Los expertos militares experimentan sentimientos contrarios en el Día de la Marina de Guerra rusa que se celebra tradicionalmente el último domingo de julio. Por un lado, son evidentes cambios positivos, aunque podrían ser de mayor escala. Por otro lado, siguen sin solución muchos problemas que afronta la Armada rusa.
Son muchas las noticias relacionadas a la Marina de Guerra rusa y aunque no todas son buenas, algunas merecen ser mencionadas, y empezamos por lo más importante.
Espejismos de la Armada oceánica
Durante la 5ª edición del Salón Naval Internacional de San Petersburgo que se celebró a finales de junio pasado, el jefe de la Corporación rusa de Construcción Naval (OSK), Román Trotsenko, anunció a los periodistas que en 2016 se prevé iniciar el desarrollo del nuevo portaaviones nuclear para la Marina de Guerra rusa que debe salir de los astilleros en 2023.
Según Trotsenko, además de este buque, Rusia comenzará a desarrollar nuevos destructores nucleares capaces de cumplir misiones en los mares y oceanos del mundo. Se trata de cruceros portamisiles capaces de proporcionar apoyo a las unidades aéreas. La incorporación al servicio activo de navíos de este tipo cambiará la imagen actual de la Marina de Guerra rusa convirtiéndola en una armada de alcance oceánico y continental.
El ministro de Defensa de Rusia, Anatoli Serdiukov, desmintió la información proporcionada por Trotsenko. Según Serdiukov, los trabajos de investigación y desarrollo en este ámbito siguen en marcha pero antes de su conclusión el Ministerio de Defensa no planea construir tales buques. Además, la decisión al respecto la deberían tomar los dirigentes del país.
El programa nacional de fabricación de armamento y material para 2011-2020 no prevé la puesta de quilla de portaaviones, dijo el ministro.
Esto es explicable. Tales proyectos no tienen sentido antes de que sean modernizados los astilleros Sevmash, en Severodvinsk (norte de Rusia), o sean construidos nuevos astilleros en el mar Báltico, en la isla de Kotlin, a 29 km al oeste de San Petersburgo, según planea la OSK.
Es agradable soñar con que Rusia pueda construir portaaviones nucleares, pero esto no es suficiente para modernizar la Marina de Guerra rusa. Los actuales programas de construcción de buques que cumplen las misiones principales de la Armada rusa para aumentar su potencial combativo parecen mucho más probables y reales.
Se trata de fragatas del proyecto 22350, o sea, “Almirante Gorshkov” y “Almirante Kasatonov” cuya incorporación a la Armada rusa se aplaza constantemente. Son buques fuertes pero muy costosos. Si la industria rusa hace un esfuerzo y recibe los recursos necesarios de manera regular podrá construir hasta 10 buques de este tipo hacia 2020, pero esto agotaría las posibilidades de los astilleros.
Asimismo, Rusia está construyendo patrulleros del proyecto 11356М que representan una alternativa menos costosa al “Almirante Gorshkov”. Las fragatas para la Armada rusa se construirán paralelamente a las fragatas de la misma clase para la Fuerza Naval india.
Está construyéndose “Almirante Grigoróvich”, fue puesto de quilla “Almirante Essen” y se prevé comenzar la construcción de cuatro buques más de este proyecto hasta el otoño de 2012. Su adquisición para la Marina de Guerra rusa es una solución parcial pero parece que es la única posibilidad de aumentar rápidamente el número de buques de esta clase en los arsenales de la Armada rusa.
Además, se construyen corbetas del proyecto 20380, desarrolladas con el uso de tecnologías más modernas, incluidas las tecnologías de baja detectabilidad. Las corbetas tipo Stereguschi (Vigilante) son buques de guerra multipropósito diseñados para proteger las aguas territoriales, zonas de intereses económicos y realizar misiones de escolta.
Buques universales
A juzgar por todo, la Armada rusa puede solucionar el problema de incompatibilidad de sistemas de armamento heredado de la época soviética, cuando la Flota era una aglomeración de buques de diferentes tipos y los submarinos se estaban construyendo en pequeñas series y ofrecían unas diferencias abismales en cuanto a armamento y equipo.
Hoy en día, se busca homologar al máximo los nuevos proyectos de buques en base a los llamados “sistemas universales de lanzamiento de misiles desde buques”.
