Por: Yusuf Fernandez
El pasado 11 de Mayo, el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, afirmó que su país estaba completando su entrega de misiles antiaéreos a Siria. “Rusia ha vendido y firmado contratos con Siria hace mucho tiempo y esta completando los suministros de equipos -sistemas antiaéreos fundamentalmente- según los contratos ya firmados,” dijo Lavrov a los reporteros en Varsovia.
Él añadió que “esto no está prohibido por ninguna ley internacional; se trata de armas defensivas. El contrato está diseñado para que Siria, como país importador, tenga en esta situación una oportunidad para defenderse de los ataques aéreos, que, según hemos visto, no suponen un escenario completamente fantástico”. Russia también condenó los bombardeos israelíes contra algunos sitios en Damasco “como una amenaza a la estabilidad regional”.
En una entrevista con el canal de televisión iraní en lengua árabe Al Alam, el experto ruso Viacheslav Matozov dijo que Moscú está apoyando las leyes internacionales, que garantizan el derecho de los estados a defender su soberanía. Rusia comprende que el conflicto sirio tiene que ver con la soberanía. Si Occidente puede derribar aquellos gobiernos que no le gustan a través de la utilización del terrorismo y las sanciones, entonces todo el sistema internacional se convertiría en una dictadura sin leyes internacionales o principios legales, por no mencionar que China y Rusia se convertirían entonces en las víctimas últimas de esta estrategia.
Por su parte, Israel, el agresor que atacó Siria hace pocos días, pidió a Moscú que cancelara lo que dijo era la venta inminente de sistemas antiaéreos S-300 a Siria. El S-300 está diseñado para derribar aviones y misiles a una distancia de 200 kms.
Según el sitio israelí debka.com, las ventas rusas podrían incluir misiles tierra-tierra 9K720 Iskander (llamado SS-26 por la OTAN), que son lo suficientemente precisos para alcanzar un blanco dentro de un radio de 5 a 7 metros desde una distancia de 280 kms.
Una respuesta a las amenazas estadounidenses
No fue sólo Israel el que intentó detener los envíos de misiles antiaéreos rusos a Siria. En mayo, el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, -cuyo país apoyó los ataques aéreos israelíes que significaron una flagrante agresión y violación de la Carta de las Naciones Unidas y de la ley internacional- calificó estas armas defensivas como “desestabilizadoras” para la seguridad de Israel. En otras palabras, Washington rechaza que cualquier país árabe o musulmán pueda adquirir los medios para protegerse de los ataques israelíes. El primer ministro británico, David Cameron, que se reunió recientemente con el presidente ruso, Vladimir Putin, en Sochi, también advirtió a Moscú en contra de la entrega de sistemas S-300 a Siria.
Sin embargo, Rusia ha rechazado tales injerencias en sus asuntos internos. Según el diario Al Quds al Arabi, publicado en Londres, los misiles S-300 habrían llegado ya a Siria. El diario árabe dijo que Rusia ha enviado a unos 200 de tales misiles interceptores al país árabe y que las tripulaciones sirias han sido ya entrenadas en el uso de tales armas.
Estos misiles antiaéreos harán ciertamente más difícil para EEUU e Israel considerar incluso la posibilidad de una intervención militar o aplicar una zona de exclusión aérea en Siria. Rusia no quiere sólo responder a las operaciones aéreas israelíes contra Siria, sino también dar una respuesta a la posible decisión de Washington de enviar los primeros cargamentos de armas a los terroristas sirios por vía aérea. La reciente introducción por parte de Bob Menendez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, de una ley que permite al gobierno estadounidense suministrar armas y formación militar a los rebeldes sirios, mostró que esta medida está ya siendo discutida en los altos escalones estadounidenses. Instructores militares han estado también trabajando con militantes sirios en campos de entrenamiento en Jordania y Turquía desde hace algunos meses.
Las ventas de armas rusas a Siria y también a Irán han sido vistas también como una respuesta de Moscú a las enormes suministros de armamento por parte de Washington a Israel y a los regímenes títeres del Golfo Pérsico.
