La crisis económica ha acelerado los anuncios sobre las nuevas doctrinas militares tal como lo reconoció el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, al presentar recortes en el presupuesto de defensa 2012 y plantear una nueva visión norteamericana para enfrentar los problemas de seguridad internacional a escala global. El presidente Obama destacó, entre otros conceptos, que las fuerzas armadas convencionales serán menores en número, tecnológicamente más eficaces y se otorgará prioridad a las operaciones militares encubiertas. En este contexto, el ciberespacio, la guerra teledirigida y la inteligencia serán los instrumentos principales que permitirán, entre otros efectos, ampliar de manera geométrica la capacidad militar ofensiva y reducir sustancialmente las fuerzas convencionales desplazadas fuera de la frontera norteamericana. Dos conceptos que parecían antagónicos.
Los denominados drones, versiones de aviones no tripulados, ya han entrado en escena en Irak, Afganistán, Yemen, Pakistán y en Libia. Los misiles crucero como el Predator ha sido uno de los más conocidos y el Raven el de menor tamaño (90 cm). Sin embargo, el próximo drone de efecto instantáneo será el Advance Hipersonic Weapon. El AHW, con capacidad de atacar un blanco con precisión quirúrgica, deja de relieve el grado de cambios tecnológicos que se avecinan cuando desde una consola en Washington se puede bombardear cualquier lugar del planeta en un plazo máximo de 60 minutos.
El mensaje de Washington es que Estados Unidos no tiene la intención de abandonar la supremacía militar. La proyección de la capacidad tecnológica lo deja en evidencia. Ningún país puede hoy imitar ese poder. Los cambios de concepción estratégica, con rasgos de ciencia ficción, pronostican el paulatino abandono de las guerras de ocupación del tipo de Irak o Afganistán, el combate hombre a hombre, la lucha aérea o la guerra naval. La robótica y los misiles dominarán el escenario. De hecho ya está ocurriendo contra Pakistán y, en términos de inteligencia, con Irán.
El presupuesto de defensa de Estados Unidos 2012 es de 662 mil millones de dólares. Esta cifra, aunque menor a la del 2011, es superior a la suma de los gastos militares de las 10 principales potencias del mundo. El arsenal nuclear también convierte a la estructura militar y tecnológica norteamericana como inabordable por ningún otro país en el planeta. Los arsenales nucleares, los sistemas de lanzamiento estratégico y los procesos de renovación y modernización tecnológica continúan protegidos de eventuales ajustes económicos.
De acuerdo al Secretario de Defensa, León Panetta, los cambios de estrategia militar implican también el reconocimiento de nueva áreas geográficas de prioridad para los intereses de seguridad de Estados Unidos. En ese sentido, Asia-Pacífico ha reemplazado a Europa en términos estratégicos. La justificación fue destacada por el Presidente Obama en su reciente visita a Australia y es la de detener el expansionismo chino y proteger a aliados especiales como Japón y Corea del Sur. El concepto parecería reproducir, salvando las diferencias de época en un mundo globalizado, la formulación del presidente Truman que iniciaron en 1947 el ci-clo de confrontación conocido como el de la guerra fría.