El Gobierno decidió en un primer momento enviar a Libia el portaaviones ‘Príncipe de Asturias’, pero ha tenido que dar marcha atrás por un problema con el software del radar tridimensional, que lo hace “inútil” para una operación de exclusión aérea. Tampoco se pudo contar con el submarino ‘Mistral’.
La participación de España en la guerra de Libia y los efectivos que se pondrían a disposición de la misión estaban decididos antes incluso de la cumbre de presidentes en París del pasado sábado. Pero los planes de despliegue de fuerzas españolas tuvieron que ser modificados inesperadamente por “cuestiones técnicas”, según las fuentes militares consultadas por El Confidencial Digital.
Estaba previsto enviar a la zona la unidad más importante de la armada, el portaaviones ‘Príncipe de Asturias’, que recientemente ha participado en la operación ‘Noble Mariner’de la OTAN. La operatividad mostrada durante esos ejercicios navales de la Alianza realizados en el Cabo de Gata justificaba su despliegue en la zona.
Con los Harrier
En caso de haberse concretado su participación en la fuerza multinacional contra Gadafi, los efectivos aportados por España habrían sido mayores que los actuales, ya que el portaaviones previsiblemente llevaría a bordo como dotación algunos aviones Harrier, de despegue vertical, pertenecientes a la 9ª Escuadrilla de la Flotilla de Aeronaves de la Armada.
Sin embargo, en los últimos días de la operación en aguas de Almería, que simulaba la entrada en combate en un escenario ficticio, embargo marítimo y tareas de ‘demostración de fuerza’, el sistema de radar tridimensional del ‘Príncipe de Asturias’ empezó a fallar.
Según las fuentes consultadas por El Confidencial Digital, el software con que opera el sistema –encargado de la detección, análisis, clasificación e identificación de las señales radar- funcionaba “de forma errática”.
El dispositivo daba problemas, no mostraba resultados precisos y, por tanto, dejaba “prácticamente sordo y ciego, y por tanto inútil” al portaaviones en cuanto a vigilancia de los cielos. Justamente una de las misiones prioritarias del operativo multinacional en Libia.
Un radar viejo y obsoleto
El modelo de radar tridimensional que lleva instalado el único portaaviones de la Armada española es el modelo AN/SPS-52C, fabricado por la empresa norteamericana Hughes Aircraft Company.
Ese dispositivo tiene un radio de alcance superior a los 400 kilómetros, lo que le permitiría controlar el espacio aéreo de Trípoli desde aguas jurisdiccionales de Malta. Sin embargo, según las fuentes consultadas, ese modelo “ha quedado obsoleto” tras décadas de uso.
En la modernización prevista del ‘Príncipe de Asturias’, aplazada una y otra vez por los recortes presupuestarios en Defensa, se iba a instalar un nuevo dispositivo fabricado por la firma española Indra, modelo Lanza-N.
Este modelo de radar tridimensional es el mismo que llevan instalados ya los nuevos buques de la Armada, como el Buque de Aprovisionamiento de Combate ‘Cantabria’ o el Buque de Proyección Estratégica ‘Juan Carlos I’.
El ‘Mistral’ tampoco pudo ir
Además, la ministra de Defensa anunció el día 10 de marzo que España había desplazado a la zona de Libia al submarino clase S-73 ‘Mistral’. El buque se encontraba en esos momentos activado en la operación de vigilancia antiterrorista de la OTAN ‘Active Endeavour’.
Sin embargo, y según ha podido saber El Confidencial Digital, en el momento en que la ministra pronunciaba esas palabras, en realidad el ‘Mistral’ se aproximaba a la base naval de Cartagena.
Una vez que llegó a puerto, informaron a la dotación que tenían que partir hacia Libia de nuevo. Las fuentes consultadas aseguran que el ‘Mistral’ volvió “completamente vacío” de combustible y sin víveres, tras la larga travesía por el Mediterráneo, ante lo cual la Armada ordenó al submarino Tramontana que se pertrechara y saliera cuanto antes hacia la zona.
Actualmente, el ‘Mistral’ continua en la base de Cartagena. Con el ‘Tramontana’ de camino a Libia, el ‘Galerna’ en plena revisión técnica y el ‘Siroco’ inmovilizado a la espera de confirmar su venta a Tailandia, el ‘Mistral’ es el único submarino capacitado paravigilancia litoral.