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domingo, 7 de agosto de 2011

El Ejército checo acepta un nuevo plazo para resolver problema de los CASA C-295


EFE viernes, 05 de agosto de 2011 



Las Fuerzas Armadas de la República Checa, que recibieron en 2010 cuatro aviones de transporte táctico CASA C-295M, siguen sin poder hacer uso de estos aparatos para sus operaciones militares y han aceptado un nuevo plazo hasta fin de agosto para solventar los problemas técnicos. "En el momento actual prosiguen, en la sede del productor en España, los trabajos para arreglar los fallos. Deberían acabarse antes de fin de mes y, a continuación, los aviones serán sometidos a un nueva prueba", declaró hoy a Efe Vladimír Lukovský, portavoz del Ministerio checo de Defensa.

Los aparatos no pasaron la primera prueba técnica, considerada muy exigente y que tuvo lugar a comienzos de este año. El portavoz precisó que "prosiguen los problemas en el sistema de los aviones y son objeto de la reclamación que el Ministerio de Defensa ha puesto al proveedor (Omnipol)". De esta manera, uno de los aparatos ha sido mandado de vuelta a Omnipol, intermediario checo que provee al ejército de armamento, para ayudar a solventar los fallos. "Tampoco el usuario de los aviones ha recibido un sistema de defensa pasivo que funcione y que forma parte de su instrumental operativo", añadió Lukovský.

Los sistemas de autodefensa, con ayuda del software DAS, detectan amenazas de iluminación láser, radar o disparos de misil, las identifican y generan a continuación una respuesta de la aeronave, como el lanzamiento de bengalas o señuelos que perturben las señales del radar o láser. Por estos motivos, la utilización de los aviones en Afganistán "no será posible, con gran probabilidad, dentro de este año". El contrato entre Omnipol y Airbus Military, filial española del grupo europeo EADS, fue cerrado en mayo de 2009 por un importe de 137,5 millones de euros.

Uno de los aparatos, según el contrato, fue canjeado por cinco cazas subsónicos L-159, de fabricación checa, de los cuales tres son monoplazas y dos biplazas de entrenamiento, modelo L-159T. Sin embargo, el Ejército español no tiene programa de entrenamiento con estos cazas, fabricados por Aero Vodochody, por lo que permanecen en el almacén de EADS en Sevilla.

La prensa local ha informado esta semana sobre el alto coste de los aviones comprados por los checos, comparados con los entregados a Portugal, en base a información del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres.

Al menos veinte sirios perecen por ataque de carros blindados a la ciudad de Deir ez-Zor



Al menos veinte personas cayeron víctimas de la operación militar lanzada por el Ejército sirio contra la ciudad de Deir ez-Zor en el este del país, comunicaron hoy medios noticiosos, al citar al presidente de la Liga Siria de Defensa de Derechos Humanos, Abdel Karim Rihaui.



“La operación militar fue desplegada en el distrito de El Joura, donde el Ejército y las fuerzas de seguridad abrieron fuego, matando a 20 personas e hiriendo a decenas”, dijo Rihaui a la agencia France Presse.

“Por la mañana temprano en la ciudad entraron carros blindados y bulldozers que derribaron las barricadas levantadas por habitantes de la ciudad”, cita Reuters a un lugareño.

Deir ez-Zor es la ciudad más grande en el este de Siria, centro administrativo de la provincia homónima en que se extrae petróleo y a la que los sirios llaman “Perla del desierto”. Últimamente, en Deir ez-Zor se desarrollaron protestas contra el régimen del presidente Bashar Asad.

Otro defensor de derechos humanos sirio, Rami Abdel Rahman, informó que unos carros blindados abrieron fuego en la localidad de El Hula, de la provincia central de Homs. Al menos siete personas murieron y decenas recibieron heridas, dijo.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, al conversar por teléfono la víspera con el presidente sirio Asad, expresó preocupación por la escalada de la violencia en el país y exigió dejar de emplear fuerza militar contra la población civil.

Las conmociones comenzaron en Siria a mediados de marzo pasado. Según datos actualizados de defensores de derechos humanos, más de 1.600 personas perdieron la vida en los choques con las fuerzas de seguridad, casi tres mil personas desaparecieron. 

Las autoridades sirias a su vez cargan la responsabilidad por los desórdenes a “los elementos extremistas armados que gozan del apoyo de unas fuerzas exteriores” y declaran que a raíz de disturbios perecieron más de 340 militares y agentes de seguridad


Abastecimiento de unidades de la OTAN sufre estragos en Afganistán y Pakistán


Una columna de siete camiones cisterna de la OTAN fue quemada hoy a raíz de un ataque talibán en el sur de Afganistán, un chofer pereció, comunicaron unas cadenas de televisión afganas.

