Joaquín Calderón / Santander martes, 17 de julio de 2012
España no podrá asumir el coste de los 27 aviones Airbus A400M previstos en el contrato de adquisición, sino que sólo puede asumir la compra de "un máximo" de diez según Antonio Fonfría Mesa, profesor de Economía Aplicada de la UCM y profesor y administrador de la Cátedra Almirante D. Juan de Borbón.
Fonfría pronunció la conferencia "La financiación de la defensa y sus efectos industriales", dentro del curso de verano "La industria de Defensa en un escenario de crisis económica", que se celebra hasta el viernes en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander.
El profesor, que incidió en que España no necesita un número tan elevado de aeronaves A400M, subrayó que los 19 programas especiales de armamento tienen un sobrecoste de unos 7.600 millones de euros, debido a factores como la modificación de las condiciones y los requisitos de los contratos o por la revisión de los precios, motivado por la variación de los costes y los precios industriales.
El tiempo, una variable clave
Los programas de desarrollo y adquisición de armamento se programan a largo plazo, tienen un alto coste de adquisición y no hay grandes series, por lo que se incurren en elevados gastos de producción. "El aumento de los costes es un mal endémico", dijo Fonfría, que reseñó que otros programas, como el de Estados Unidos para el avión F-35 JSF, tenía un aumento del coste del 35% y un retraso de dos años, cuando aún quedaba por ejecutar el 60% del programa.
"El tiempo es la variable clave, no el coste, como hemos pensado hasta ahora", advirtió el profesor, que insiste en que es una buena idea incorporar la variable tiempo a la hora de calcular el coste del programa. "Cuando una empresa entrega un producto, que normalmente es superior al coste firmado en el contrato, resulta que valoramos el coste económico y despreciamos si se ha retrasado uno, dos o equis años, sin tener en cuenta el tiempo que no hemos tenido ese material y no hemos podido usarlo". Utilizó, como ejemplo, el programa Eurofighter, en el que pasaron 20 años desde que comenzó a desarrollarse y hasta que estuvo completamente operativo.
España tiene una "industria compartida" de defensa
Fonfría explicó que España no tiene una industria de defensa, sino "una industria compartida de defensa", ya que el 56% de los contratos de Defensa corresponden a empresas que tienen en su accionariado capital extranjero.
La bipolaridad es la principal característica de la industria de defensa en España, donde hay cuatro o cinco empresas que concentrar un gran poder de mercado. "27 empresas concentran el 75% de la producción de Defensa, mientras que el otro 25% se lo reparten entre 493 empresas", explicó, para reforzar su idea de que existe un sobredimensionamiento de la industria de la Defensa.
"Hemos tardado veintitantos años en crear una industria de defensa que ahora hay que reformular por completo, pero manteniendo las capacidades competitivas que se han creado, porque están financiados con dinero público y dinero de las empresas y no podemos tirar todo eso por la borda. Hay que ir hacia una industria sostenible a largo plazo, que se ajuste a la demanda interna y a los niveles de exportación", subrayó Fonfría, que señaló la importancia del mercado civil para las empresas españolas de defensa, cuya producción, dijo, se destina en un 93% al ámbito civil y en un 7% al ámbito militar.
No se pueden desechar 20 años de investigación
El profesor, que advirtió que, desde los años 80, el presupuesto ha pasado de ser el 11% del total a un 4,5%, aproximadamente, y que con relación al PIB ha pasado del 2,4% a poco menos del 0,6%, centró su intervención en el capítulo 2 y capítulo 6, aquellos que tienen que ver con adquisiciones de Defensa a la industria y que suman aproximadamente el 25% del presupuesto ministerial.
Las inversiones en Defensa se han desplomado desde 2008, cuando se situaron en torno a los 2.000 millones de euros, hasta llegar a los 654 millones previstos en 2012. Según Fonfría, "las inversiones suponen la supervivencia de muchos equipos de Defensa a largo plazo, supone la supervivencia de las empresas que trabajan para Defensa y supone un estímulo para que las empresas inviertan en Investigación, Desarrollo e innovación."
Las partidas para los programas especiales de armamento tienen presupuestados este año 4,95 millones de euros, por los 204,54 que se invirtieron en 2011 y los 333,74 que se invirtieron en 2010. Otras de las partidas que ha reducido ostensiblemente su presupuesto es la de investigación y desarrollo, lo que hace que la probabilidad de generar innovaciones se reduce ostensiblemente, según Fonfría, que resaltó que el recorte en investigación y desarrollo en los últimos año ha caído en el 75%. Según el profesor, España está llevando a la práctica la frase del escrito Miguel de Unamuno "que inventen ellos", después de 20 años intentando inventar nosotros.
El economista concluyó enumerando algunas características del sector de la industria de Defensa, de la que destacó que es heterogéneo y tiene problemas de definición, además de que es casi oligopólico tanto en la oferta como la demanda. Fonfría subrayó el papel de los gobiernos como legisladores, propietarios, accionistas mayoritarios, financiadores de la I+D y clientes principales.
"Es un sector influido por consideraciones extraeconómicas, como la seguridad nacional y la política internacional. Es, además, un sector poco transparente y en el que Estados Unidos no deja entrar en su mercado y en el que, también entre los miembros de la Unión Europea, se ponen trabas para operar", dijo.