Moscú, 27 sep (EFE).- El Ejército ruso anunció hoy que durante los próximos años dejará de comprar fusiles Kaláshnikov, el arma más utilizada del mundo y uno de los ingenios rusos más populares, por excesos de existencias en sus arsenales.
"Hemos renunciado a comprar (Kaláshnikov). Principalmente, esto se debe a que los arsenales estatales, incluidos los de armas automáticas, superan en diez veces las necesidades", afirmó Nikolái Makárov, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas rusas.
Makárov subrayó que, "primero, hay que utilizar las armas que existen ya en los almacenes militares", según las agencias rusas.
Con vistas al futuro, el general ruso aseguró que las armas automáticas, incluidos los Kalásnhikov, de las que disponen las Fuerzas Armadas no satisfacen a los militares.
"Queremos equipar a las tropas con armas más modernas", aseguró.
Según los expertos militares citados por el diario "Izvestia", en los arsenales militares existen millones de fusiles AK-74 desde tiempos soviéticos.
"Teniendo en cuenta que a menudo son disparados muy poco, si se cuidan bien pueden durar 10, 15 o 20 años", apuntó Ígor Korotchenko, experto militar independiente.
El ministerio de Defensa señaló que la empresa Izhmash que fabrica desde hace décadas el famoso fusil le ha ofertado un modelo prácticamente igual al que se encuentra almacenado en sus arsenales.
Izhmash ha diseñado un nuevo fusil Kaláshnikov con mirilla telescópica, foco y apuntador láser, que pesa medio kilogramo más que su predecesor, con la vista puesta en la exportación.
Estos nuevos equipos aumentan entre un 50 y un 100 por ciento la precisión a una distancia de 500-600 metros, según Víctor Korablin, experto militar citado por "Izvestia".
Los familiares del diseñador del fusil, Mijaíl Kaláshnikov, que cumplirá pronto 92 años, no le han comunicado la mala noticia por miedo a que afecte a su salud.
Kaláshnikov confesó en 2007, con motivo del 60 aniversario del registro oficial de su fusil en la URSS, que los nazis tuvieron la culpa de su invento porque su vocación verdadera era diseñar maquinaria agrícola.
Aunque empezó a idear el diseño de un arma de fuego automática en 1942, mientras estaba internado en un hospital tras sufrir heridas durante un combate contra el Ejército nazi, el primer fusil de asalto AK-47 no sería registrado oficialmente hasta 1947.
Según las autoridades rusas, debido a que la Unión Soviética no llegó a patentar el invento, hasta un 90 por ciento de los fusiles Kaláshnikov que son producidos en el mundo son falsos, pues se fabrican sin autorización o con licencias caducadas.
La marca Kaláshnikov solo fue registrada en la Oficina Internacional de Patentes de Suiza en 1998, y su inventor nunca sacó beneficio económico de su creación.