El ataque fue perpetrado en la ciudad de Shahr-e Safa, provincia meridional de Zabul, se señala.

Al mismo tiempo, el secretario de prensa del movimiento Talibán, Zabihullah Mojahed, reportó que como resultado de ese ataque se quemaron 28 camiones cisterna y autos con pertrechos. 

Anteriormente, la prensa paquistaní informó que unos desconocidos atacaron en Peshawar, centro administrativo de la provincia de Hayber-Pahtunhwa (llamada anteriormente de la Frontera del Norte) de Pakistán, una columna de abastecimiento de la OTAN, logrando prender fuego a 16 camiones.


El Ramadán,


En el inicio de la fiesta religiosa musulmana delRamadán, la operación militar de la OTAN en Libia se va hundiendo cada día un poco más, como presagio de un naufragio anunciado, y todo esto va ocurriendo en la más grande confusión, escribe Alexis Crow.

Alexis Crow es un analista del instituto Chatham House experto y conocedor de la historia de la Alianza Atlántica (la OTAN), también uno de los principales expertos occidentales trabajando en un think-tanks que anunció públicamente la función realizada por Al Qaida en el seno de las «fuerzas rebeldes" en Libia. 
Hoy, la OTAN ha «metido la pata» como se dice: los principales dirigentes políticos de la Alianza Atlántica han abandonado sus objetivos de guerra, sean estos de carácter oficial (formal) o no oficial (informal). 
No tienen ninguna otra alternativa o estrategia de recambio, no único que están sondeando es donde encontrar una puerta de salida a esta crisis para salvar su honor y dignidad, para no perder la cara. Está claro, no se trata solamente [de la reputación] del Comando Conjunto del ejército francés sino también de Londres, que se preocupa también de ver sus tropas empantanadas en Libia, sin ninguna solución a la vista.

La «protección a los civiles» sólo ha sido una bonita frase hueca utilizada como propaganda (y pretexto) por la OTAN, frase completamente desconectada de la realidad. Pero no hay duda de que la OTAN ya no piensa ni espera conseguir un «cambio de régimen» en Trípoli, o incluso dividir el país en dos estados separados, cada uno con su respectivas capitales: Trípoli y Bengasi. En el mejor de los casos, Bruselas (es decir la Unión Europea) espera obtener un estatuto de autonomía en algunos enclaves territoriales a los que puedan ejercer un control.

Consciente del desastre político-militar en Libia, Washington busca una solución negociada, al mismo tiempo que quiere dejar bien en claro que, no porque ha perdido la guerra los bombardeos de la OTAN van a parar. 
El tiempo está de nuestro lado, dicen los emisarios y consejeros estadounidenses, mientras que el Consejo Nacional de Transición (CNT, es decir los «rebeldes») vacían las cuentas bancarias de la Jamahiriya (Estado libio), cuentas congelados por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

De todos modos, si Washington cometió un error y ya no llega a controlar la situación en Libia es porque los EEUU no entienden nada del comportamiento [ni sicología] de los libios. Intoxicado por su propia propaganda, los Estados Unidos creyeron que se enfrentaban a una dictadura centralizada y vertical, pero descubren más bien un sistema [estatal] horizontal y opaco, en donde el Poder está esparcido y repartido [dentro del pueblo y las tribus], incluso el poder militar. Y los oficiales estadounidenses que se reúnen en ciudades de Europa con emisarios libios [enviados para negociar] son incapaces de medir la representatividad e importancia de sus interlocutores. Y por encima de todo esto, ellos no entienden ni una jota de las reacciones y comportamiento de Muammar Gaddafi, personaje indescifrable y quién está también convencido de que el tiempo juega a su favor.

La estrategia occidental era simple: sacar provecho de la normalización de Libia y su apertura económica [con Occidente] para formar una burguesía, una clase de chicos golden boys u otros tecnócratas libios que finalmente hubiesen optado por el modelo de vida estadounidense tipo American Way of Life en vez del modelo anunciado en el Libro Verde de Gaddafi. Una vez que este proceso estaba bastante maduro, la CIA organizó las revueltas en Bengasi y la distorsión de la realidad en los medios de comunicación comerciales. Los franceses y los británicos fueron lanzados como punta de lanza a la misma vez que se escuchaban sus discursos humanitarios, discursos que debían justificar la carne de cañón derramada en caso de una posible invasión terrestre. El Consejo Nacional de Transición (los «rebeldes» del CNT) fue creado y fue recuperando a toda esta gente «americanizada» de la clase dirigente, añadiendo a los viejos exiliados conducidos por la CIA desde que cayó la monarquía. Hay que añadir también a los combatientes de Al Qaida entrenados por una facción [de sabotaje] de Arabia Saudita.

