a un residente local, quien dijo: “que 20 civiles fueron eliminados y varios más heridos en el segundo ataque”. [3]
Unas 2.100 de las 2.500 personas muertas en los ataques desde que comenzaron en 2004, han perdido la vida desde 2009, cuando Barack Obama llegó a la presidencia de EE.UU. y Leon Panetta a director de la Agencia Central de Inteligencia.
El 5 de julio un drone Reaper británico mató por lo menos a cuatro civiles afganos e hirió a dos más en un ataque con misiles en la provincia Helmand. El uso del Reaper, al que se refieren correctamente como el drone más letal del mundo, marca el cruce de un umbral aciago. Es el primero de lo que se describe como un avión pilotado a distancia, cazador asesino –gran aguante, mucha altura– que puede ser equipado con quince veces la cantidad de armamento y volar a tres veces la velocidad del Predator utilizado en Iraq, Afganistán, Yemen, Somalia y Libia. (EE.UU. ha utilizado Reapers en Iraq desde 2008 y en Afganistán desde el año siguiente. Hacia fines de 2009, el Pentágono envió Reapers a la nación isla africana oriental de Seychelles junto con más de 100 militares.)
El 28 de junio EE.UU. perdió el tercero de tres drones en Afganistán en la misma cantidad de días.
Un reciente informe de Refugees International señaló que más de 250.000 afganos han sido obligados a huir de sus ciudades y aldeas durante los últimos dos años, hasta ahora más de 91.000 en este año: “Las tropas dirigidas por la OTAN no solo no han protegido a los afganos, sino ataques aéreos internacionales e incursiones nocturnas por las Fuerzas Especiales de EE.UU. estaban destruyendo casas, cultivos e infraestructura, traumatizando a civiles y desplazando a decenas de miles de personas”. [4]
El pasado mes un artículo de RT apropiadamente titulado “EE.UU. expande la guerra de drones, los extremistas esperan nuevos reclutas”, señaló:
“EE.UU. ha aumentado sus ataques contra milicianos en Medio Oriente, pero la creciente cantidad de muertes de civiles en los ataques ha provocado la cólera pública, y la preocupación de que la acción esté incrementando la cantidad de reclutas extremistas.
“En Pakistán los ataques de drones de la CIA apuntan a los terroristas pero terminan por matar sobre todo civiles. La indignación pública crece. El odio y la cólera fomentan más terror.
“Washington ve ahora a Yemen como el puesto avanzado más peligroso de al-Qaida, planifica el aumento de los ataques de drones en el país, y establece una base en el Golfo Pérsico hecha específicamente con esa intención”.
La fuente agregó:
“Es probable que los estadounidenses tengan más libertad al hacerlo solos, y que la CIA tome un rol central.
“Ya que la agencia no tiene que rendir cuentas, los militares de EE.UU. están legalmente ocultos, se podrá esperar que más bombas caigan sobre Yemen.
“Hay furia en Yemen por la muerte de numerosos civiles por los ataques de los drones. En un ataque en ese país, militares estadounidenses que presumiblemente apuntaban a un campo de entrenamiento de al-Qaida terminaron por matar a docenas de mujeres y niños. En otro ataque, hace un año, un drone mató por error a un vicegobernador en Yemen, su familia y sus asistentes.
“Con la expansión de la guerra de drones, parece que EE.UU. busca solo una solución con misiles para combatir a al-Qaida. Analistas dicen que algunas de las características principales de esta cacería global son que no tienen que tomar en cuenta la voz de la nación que están bombardeando y la falta de responsabilización cuando tiene que ver con muertes civiles. Esas características agregan más paradojas a la estrategia de EE.UU., y muchos preguntan si EE.UU. está combatiendo el terror y fomentándolo al mismo tiempo.” [5]
El analista Denis Fedutinov dijo a Voice of Russia el pasado mes:
“EE.UU. ya utilizó drones en la campaña de los Balcanes, luego en Iraq y en Afganistán y ahora en Libia. EE.UU. e Israel son los líderes del mundo en drones. Ahora EE.UU. tiene varios miles de drones de diferentes clases.” [6]
En los hechos, el año pasado, el brigadier general del Cuerpo de Marines de EE.UU., Glenn Walters dijo ante una conferencia del Instituto de Defensa y Avance del Gobierno que hace diez años EE.UU. tenía 200 drones en su arsenal, pero que en 2010 esa cantidad había aumentado a 6.000 y que el año siguiente serán 8.000. Un aumento de 1x40.
Y en mayo de 2010, “representantes de la OTAN de todo el mundo” visitaron el Centro de Entrenamiento de Maniobras Conjuntas en Camp Atterbury en el Estado de Indiana para observar ensayos de vuelos de drones.