La credibilidad de Rusia
Moscú piensa que las amenazas de EEUU de enviar armas a los rebeldes sirios, junto con las acusaciones infundadas sobre el uso de las armas químicas por parte de las fuerzas militares sirias, buscan presionar a Rusia en el tema de Siria y proporcionar a EEUU una mayor influencia en las negociaciones dirigidas a buscar un acuerdo político que ponga fin a la guerra en Siria. Sin embargo, esta sucia táctica diplomática se ha vuelto probablemente en contra de sus promotores, ya que Rusia odia ser vista claudicando ante la presión estadounidense. De este modo, Moscú ha tomado medidas con el fin de hacer saber a Washington que esa maniobra no funcionará.
En realidad, es la credibilidad de Rusia y su papel internacional lo que está en juego aquí. Las acciones y amenazas deberían obligar a Moscú a acudir en defensa de Siria. De lo contrario, la alianza militar del CSTO (que agrupa a varios países de la antigua Unión Soviética y está liderada por Rusia) se vendría abajo. Incluso aunque Siria no es miembro del CSTO, los países que pertenecen a la organización están mirando a Moscú y analizando la forma en que maneja la situación en Siria.
Si Rusia no ayuda a Siria a defender su soberanía o se inclina ante la presión occidental, entonces los aliados de Rusia, tales como Armenia y Tayikistán, probablemente decidirían abandonar el CSTO y Kazajstán cambiaría de ser un estado neutral a un país alineado con la OTAN, tal y como ya hizo Uzbekistán.
Esto significaría el fin del poder ruso en el antiguo espacio soviético y el mundo en su conjunto en los próximos años. También invitaría a la OTAN a comenzar a actuar en las fronteras o incluso dentro de la Federación Rusia. Ésta es la razón más poderosa por la que Rusia ha decidido apoyar a Siria y mantener una importante presencia naval en el Mar Mediterráneo, en lo que constituye una acción dirigida a impedir cualquier ataque occidental contra Siria.
Como resultado de la firmeza rusa en el tema sirio, EEUU se ha visto obligado a cambiar su propia posición en un tema clave, es decir, la demanda de que Assad y su gobierno abandonen el poder como preludio a cualquier diálogo. Rusia y EEUU decidieron durante la reciente visita de Kerry a Moscú convocar una conferencia internacional para llevar a los representantes del gobierno de Assad y la oposición a la mesa de negociaciones. Tales conversaciones buscarían lograr una solución política al conflicto.
Existen también dudas sobre cuál es el enfoque real estadounidense y occidental sobre estas negociaciones, que han sido rechazadas por la oposición siria apoyada por Occidente. Algunos analistas temen que EEUU pueda intentar utilizar esta conferencia para lograr los mismos objetivos que los militantes han sido incapaces de conseguir en el campo de batalla. El 16 de Mayo, el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, dijo que algunos estados occidentales estaban haciendo esfuerzos para limitar la participación en la conferencia internacional de paz sobre Siria y predeterminar el resultado de la misma.
“Entre algunos de nuestros colegas occidentales, existe un deseo de estrechar el círculo de participantes externos y comenzar el proceso con un muy reducido número de países en un marco que, en esencia, predeterminaría quienes compondrían los equipos y la agenda de las negocaciones, e incluso el resultado de las mismas,” dijo Lavrov en una entrevista publicada en el sitio web del Ministerio de Exteriores.
Por su parte, Matozov también cree que las afirmaciones estadounidenses en favor de una solución política son sólo mentiras. Él recordó que “la propuesta de armar a los rebeldes sirios está siendo debatida en el Senado de EEUU, donde los halcones, los neocon y el lobby sionista están presionando al presidente para que acepte sus políticas extremistas,” señaló.
Matozov considera que la seriedad de EEUU en este tema dependerá en última instancia de la propia firmeza rusa. “EEUU se está moviendo hacia delante. Si ellos ven signos de debilidad en el lado opuesto, incrementarán su presión. Pero si ven que la postura rusa es firme, no cambia y no retrocede, entonces se verán obligados a cambiar su posición”.
En cualquier caso, el tiempo dirá si el gobierno estadounidense va a cambiar su postura o si insiste en buscar una solución militar para resolver la crisis siria, incluso aunque el Ejército sirio está obteniendo importantes victorias sobre el terreno. “Rusia está preparada para ajustar sus relaciones con Siria y suministrarle todos los medios necesarios para defenderse si percibe que Washington quiere continuar con su enfoque militar en el tema sirio”, concluyó.