La escalada armamentista
El lunes pasado el diario The Wall Street Journal informó que EEUU prevé vender armas a Arabia Saudí por US$ 60.000 millones (unos 47.000 millones de euros), en lo que será el mayor negocio armamentístico de su historia.
La venta incluye 84 aviones de combate F-15 y cerca de 180 helicópteros tipo Apache, Black Hawk y Little Bird. Los equipos son fabricados por pulpos armamentistas estadounidenses como Boeing y Lockheed Martin.
A su vez, el gobierno de Israel aprobó la compra de los cazas F-35 de quinta generación a EEUU, informó la oficina de prensa del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
"La adquisición de los aviones de combate más modernos del mundo es un paso importante para fortalecer el potencial militar del Estado de Israel", señaló Netanyahu, citado por el comunicado difundido a la prensa tras la aprobación del contrato ayer.
Según la prensa local, Israel planea recibir una partida de 20 aviones, primera en el Oriente Medio, entre 2015 y 2017 y pagar la compra, estimada en unos 3.000 millones de dólares con ayuda militar de EEUU.
Rusia, por su parte, venderá a Siria misiles anti buques, afirmó el ministro de Defensa ruso, Anatoly Serdyukov, a pesar de los recientes intentos de Israel y de Estados Unidos de frustrar el acuerdo.
La transacción implica el traspaso de misiles cruceros supersónicos P-800 Yakhont al ejército sirio. Se trata de un armamento que Israel considera como capaz de poner seriamente en peligro los buques de su Armada en el Mar Mediterráneo.
El mes pasado, el Primer Ministro Benjamín Netanyahu habló con su homólogo ruso, Vladimir Putin, para que no se lleve a cabo la venta, argumentando que los misiles podrían ser transferidos a Hezbolá y utilizados contra las fuerzas israelíes, como fue el caso de los misiles chinos C-802 usados para hacer blanco contra un destructor israelí en la Segunda Guerra del Líbano.
El misil P-800 Yakhont tiene un alcance operacional de entre 120 y 300 kilómetros, dependiendo de la altura, y puede portar una cabeza de hasta 300 kilogramos.
Simultáneamente, un nuevo escenario para un contraataque iraní frente a un ataque USA-israelí se plantea a partir del ingreso en escena de los cinco sistemas de misiles S-300 que Irán compró a Rusia y cuya entrega permanece en el misterio.
No obstante las últimas sanciones y embargos de la ONU, Moscú mantiene como una carta de triunfo en suspenso la decisión de entregarle esas armas estratégicas al régimen de Teherán.
El carácter estratégico (en un escenario de ataque sionista a Irán) que revestiría dicho sistema de defensa en manos iraníes, genera presiones constantes a Moscú por parte de EEUU, Israel y la Unión Europea para evitar que los misiles S-300 neutralicen el accionar de los cazas y bombarderos sionistas en un hipotético raid contra las usinas nucleares y las instalaciones militares de Irán.
La presión diplomática de la administración de Obama o la reunión secreta de Netanyahu con el presidente Medvédev forman parte de ese objetivo, que -según coinciden especialistas en Washington y Tel Aviv- no han conseguido ningún resultado positivo para el eje sionista.
El sistema S-300 es capaz de efectuar el seguimiento simultáneo de 6 blancos y disparar contra ellos hasta 12 misiles a la vez.
Según el profesor Gueorgui Mirski, del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales, el suministro del sistema antiaéreo S 300 haría invulnerable a Irán frente a ataques de Israel.
Los ensayos de guerra
A fines del año pasado, en un lapso de tres semanas de diferencia, Irán y el eje EEUU-Israel lanzaron lo que ellos mismos denominaron su "más grande juego de guerra" preparatorio de defensa y contraataque en prevención de una posible resolución militar del conflicto nuclear que por ahora se dirime (y sigue fracasando) en el plano diplomático, en la ONU.