El objetivo es crear un sistema de armamento integrado con módulos de lanzamiento de misiles antibuque, antisubmarinos y misiles de crucero contra objetivos terrestres. Todos los tres tipos de misiles forman parte del sistema universal Kalibr que asimismo puede instalarse en submarinos.
Misiles supersónicos de crucero antibuque Oniks también se emplearán en el mencionado sistema universal. En la base de su versión modernizada Yajont destinada a la exportación, los diseñadores rusos junto con sus colegas de la India están desarrollando misiles BrahMos.
Se prevé que en el futuro los sistemas universales de lanzamiento de misiles desde buques también podrán dotarse de misiles antiaéreos.
El desarrollo de sistemas misilísticos homologados es una medida oportuna tanto de punto de vista táctico como económico. Esto aumentará la flexibilidad y capacidad combativa de la Marina de Guerra así que permitirá al Ministerio de Defensa ahorrar recursos y a la industria, perfeccionar soluciones estandartizadas.
Sobre y bajo la superficie de agua
La Flota Submarina de Rusia pasa por tiempos difíciles. La construcción de nuevos submarinos estratégicos del proyecto 955 “Borei” equipados con los misiles balísticos intercontinentales Bulavá afronta problemas.
Todavía no se decidido sobre la continuación de construcción de submarinos atómicos del proyecto 885 “Yasen” tras el buque insignia de este tipo, el “Severodvinsk”, que fue botado en el verano de 2010.
No se discute la posibilidad del desarrollo y construcción de submarinos nucleares ligeros y baratos que podrían sustituir en un futuro a los buques de proyectos de 671, 945 y 971, de construcción todavía soviética.
Según varios expertos, los “Yasen” fuertemente armados, están llamados a sustituir a submarinos ligeros de los tres tipos mencionados. Pero es imposible construir muchos submarinos de esta clase ya que son costosos y no podrán cubrir todas las brechas del “frente submarino” a lo largo de la frontera marítima de Rusia.
El destino de la aviación naval tampoco está claro. Los bombarderos rusos Tu-22M3, la amenaza para las escuadras de la OTAN; son obsoletos. La vida útil de los bombarderos Su-24 también se expirará pronto. Hace dos semanas se publicó la información sobre una posible compra de 12 cazas pesados Su-30 dotados de misiles antibuque Yajont para la aviación naval de la Marina de Guerra rusa que sustituirán a los Su-24.
Teniendo en cuenta la realidad
El cumplimiento de los contratos de Defensa se tropieza con obstáculos creados por los astilleros.
Por ejemplo, el buque insignia del proyecto 885, el “Severodvinsk”, cuya construcción fue iniciada en los 90 fue acabado en la planta Sevmash por los precios establecidos en 2005 y costó 47 mil millones de rublos.
Según Serdiukov, Sevmash fijó el precio de 112 mil millones de rublos por el segundo submarino de este proyecto. Serios problemas surgieron también con respecto al financiamiento de las compras de armamento para los submarinos estratégicos.
Durante una discusión por la prensa entre Serdiukov y el director general del Instituto de Termotecnia de Moscú, académico Yuri Solomonov, el ministro de Defensa se quejó de un incremento infundado de los precios para la fabricación en serie del misil balístico Bulavá.
A todo esto hay que añadir casos de fraude. La reciente historia con el robo de recursos destinados a la reparación del crucero portamisiles "Piotr Veliki" enfatizó las dimensiones del desorden que se ha incrementado con el tiempo en el sector de construcción y reparación de los buques.
Entretanto, Rusia ha tomado varias decisiones oportunas respecto a la modernización de su Armada. Mención aparte merecen el trato cuidadoso de nuevos buques pesados, la construcción rápida de buques de clase media a base de los modelos destinados a la exportación y la homologación de sistemas de armamento con los que se equipan los buques.
Parece que los dirigentes de la Marina de Guerra rusa entienden qué hay que hacer para modernizarla. Hoy en día, es necesario decidir cómo se debe hacerlo.
Como uno de los primeros pasos, se debería revisar el sistema de pedidos para la Defensa con el fin de hacer más transparente el proceso de formación de precios y asegurar un control riguroso sobre la calidad del armamento y material suministrado.