Aunque esta coalición de «rebeldes» y opositores al régimen de Gaddafi sea heteróclita esta coalición tiene una historia común, los miembros que la componen en su mayoría han trabajado para los Estados Unidos desde hace mucho tiempo y han cambiado varias veces de campo político según las circunstancias y conveniencias de las tácticas que Washington les ordenaba. Muchos son secretamente miembros de la Hermandad Musulmana[Frères musulmans en francés].

Fiel al Libro Verde, Muammar Gaddafi conscientemente acentuó la fractura al interior de clase social libia al anunciar el 22 de febrero la disolución de varios ministerios y la distribución de su presupuesto en partes iguales entre todos los ciudadanos (o sea 21 000 USD por persona). Al ver al «Hermano Líder» revivir su proyecto anarquista, los privilegiados que se enriquecieron durante la liberalización económica se asustaron. Algunos optaron por huir a Occidente con sus familias y sus ahorros, mientras que otros creyeron en una victoria rápida de la Alianza Atlántica y se unieron al CNT, es decir los «rebeldes», con la esperanza de gobernar en el futuro en Libia.

Para llevar a cabo esta insurgencia de color, Washington disponía de una sola carta: captar a su causa a un compañero de Muammar Gaddafi, se trata del General Abdel Fatah Younes, Ministro del Interior. Es este cambio de campo por parte del General lo que hizo posible transformar una operación de desestabilización política en una aventura militar en Libia. Pero el asesinato del General Younes, el 28 de julio de 2011 por sus rivales «rebeldes», ha provocado el colapso total del «ejército rebelde» y pone de manifiesto el carácter artificial del Consejo Nacional de Transición (CNT).

En la actualidad hay más de 70 grupos armados conocidos como «rebeldes». Casi todos reconocían la autoridad del General Younes Abdel Fatah, quien trataba de coordinar los diferentes grupos. Desde que se anunció su muerte [su asesinato], cada grupo ha recuperado su propia autonomía. Algunos de los cuales han creado su propio gobierno y tratan de obtener el reconocimiento de los Estados miembros de la Coalición que han atacado Libia, —por ejemplo exigiéndole a Qatar—, de la misma manera que ha sido reconocido el CNT. Cada localidad tiene su señor de la guerra que quiere proclamar la independencia. En pocos días, la región de Cirenaica fue «irakisée». El caos es tal que el propio hijo del General Younes, en su funeral, pidió el regreso de Gaddafi y la bandera verde, según dijo, la única forma de restaurar la seguridad de la población civil.

Por lo tanto, basta con escuchar los discursos de Muammar Gaddafi, para comprender su estrategia. Mientras que las calles en Bengasi se han vuelto vacías como si se tratara de un pueblo fantasma, gigantescas manifestaciones populares callejeras se están organizando en toda la región de Tripolitania y de Fezzam para abuchear a la OTAN. 
El «Hermano Guía» interviene por los altavoces y dialoga con la multitud. 
Gaddafi explica que una tregua rápida sería perjudicial para la unidad nacional, mientras que la continuación de la guerra da el tiempo para derrocar el poder ilegítimo del CNT (los «rebeldes») y por lo tanto de preservar la integridad territorial de Libia.

El coronel Gaddafi, que ya logró reunir a todas las tribus a su favor, espera ahora poder recuperar a su causa a todas las personas que siguen apoyando al CNT. En sus intervenciones radiales, él llama a su pueblo, a todos los ciudadanos a prepararse para liberar las ciudades ocupadas por el invasor. Y este pueblo tendrá que moverse en multitud, sin armas, para recuperar el control de los focos «rebeldes» de una manera no violenta.

Muammar Gaddafi que ya ha venció políticamente al poderío militar aéreo de la OTAN, cree ahora que puede ganar también políticamente en el terreno contra los «rebeldes».

En esta situación complicada, donde la mayoría de los protagonistas no saben qué hacer, los reflejos remplazan a los pensamientos. Los partidarios del Libro Verde quieren aprovechar la desbandada de los tecnócratas libios para volver a los fundamentos mismos de la Revolución, y aquellos que están en el entorno de Saif al Islam Gaddafi, creen poder cruzar el gaddafismo y globalización y negocian con sus amigos occidentales, mientras que la OTAN bombardea una vez más, los sitios que ya bombardeó ayer y antes de ayer.