En la última semana de octubre de 2009, Israel y EEUU iniciaron maniobras militares conjuntas en alta escala de sus fuerzas aéreas.
El simulacro duró cinco días, puso a prueba el sistema Arrow (Jetz) para la interceptación de misiles, el THAAD (un sistema de defensa aérea a gran altitud), una fragata con el sistema de defensa AEGIS, así como los sistemas antiaéreos Patriot y Hawk, según la información oficial.
Durante las maniobras se simularon ataques con misiles de largo alcance provenientes de Irán, Libano y Gaza, y posiblemente Siria) al Estado judío, y la realización de una prueba de interceptación "en vivo" de uno de esos artefactos, su detección y neutralización en vuelo, mediante radares y escudos defensivos.
"El objetivo de Juniper Cobra 10 es practicar la eliminación de misiles lanzados desde larga distancia", reveló la prensa israelí citando fuentes del ministerio de Defensa. Y añadió: "La capacidad que van a exhibir los radares estadounidenses nunca antes ha sido vista en Israel".
Simultáneamente, el Ejército iraní iniciaba un simulacro de defensa aérea contra un hipotético ataque a sus instalaciones nucleares en unas maniobras que se desarrollarán durante cinco días en diversos puntos del país y que, según el Ejército iraní, es "el juego de guerra más grande de la historia de la República Islámica".
Los medios oficiales iraníes señalaron que durante los ejercicios se ensayó el lanzamiento de misiles de medio y largo alcance, capaces de alcanzar Israel y las bases de EEUU en Irak y el Golfo Pérsico como ya ha sucedido en maniobras previas.
El gran ejercicio de guerra iraní a otros varios ensayos de guerra en el pasado, incluyendo el lanzamiento de misiles de largo alcance Shahab-3, que tienen un rango de 2.000 kilómetros, lo que dejaría a Israel o a bases estadounidenses vulnerables a un posible ataque o contraataque.
En Resumen: El desenlace militar de la guerra (latente) EEUU-Israel-Irán en Medio Oriente no está determinado por ningún calendario oficial sino por razones que tienen que ver con los intereses estratégicos que juegan en el conflicto.
El desarrollo del poder económico-nuclear-militar de Irán es directamente proporcional a una amenaza a la existencia del Estado de Israel y a la supervivencia de los intereses geopolíticos, económicos y militares del eje sionista EEUU-Israel-UE en la región de Medio Oriente y en todo el planeta.
La guerra y la paz
En resumen, el conflicto de Medio Oriente, que combina el lenguaje de paz con el lenguaje militar, no escapa a las generales de la ley de ladinámica de las guerras organizadas para hacer negocios.
La expansión geométrica de las ganancias de los pulpos armamentistas del Complejo Industrial Militar estadounidense que le venden armas a Israel, o a los aliados árabes regionales, o de los cosorcios rusos que les venden armas a Siria y a Irán, es la prueba más irrefutable de la relación simbiótica de supervivenciaestablecida entre el sistema capitalista y los conflictos armados y las ocupaciones militares.
Y la combinación del discurso de paz, con las amenazas mutuas y la compra y ensayo de armas con despliegues militares constantes en las zonas de mayor tensión, generan una onda de esquizofrenia generalizada: Queremos la paz, pero vamos a la guerra.
Estrategias convergentes: Israel quiere la paz, Irán quiere la paz, Siria quiere la paz, EEUU quiere la paz, los países del Golfo quieren la paz, pero todos se arman y preparan para la guerra.
Mientras el Departamento de Estado y la Casa Blanca venden diplomacia con paz, el Pentágono y el complejo militar industrialvenden armas con advertencias de "opción militar.
Algo así como celebrar una misa dentro de un polvorín.
Un polvorín que, entre otras razones estratégicas centrales, va aestallar porque el Pentágono, las armamentistas y los complejos militares industriales que alimentan el conflicto de Medio Oriente, necesitan que estalle.
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