Al transferir el control de la guerra de 110 días contra Libia del Comando África de EE.UU. a la OTAN el 31 de mayo, el gobierno de Obama se proponía, entre otras cosas, no tener que rendir cuentas al Congreso (y a la ley federal) bajo las provisiones de la Resolución de Poderes de Guerra de 1973.
La resolución establece que el Congreso debe autorizar acciones militares iniciadas por el presidente dentro de 60 días de su inicio u otorgarle una extensión de 30 días. El límite de 60 días expiró el 20 de mayo.
La Casa Blanca respondió a la oposición en el Congreso prolongando la acción militar en Libia y publicando un informe de 38 páginas que afirma que “las operaciones militares de EE.UU. son diferentes del tipo de “hostilidades” previsto por la provisión de terminación de 60 días de la resolución”.
También sostiene que “las operaciones de EE.UU. no involucran combates continuos o intercambio activo de fuego con fuerzas hostiles, ni involucran tropas terrestres de EE.UU.”
Lo que quiere decir que, mientras no corra peligro personal militar estadounidense no es una guerra. El asesor legal del Departamento de Estado, Harold Koh, declaró: “Actuamos legalmente… No estamos diciendo que la Resolución de Poderes de Guerra sea inconstitucional ni que debiera ser descartada o que nos negamos a consultar al Congreso. Lo que decimos es que la naturaleza limitada de esta misión en particular no es el tipo de “hostilidades” previsto en la Resolución de Poderes de Guerra.”
El general Carter Ham, jefe del Comando África de EE.UU., dijo el mes pasado que “una ley patrocinada por los republicanos que bloqueara los ataques de drones Predator estadounidenses en Libia afectaría a la alianza de la Organización del Tratado del Atlántico Norte” y “predijo que la OTAN no podrá reemplazar algunas misiones cruciales de EE.UU., incluidos los ataques de drones y ataques para neutralizar defensas aéreas de Libia que amenazan a los aviones aliados, si se hicieran los recortes en el financiamiento propuestos”. [7]
El lanzamiento de más de 200 misiles crucero contra Libia en los primeros días de la guerra y el hecho de que, como informó el New York Times el 21 de junio: “Aviones estadounidenses han atacado defensas aéreas unas 60 veces, y drones de operación remota han disparado misiles contra fuerzas libias unas 30 veces” desde que el comando de la guerra fue transferido del Comando África de EE.UU. a la OTAN –después de lo cual la OTAN ha realizado más de 14.000 misiones aéreas, más de 5.000 calificadas de incursiones de ataque– que no constituyen hostilidades armadas a juicio del señor Koh, quien declaró el año pasado que “las prácticas de ataques de EE.UU., incluidas operaciones letales realizadas con el uso vehículos aéreos sin tripulación (UAV), cumplen con todo el derecho aplicable, incluidas las leyes de la guerra”. Según el máximo asesor legal de la secretaria de Estado, Hilary Clinton, los mortíferos ataques de drones están “de acuerdo con el derecho inherente de autodefensa [de EE.UU.].” [8] Koh se refiere cautelosamente al asesinato de gente en gran escala por activación remota como muertes selectivas en lugar de asesinatos selectivos, ya que estos últimos son expresamente prohibidos por el derecho internacional.
En un caso raro de disenso con la política bélica de la Casa Blanca, el New York Times publicó el mes pasado lo siguiente:
“Jack L. Goldsmith, quien dirigió la Oficina de Consejo Jurídico del Departamento de Justicia durante el gobierno de Bush, dijo que la teoría de Obama establecería un precedente que ampliaría los poderes de hacer la guerra sin autorización de futuros presidentes, especialmente en vista del aumento de la tecnología de combate a control remoto”.
Además citó directamente a Goldsmith:
“La teoría del gobierno implica que el presidente puede librar la guerra con drones y todo tipo de misiles mar adentro sin tener que preocuparse por los límites de tiempo de la Resolución de Poderes de Guerra”.
Ni los misiles crucero, ni los vehículos aéreos sin tripulación equipados con misiles Hellfire tienen pilotos a bordo, de modo que las vidas de los militares de EE.UU. están seguras mientras paquistaníes, afganos, libios, iraquíes, yemeníes y somalíes son despedazados por ataques de EE.UU.
Las guerras de agresión son seguras y “legales”
Notas:
1) The National, June 15, 2011
2) Voice of Russia, June 16, 2011
3) Pajhwok Afghan News, June 28, 2011
4) NATO airstrikes, night raids blamed for Afghan IDP crisis – report
AlertNet, June 29, 2011
6) Voice of Russia, June 16, 2011
7) Wall Street Journal, June 23, 2011
Rick Rozoff vive en Chicago, Illinois. Lleva más de cuarenta años comprometido en diversas tareas y actividades contra la guerra y la intervención militar. Es el director de Stop NATO International.