Una guerra secreta en 120 países

Nick Turse
TomDispatch.com


Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández


En algún lugar de este planeta, un comando estadounidense está llevando a cabo una misión. Repitan ahora eso mismo setenta veces y ya han hecho bastante… por hoy. Sin que el pueblo estadounidense sepa nada, una fuerza secreta dentro del ejército de EEUU está emprendiendo toda una serie de operaciones en una mayoría de países del mundo. Esta nueva elite de poder en el Pentágono está librando una guerra global cuyo tamaño y alcance no se habían revelado nunca hasta ahora.

Después de que un SEAL [el cuerpo de los Focas] de la Marina de EEUU le metiera una bala en el pecho y otra en la cabeza a Osama bin Laden tras asaltar el recinto donde se hallaba en Pakistán, una de las unidades más secretas de operaciones encubiertas del ejército estadounidense se encontró de repente con que su misión se había convertido en el centro de la atención pública. Algo muy poco común. Aunque se sabe bien que las Fuerzas de las Operaciones Especiales de EEUU están desplegadas en las zonas de guerra de Afganistán e Iraq y cada vez está más claro que esas unidades actúan en zonas conflictivas difíciles, como Yemen y Somalia, la extensión total de su guerra, de amplitud mundial, ha permanecido profundamente oculta en las sombras.

El pasado año, Karen De Young y Greg Jaffe, del Washington Post, informaron de que las Fuerzas de las Operaciones Especiales de EEUU estaban desplegadas en 75 países, subiendo hasta esa cifra desde los 60 que eran a finales de la presidencia de George W Bush. El portavoz del Mando de dichas Operaciones Especiales Tim Nye me dijo que, para últimos de este año, la cifra probablemente llegará a 120. "No paramos de movernos, no se trata solo de Afganistán o de Iraq", dijo recientemente. Esta presencia global –apropximadamente en el 60% de las naciones del mundo y muchísimo más amplia de lo que anteriormente se reconocía- proporciona una nueva y sorprendente prueba de la existencia de una creciente elite de poder clandestina dentro del Pentágono que está emprendiendo una guerra secreta por todas las esquinas del planeta.

El surgimiento del "ejército secreto" del ejército.

Surgido a partir del fallido asalto de 1980 que trató de rescatar a los rehenes estadounidenses en Irán y en el cual murieron ocho soldados estadounidenses, el Mando de Operaciones Especiales estadounidenses (SOCOM, por sus siglas en inglés) se creó en 1987. Una vez que el ejército regular superó el recelo y la escasez de fondos de los años post-Vietnam, las Fuerzas de Operaciones Especiales se encontraron de repente con que tenían casa única, presupuesto estable y un comandante de cuatro estrellas como defensor.

Desde entonces, el SOCOM ha crecido en proporciones alarmantes como fuerza combinada. Está compuesto por unidades de todas las ramas del ejército, incluyendo los "Boinas Verdes" y los Rangers, los SEAL de la Marina, los Comandos de la Fuerza Aérea y los equipos de Operaciones Especiales del Cuerpo de Marines, además de tripulaciones especializadas de helicópteros, equipos de barcos, personal de asuntos civiles, cuerpos de rescate paramilitares e incluso controladores del tráfico aéreo de batallas y meteorólogos de operaciones especiales; el SOCOM lleva a cabo las misiones más secretas y especializadas de los EEUU.

Esas misiones incluyen asesinatos, ataques contraterroristas, misiones de reconocimiento de amplio alcance, análisis de inteligencia, entrenamiento de tropas extranjeras y operaciones de contra-proliferación de armas de destrucción masiva.

Uno de sus componentes claves es el Mando de Operaciones Especiales Conjuntas, o JSOC (por sus siglas en inglés), un subcomando clandestino cuya principal misión es el seguimiento y asesinato de supuestos terroristas. Al presentar sus informes al presidente y actuar bajo su autoridad, el JSOC mantiene una lista negra global que incluye también a ciudadanos estadounidenses. Lleva desarrollando una campaña de "caza y captura" extra-legal que John Nagl, un antiguo asesor de contrainsurgencia del general de cuatro estrellas y próximo director de la CIA, David Petraeus, llama"una maquina de matar contraterrorista de escala casi industrial".

Ese programa de asesinatos es desarrollado por unidades de comandos como los SEAL de la Marina y la Fuerza Delta del Ejército, así como también mediante ataques de aviones no tripulados, formando parte de las guerras secretas en las que la CIA está implicada en países como Somalia,Pakistán y el Yemen. Además, el comando dirige y controla una red de prisiones secretas, quizá hasta veinte sitios negros, solo en Afganistán, que utilizan para interrogar a objetivos muy valiosos.

