Las empresas estadounidenses Orbital y SpaceX compiten por llevar sus cohetes sanos y salvos a la Estación Espacial Internacional, la primera escala del capital privado para conquistar el cosmos.
Martes 10 Abril 2012
En su día fueron los estadounidenses y los rusos los que se afanaron por conquistar el espacio. Les siguieron muchos países que ya cuentan con sus propias naves espaciales y se habla de futuras misiones a Marte.
No es de extrañar entonces que la competencia ya no sea entre países, sino de empresas que hoy participan en lo que parece ser la primera carrera espacial privada para viajar por el cosmos.
Dos compañías estadounidenses calientan motores para una misión rumbo a la Estación Espacial Internacional (ISS).
Cara a cara
SpaceX y Orbital tienen contratos millonarios con la Nasa para enviar cargamento a la estación, llenando así el hueco dejado por los transbordadores.
Space X, con sede en California, ya ha marcado la pauta con el exitoso lanzamiento y la puesta en órbita del cohete Falcon 9 y la cápsula Dragon, así como el retorno de esta misma cápsula a la Tierra en diciembre de 2010.
La empresa afirma que podría estar lanzando una nave hacia la estación internacional el próximo 30 de abril.
Orbital Science Corporation todavía tiene que poner a prueba el cohete Antares, y su cápsula Cygnus todavía está pendiente de su estreno en el espacio.
Sin embargo, la compañía está ahora acelerando el paso, con un primer lanzamiento en órbita programado para el verano boreal. Estiman que su viaje a la estación espacial podría tener lugar en otoño.
Frank Culbertson, astronauta retirado y vicepresidente de Orbital, admite que todo parece una especie de carrera.
"Un poco. De hecho ellos iniciaron el desarrollo de su sistema un año y medio antes que nosotros, pero estamos casi al mismo nivel en términos de quién va a lanzar primero, quién va a llegar a la estación espacial primero", explicó.
"Probablemente estén tres o cuatro meses por delante de la fecha que nosotros tenemos programada. ¿Pero quién sabe cómo irán las cosas?".
Competidores
Ambas empresas tienen pasados muy distintos y han construido naves totalmente diferentes.
Mientras Orbital ha estado en el negocio desde 1982; construyendo satélites, pequeños cohetes y misiles interceptores, SpaceX tiene sólo diez años, aunque sus planes son grandes.
La segunda afirma que diseña ella misma los componentes de su cohete Falcon 9.
Su jefe ejecutivo, el también cofundador de PayPal Elon Musk, explicó además que su cápsula Dragon, podría ser utilizada para transportar astronautas al espacio en 2015.
SpaceX es una de las empresas a las que la Nasa ha otorgado fondos para desarrollar vehículos comerciales de transporte de tripulación.
Por su parte, Orbital opta por una estrategia diferente, comprando muchos de sus componentes en distintas partes del mundo.
Gran parte de su cohete impulsado por combustible líquido se construye en Ucrania, mientras sus motores tienen 40 años y pertenecieron al cohete lunar N1 de fabricación soviética.
Por su parte, la cápsula Cygnus de Orbital pretende funcionar como vehículo de carga para transportar suministros, no astronautas, al ISS. Tras rellenarse con residuos de la estación, la idea es que arda en su regreso a la Tierra al reingresar en la atmósfera.
Mientras SpaceX realizará su lanzamiento desde Cabo Cañaveral en Florida, Orbital ha elegido las Islas Wallops, unas instalaciones de la Nasa cercanas a la costa este de Virginia.
El Puerto Espacial Regional del Atlántico (MARS), tal y como se conoce el centro en las islas Wallops, todavía está en fase de preparativos para realizar una prueba de lanzamiento del cohete Antares.
Los cohetes permanecen todavía almacenados en un enorme hangar apenas a dos kilómetros de distancia de donde serán lanzados una vez que se complete el trabajo.
El lanzamiento de Antares y su vuelo serán monitoreados desde una sala de control de la Nasa. Allí, en medio de pantallas y consolas, Jay Pittman, comandante de la Nasa en Wallops, dijo que la agencia está aprendiendo a delegar.
"Entregar el control a un organismo comercial supone un riesgo. Esta es la gran dificultad para nosotros, no estar en todas las fases, asegurándonos de que cada pieza va a funcionar".
"En definitiva estamos entregando nuestro modo de vida a estas empresas comerciales, pero tenemos confianza en que vamos a llegar".
Existe también una predisposición a utilizar cohetes estadounidenses, incluso si no son de la Nasa.
"Estamos dependiendo de Rusia y otras naciones a la hora de transportar equipamiento y material a la Estación Espacial Internacional", dijo. "Honestamente, como nación no es una posición cómoda".
No sólo la Nasa es consciente de los riesgos. Orbital tendrá que guiar la cápsula Cygnus a la ISS desde su sala de control Dulles HQ, junto a Washington, y el diseño de todo el sistema de cohetes es su responsabilidad.
Riesgos
Frank Culbertson afirma que las cosas podrían ir mal.
"La Nasa tiene que darnos su bendición, y la Nasa tiene total poder de veto cuando estemos cerca de la estación, pero las empresas son responsables de su trabajo", explica.
"Al ser un contrato a costo fijo, también tenemos que controlar nuestros costos, nuestros recursos, y si vamos a hacer dinero de ello tenemos que hacerlo eficientemente".
"Esto significa en realidad que pueden haber algunos fallos. Si ese es el caso, aprenderemos de ellos, continuaremos y prepararemos el próximo".
Lo que todas las partes esperan es que Orbital y SpaceX puedan no sólo llegar a la estación a salvo sino que logren reducir los costos de los viajes espaciales.
"Lo que querríamos ver es que la competencia de ambas compañías impulse novedades técnicas que permitan un menor coste a la hora de llegar al espacio", puntualizó Howard McCurdy de la Universidad Americana de Washington DC.
"Cuesta demasiado ahora mismo. No querrías beber agua en el espacio si supieras lo que costó llevarla allí".