BEIRUT.-
Lanzar piedras contra Israel desde la llamada Puerta de Fátima se ha convertido en un ritual para los adversarios de Tel Aviv desde que las tropas de ese país se retiraron el 24 de mayo del 2000 del sur del Líbano.
La práctica se generalizó desde esa misma fecha, cuando cientos de libaneses se congregaban a diario en ese enclave –sito en la aldea fronteriza de Kfar Kila- para apedrear las posiciones israelíes, cuyo primer bunker se encuentra ubicado a pocos metros de la verja que separa ambos territorios.
Con el paso de los días la “costumbre” atrajo desde actores como el egipcio Yousuf Shaaban a intelectuales como el desaparecido escritor Edward Said. Dicha acción, sin embargo, acabó en muchas ocasionescon varias decenas de libaneses heridos cuando los militares replicaron a tiros al lanzamiento de pedruscos, que también dejaron a algunos israelíes contusionados.
Ahora, a 10 años de aquella fecha, el presidente de Irán, Mahmud Ahmedineyad planea viajar al Líbano los próximos días 13 y 14, y según el diario Al Quds al Arabi, podría personarse en la Puerta de Fátima para repetir esta costumbre.
El diario árabe señaló el pasado día 28 que además de entrevistarse en Beirut con el presidente Michel Sleiman, el primer ministro Saad Hariri, el titular del parlamento, Nabi Berri y el jefe de Hizbulá, Hassan Nasrallah, el representante iraní se desplazará en la segunda jornada de su periplo a poblaciones tan emblemáticas como Marun al-Ras y Bint Jbeil, donde se libraron los principales combates durante la guerra del 2006.
“Ahmedineyad inaugurará el Parque de Fatima –construido con la financiación iraní justo al lado de la línea de demarcación- y lanzará piedras contra la Palestina ocupada donde se encuentras instaladas las tropas israelíes como gesto simbólico para reflejar su hostilidad hacia ellos”, añadía el matutino.
En un entorno tan delicado como el de esa frontera, donde la simple tala de un árbol es capaz de degenerar en una sangrienta confrontación como ocurrió en julio, la posible acción del presidente iraní –que no ha sido confirmada de forma oficial- ha generado toda suerte de suspicacias no sólo en Israel sino entre los sectores políticos libaneses opuestos de forma tradicional a Teherán.
El portavoz del llamado Movimiento 14 de Marzo, -que dirige el primer ministro Saad Hariri- Fares Souaid calificó el viernes el desplazamiento al sur de “provocación”. “El mensaje es que Irán está a las fronteras de Israel. Ahmedineyad está diciendo que Beirut está bajo la influencia iraní y que Líbano es una base iraní en el mediterráneo. Su visita al sur será una provocación, no tiene porque ir allí”, manifestó en declaraciones a AFP.
El embajador de Irán en Beirut, Ghazanfar Roknabadi, ha replicado a estos señalamientos diciendo que el dignatario sólo busca “promover la unidad entre los libaneses” y afianzar la alianza “entre la resistencia, el pueblo, el ejército y el gobierno”, el mismo eslogan que se ha convertido en leit motiv de Hizbulá.
Las afirmaciones de Souaid se enmarcan en el acelerado recrudecimiento de la tensión política que se observa en el Líbanoa causa de la hipotética acusación que puede oficializar en las próximas semanas el Tribunal Internacional del caso Rafic Hariri contra miembros del partido que dirige Hassan Nasrallah –un firme aliado de Irán-, que asegura que esta corte está “politizada” y sirve los “intereses de Israel”.
Aunque la radio israelí informó que sus fuerzas "no han aumentado el nivel de alerta” si admitió que el ejército de ese país “está preparado para cualquier acontecimiento” y uno de sus portavoces, Yigal Palmor, acusó a Ahmedineyad de comportarse como “si fuera un terrateniente que viene a ser sus propiedades”.
La agencia local Al Markeziya había informado el viernes que los uniformados de Tel Aviv habían reforzado su presencia en la zona de la Puerta de Fátima instalando nuevas cámaras de vídeo y que al área se había trasladado el mismo general Gaby Ashkénazi, jefe de su estado mayor.
La preocupación se ha extendido hasta las fuerzas de Naciones Unidas que patrullan la zona fronteriza –que incluyen unos 1.100 soldados españoles-, pero el jefe de esos contingentes, el general Alberto Asarta, aclaró a Efe que está “seguro de que nada pasará, no habrá problemas o incidentes que puedan provocar una confrontación o escalada entre el Líbano e Israel”
Esta no es la primera visita de un jefe de estado iraní al Líbano. El presidente Mohamed Khatami ya estuvo en el país en el 2003 y su llegada también se vio acompañada de una enorme expectación. Khatami llegó a reunir a 50.000 personas en el principal estadio de Beirut, se pronunció frente a intelectuales y profesores universitarios, y se reunió con el cardenal Nasrallah Sfeir, líder religioso de la minoría cristiana maronita, en un significativo encuentro en el que defendió la convivencia entre religiones. “Dado que la esencia de las religiones es una, los seguidores de las diferentes creencias deben impedir que aumenten las diferencias e insistir en los puntos en común”, indicó en aquel entonces.