Industria en crecimiento

De una fuerza de unos 36.000 miembros a principios de la década de 1990, el personal del Mando de Operaciones Especiales ha crecido hasta llegar a los 60.000, de los cuales una tercera parte son miembros de carrera del SOCOM; el resto tienen otras especialidades ocupacionales militares y van turnándose por todo el Mando.

El crecimiento ha sido exponencial desde el 11 de septiembre de 2001, cuando el presupuesto base del SOCOM casi se triplicó de 2.300 millones de dólares a 6.300 millones. Si se añade la financiación para las guerras en Iraq y Afganistán, actualmente se ha más que cuadruplicado llegando hasta los 9.800 millones de dólares a lo largo de estos años. No es sorprendente que la cifra de su personal desplegado en el extranjero se hayacuadruplicado también. Nuevos incrementos y operaciones ampliadas aparecen por el horizonte.

El teniente general Dennis Hejlik, el anterior jefe del Mando de Operaciones Especiales de las Fuerzas del Cuerpo de Marines –la última de las ramas del ejército en incorporarse al SOCOM en 2006- indicó, por ejemplo, que preveía duplicar su antigua unidad de 2.600 efectivos. "Les veo como una fuerza que un día tendrá unos 5.000 miembros, el equivalente a la cifra de SEAL que hay en el campo de batalla. Entre 5.000 y 6.000", dijo en un desayuno celebrado en el mes de junio con periodistas del área de la defensa en Washington. Los planes a largo plazo están exigiendo ya que la fuerza aumente en 1.000 efectivos.

Durante su reciente audiencia de confirmación en el Senado, el Vicealmirante de la Marina William McRaven, el entrante jefe del SOCOM y saliente jefe del JSOC (el que mandaba durante el ataque a bin Laden) aprobó una rápida tasa de crecimiento del 3% al 5% en un año, mientras peleaba por lograr aún más recursos, incluyendo más aviones teledirigidos y la construcción de nuevas instalaciones para operaciones especiales.

Un ex SEAL, que todavía en ocasiones acompaña a las tropas al campo de batalla, McRaven, manifestó que pensaba que como las fuerzas convencionales estaban disminuyendo en Afganistán, las tropas de operaciones especiales deberían tener cada vez un mayor papel. Iraq, añadió, saldría beneficiado si las fuerzas estadounidenses continuaban trabajando allí una vez superado el límite de diciembre de 2011 para una retirada total de las tropas estadounidenses. También aseguró al Comité de Servicios Armados del Senado que "como antiguo comandante de la JSOC, puedo decirles que trabajamos muy duro en Yemen y en Somalia".

Durante un discurso en el Simposio Anual sobre Conflictos de Baja Intensidad y Operaciones Especiales de la Asociación Industrial de la Defensa Nacional celebrado a primeros de año, el Almirante de la Marina Eric Olson, el jefe saliente del Mando de Operaciones Especiales, señaló una imagen de satélite obtenida por la noche. Antes del 11-S, se consideraban zonas claves las porciones iluminadas del planeta –en su mayoría naciones industrializadas del norte global-. "Pero el mundo ha cambiado mucho en la última década", dijo . "Nuestro enfoque ha cambiado en gran medida hacia el sur… sin duda dentro de la comunidad de operaciones especiales, mientras abordamos las amenazas emergentes desde lugares no iluminados".

Con ese fin, Olson lanzó el "Proyecto Lawrence", un esfuerzo para aumentar las habilidades culturales –como formación avanzada en lenguas y mejores conocimientos de la historia y costumbres locales- para las operaciones en el extranjero. El programa se llamó así por el oficial británico, Thomas Edward Lawrence (más conocido como "Lawrence de Arabia"), quien se unió a los combatientes árabes para emprender una guerra de guerrillas en Oriente Medio durante la I Guerra Mundial. Mencionando a Afganistán, Pakistán, Mali e Indonesia, Olson añadió que el SOCOM necesitaba ahora "Lawrences en todas partes".

Aunque Olson refirió sólo 51 países que constituían objeto de preocupación para el SOCOM, Nye me dijo un determinado día que las fuerzas de las Operaciones Especiales están desplegadas, aproximadamente, en 70 naciones de todo el mundo. Todas ellas, se apresuró a añadir, a petición de los gobiernos anfitriones.

Según el testimonio de Olson a principios de años ante el Comité de Servicios Armados del Congreso, aproximadamente el 85% de las tropas de Operaciones Especiales desplegadas en el extranjero se encuentran en veinte países del área de operaciones del CENTCOM en el Gran Oriente Medio: Afganistán, Bahrein, Egipto, Irán, Iraq, Jordania, Kazajstán, Kuwait, Kirguizistán, Líbano, Omán, Pakistán, Qatar, Arabia Saudí, Siria, Tayikistán, Turkmenistán, Emiratos Árabes Unidos, Uzbekistán y el Yemen. El resto está disperso por todo el mundo, desde Sudamérica hasta el Sureste Asiático, algunas en pequeñas cifras, otras en grandes contingentes.

El Mando de las Operaciones Especiales no quiere revelar exactamente en qué países actúan sus fuerzas. "Obviamente, estamos yendo a algunos lugares donde no resulta ventajoso que digamos que estamos ahí", dice Nye. "No todas las naciones anfitrionas quieren saberlo, cualesquiera que sean las razones, que pueden ser internas o regionales".

Pero no es ningún secreto (o al menos es uno muy mal guardado) que las supuestas tropas de operaciones especiales negras, como los SEAL y la Fuerza Delta, están llevando a cabo misiones de capturar y matar en Afganistán, Iraq, Pakistán y Yemen, mientras que las fuerzas "blancas" como los Boinas Verdes y los Ranger están entrenando a sus socios indígenas como parte de una guerra secreta mundial contra Al-Qaida y otros grupos militantes.

Por ejemplo en Filipinas EEUU gasta 50 millones de dólares al año en un contingente de 600 efectivos de las Fuerzas de Operaciones Especiales del ejército, los SEAL de la Marina, en operadores especiales de la Fuerza Aérea y otros que llevan a cabo operaciones de contraterrorismo con aliados filipinos contra grupos insurgentes como la Yemaah Islamiyah y Abu Sayaf.

El año pasado, como revela un análisis de documentos del SOCOM, de documentos de fuentes abiertas del Pentágono y de una base de datos de las misiones de las Operaciones Especiales recopiladas por la periodista de investigación Tara McKelvey (para la Iniciativa del Periodismo de Seguridad Nacional de la Facultad Medill de Periodismo), la mayoría de las tropas de elite estadounidenses realizaron ejercicios de entrenamiento conjunto en Belize, Brasil, Bulgaria, Burkina Faso, Alemania, Indonesia, Mali, Noruega, Panamá y Polonia.

En lo que llevamos de año se han llevado a cabo misiones de entrenamiento parecidas en la República Dominicana, Jordania, Rumania, Senegal, Corea del Sur y Tailandia, entre otras naciones. En realidad, me dijo Nye, en estos momentos las labores de entrenamiento continúan en casi todas las naciones donde las Fuerzas de Operaciones Especiales están desplegadas. "De los 120 país que visitamos a finales de año, yo diría que en la inmensa mayoría hay ejercicios de entrenamiento de una forma u otra. Podrían clasificarse como ejercicios de entrenamiento".

La elite de poder del Pentágono

En otro tiempo hijastras abandonadas del establishment militar, las Fuerzas de Operaciones Especiales han crecido exponencialmente no sólo en tamaño y presupuesto sino también en poder e influencia. Desde 2002, se ha autorizado al SOCOM a crear sus propios Destacamentos Especiales Conjuntos –como el Destacamento Especial de Operaciones Especiales Conjuntas en Filipinas-, una prerrogativa limitada normalmente a mandos combatientes más amplios, como el CENTCOM. Este año, sin mucha fanfarria, el SOCOM estableció también su propio Destacamento Especial de Adquisiciones Conjuntas, un grupo de diseñadores de equipamiento y especialistas en adquisiciones.

Con control sobre el presupuesto, el adiestramiento y el equipamiento de sus fuerzas, los poderes normalmente reservados a los departamentos (como el Departamento del Ejército o el Departamento de la Marina), a los que se dedican dólares en cada presupuesto del Departamento de Defensa e influyentes defensores en el Congreso, en la actualidad el SOCOM es un actor excepcionalmente poderoso en el Pentágono.

Con verdadero peso, puede ganar batallas burocráticas, comprar tecnología punta y dedicarse a investigaciones marginales como la transmisión demensajes electrónicos a las cabezas de la gente o desarrollar con sigilo tecnologías secretas para las tropas de tierra. Desde 2001, los contratos importantes concedidos a empresas pequeñas –las que producen generalmente equipamiento especializado y armas- han aumentado seis veces.

Con sus cuarteles en la Base de la Fuerza Aérea Macdill en Florida, pero operando en el exterior de ese escenario, los comandos se extienden por todo el planeta, incluyendo Hawai, Alemania y Corea del Sur, y están activos en la mayoría de los países; el Mando de Operaciones Especiales ahora es una fueerza en sí mismo.

Como jefe saliente del SOCOM, Olson señaló a primeros de año: el SOCOM "es un microcosmos del Departamento de Defensa, con componentes de tierra, mar y aire, presencia global y autoridades y responsabilidades que son reflejo de los departamentos militares, los servicios militares y las agencias de la Defensa".

Encargado de coordinar todos los planes del Pentágono contra las redes globales del terrorismo y, como consecuencia, estrechamente conectado con otras agencias gubernamentales, ejércitos extranjeros y servicios de inteligencia, y armado con un inmenso inventario de helicópteros sigilosos, aviones tripulados de ala fija, aviones teledirigidos inmensamente armados, lanchas rápidas de fuego a gogó dotadas de alta tecnología, Humvees especializados y vehículos acorazados todoterreno resistentes a minas y emboscadas, o MRAPs (por sus siglas en inglés), así como otros equipamientos de vanguardia (con más en camino), el SOCOM representa algo novedoso en el ejército.

Aunque el difunto erudito del militarismo Chalmers Johnson solía referirse a la CIA como "el ejército privado del presidente", hoy el JSOC asume ese papel, actuando como el jefe ejecutivo de los escuadrones privados para asesinar, y su pariente el SOCOM funciona como una nueva elite de poder del Pentágono, un ejército secreto dentro del ejército que posee poder local y alcance global.

En 120 países de todo el globo, las tropas del Mando de Operaciones Especiales llevan a cabo su guerra secreta de asesinatos de perfil alto,matanzas de nivel bajo, operaciones de captura y secuestro, ataques nocturnos tipo patada en la puerta, operaciones conjuntas con fuerzas extranjeras y misiones de entrenamiento con socios locales como parte de un conflicto en las sombras del que la mayoría de los estadounidenses carecen de información. En otro tiempo "especiales" por ser pequeños, enjutos, equipos que actuaban fuera, hoy son especiales por su poder, accesos, influencia y aura.

Esa aura se beneficia ahora de una campaña de relaciones públicas bien orquestada que les ayuda a proyectar una imagen sobrehumana en casa y afuera, incluso aunque muchas de sus actividades actuales permanezcan en sombras cada vez más amplias. La visión típica que tratan de difundir se puede hallar en esta declaración del Almirante Olson: "Estoy convencido de que las fuerzas… son los socios culturalmente más compenetrados, los cazadores de asesinos más letales y los asesores, entrenadores, solucionadores de problemas y guerreros más responsables, ágiles, innovadores y eficaces que cualquier nación podría ofrecer".

Recientemente, en el Forum de Seguridad del Instituto Aspen, Olson ofreció unos comentarios igualmente edulcorados y también alguna información engañosa al afirmar que las Fuerzas de las Operaciones Especiales de EEUU estaban operando sólo en 65 países e implicadas en combate sólo en dos de ellos. Cuando se le preguntó por los ataques de aviones no tripulados en Pakistán, según las informaciones, contestó: "¿Está usted hablando de explosiones no atribuidas?".

Sin embargo, algo se le escapó. Señaló, por ejemplo, que las operaciones negras, como la misión de bin Laden, con comandos aerotransportados realizando ataques nocturnos, ya era algo excepcionalmente común. Cada noche se llevan a cabo más o menos una docena, dijo. Sin embargo, quizá sea aún más esclarecedor el comentario a bote pronto que hizo acerca del tamaño del SOCOM. Justo ahora, subrayó, las fuerzas de Operaciones Especiales de EEUU son aproximadamente tan grandes como todo el ejército del Canadá en servicio activo. En realidad, la fuerza es mucho mayor que los ejércitos en servicio activo de muchas de las naciones donde las tropas de elite estadounidenses operan cada año y se ha decidido que sigan creciendo.

Los estadounidenses tienen que ser conscientes ya de lo que significa tener una fuerza "especial" tan inmensa, tan activa y tan secreta, y no es muy probable que empiecen a serlo hasta que dispongan de mayor información. Y esa información no van a facilitársela Olson o sus tropas. "Nuestro acceso [a países extranjeros] depende de nuestra capacidad para no hablar de ello", dijo en respuesta a preguntas sobre el secretismo del SOCOM. Cuando las misiones se ven sometidas a escrutinio, como en el caso del asalto a bin Laden, las tropas de elite se sienten molestas. El "ejército secreto" del ejército, dijo Olson, quiere "regresar a las sombras y hacer ahí lo que tenga que hacer".

Nick Turse es historiador, ensayista y periodista de investigación. Es editor asociado de TomDispatch.com y nuevo redactor de Alternet.org, su último libro es The Case for Withdrawal from Afghanistan (Verso Books).

Este artículo es una colaboración entre Alternet.org y TomDispatch.com

Fuente: http://www.tomdispatch.com/blog/175426/tomgram%3A_nick_turse,_uncovering_the_military's_secret_military/

rCR
http://www.rebelion.org


EE.UU. tiene plan emergente para tomar armas nucleares paquistaníes

Juventud Rebelde 
6 de Agosto del 2011 9:26:07 CDT


Islamabad, 6 de agosto.— Estados Unidos tiene un «plan de contingencia» para arrebatarle las armas nucleares a Pakistán si el presidente Barack Obama las considera una amenaza para Washington o sus intereses, indica un reporte de Prensa Latina.

Según declaraciones de funcionarios norteamericanos citados por NBC News y reproducidas por noticiarios paquistaníes, las previsiones del Pentágono tienen en cuenta los peores escenarios y datan incluso de la época anterior a los ataques terroristas de Nueva York en septiembre del 2001.

Entre esos «escenarios» figuran el surgimiento de una situación de caos en Pakistán, la realización de atentados a instalaciones nucleares, una guerra con la India y la asunción del poder por el Ejército o por grupos de extremistas islámicos.

La NBC comentó que el mayor éxito de Estados Unidos en la guerra contra el terrorismo -el raid que culminó con la muerte de Osama bin Laden en la ciudad de Abbottabad el 2 de mayo último- llenó a preocupaciones a Washington sobre el arsenal nuclear de Pakistán.

Desde entonces, entre los funcionarios norteamericanos creció la sospecha de que dentro del ISI (los servicios de inteligencia paquistaníes) había gente que apoyaba al jefe de Al Qaeda.

Pero el éxito de la operación encubierta contra Bin Laden sin que el ISI lo advirtiera sino hasta después de consumada la acción, también hizo creer a muchos que era posible tomar las armas nucleares de Pakistán mediante una coordinada campaña de ataques relámpago.

En repetidas ocasiones, funcionarios militares estadounidenses han expresado ante el Congreso sus preocupaciones sobre la seguridad del arsenal nuclear paquistaní, incluida la probabilidad de que existan «bombas nucleares sueltas» o materiales nucleares fuera del control del gobierno.

Los informes del Pentágono describen situaciones en que sus efectivos intervendrían para conjurar el peligro de que las armas nucleares de la nación centroasiática caigan en «manos equivocadas».


Fuerza secreta del ejército USA está llevando a cabo operaciones en la mayoría de los países del mundo


En algún lugar de este planeta un comando estadounidense está realizando una misión. Sin el conocimiento del público de EE.UU., una fuerza secreta dentro del ejército está llevando a cabo operaciones en la mayoría de los países del mundo. Esta nueva élite de poder del Pentágono está haciendo una guerra global cuyo tamaño y alcance nunca ha sido revelada, hasta ahora.

Luego que un navy SEAL estadounidense presuntamente asesinó a Osama Bin Laden, una de las unidades más secretas de operaciones encubiertas en el ejército estadounidense, repentinamente encontró su misión en la atención del público. Fue atípico.

Mientras es bien conocido que las fuerzas de operaciones especiales de EE.UU. están desplegadas en las zonas de guerra de Afganistán e Irak, y cada vez es más evidente que estas unidades operan en zonas de conflicto más oscuras como Yemen y Somalia, la extensión de la guerra en todo el mundo ha permanecido profundamente en las sombras.

El año pasado, Karen DeYoung y Greg Jaffe del diario The Washington Post informaron que las fuerzas de operaciones especiales estadounidenses estaban desplegadas en 75 países, frente a 60 a finales de la presidencia de Bush.

Para finales de este año, el vocero del Comando de Operaciones Especiales de EE.UU., Coronel Tim Nye afirmó que esa cifra probablemente alcanzará a 120. “Nosotros hacemos muchos viajes – mucho más que Afganistán o Irak”, dijo recientemente.

Esta presencia global, en casi 60% de las naciones del mundo y mucho mayor de lo que se reconoce, proporciona una sorprendente nueva evidencia de una elite de poder en aumento del Pentágono, haciendo una guerra secreta en todas las esquinas del mundo.

Tomado de Counterpunch, Traducción por Ivana Cardinale para Patria Grande