La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se reunió este martes con el primer ministro, Wen Jiabao, y el presidente de la Asamblea Nacional Popular (ANP), Wu Bangguo, antes de viajar a la cumbre del Brics, un día después de firmar una veintena de convenios para mejorar la relación comercial.
Como es habitual en el liderazgo chino, los interlocutores de la presidenta reiteraron que los dos mayores países en desarrollo de Asia y América deben impulsar la cooperación en beneficio mutuo y como ejemplo de la cooperación Sur-Sur.
Según medios oficiales chinos, Pekín quiere profundizar las relaciones bilaterales negociando sobre una base de igualdad y confianza mutua, con "win win" (beneficio mutuo), aumento de la cooperación científica y tecnológica e impulso a los intercambios sociales.
La mandataria también reiteró que Brasil quiere estrechar más la relación de socio estratégico con China, fortalecer el intercambio y la cooperación en todos los ámbitos y mejorar aún más los vínculos.
El mensaje de la mandataria brasileña fue claro desde su llegada a Pekín: Brasil quiere un "salto cualitativo" en sus exportaciones a China, con aumento de las elaboradas, apenas el 30 por ciento de un comercio de 56.000 millones de dólares en 2010.
Según dijo Chen Duqing, exembajador de China en Brasil, a Xinhua, "la presidenta tiene visión de futuro y es muy pragmática".
Ese pragmatismo le llevó, según los analistas, a recibir nada más llegar a China a Ren Zhengfei, presidente de Huawei, el gigante chino de equipos de telecomunicaciones que lucha con su rival, también chino, ZTE (Zhong Xing Telecommunication Equipment) porhacerse con el mercado latinoamericano, tras Asia y Africa.
Según un comunicado de Huawei, Ren explicó a Rousseff la expansión de la empresa, dijo generar en Brasil 10.000 empleos directos e indirectos, anunció más inversión en el Centro de Innovación, Producción y Formación en Sao Paulo, y dijo que donará equipos a las Universidades de Sao Paulo y Brasilia.
De los 22 acuerdos con compromisos económicos públicos y privados logrados durante la visita, los hay sobre comercio, tecnología (también para exploración petrolera en aguas y tierras ultraprofundas entre Petrobras y Sinochem), medio ambiente, compra de aviones comerciales Embraer 190 o deportes y defensa.
En cooperación militar, se acordó intercambio de experiencias en operaciones, productos, también tecnología de defensa, servicios, entrenamiento, maniobras militares e intercambio de información también para la seguridad de acontecimientos importantes.
Otros convenios fueron para abrir el Instituto Confucio en la Universidad Federal de Río Grande del Sur, y la cooperación entre la cadena de televisión estatal china Cctv y TV Bandeirantes Sao Paulo.
Además, el gigante tecnológico taiwanés Foxcom invertirá 12.000 millones de dólaresen cinco años para fabricar productos Apple como su tableta iPad, mientras que el Ejecutivo brasileño hará una contrapartida y eventualmente generar 100.000 empleos en Brasil.
Como gran productor agrícola, en Brasil, donde empresas chinas compran tierras para producir y exportar, era esperada la apertura conseguida del mercado para la carne de cerdo, la más consumida en China, pero afectada por los escándalos.
El último de ellos fue la detención en la provincia de Henan (centro) de un centenar de implicados en producir, vender o utilizar el químico prohibido clenbuterol y otros aditivos perjudiciales para la salud en la cría de cerdos y elaboración de embutidos, en una campaña que busca elevar estándares alimentarios.
Rousseff viajó a última hora de este martes a la cumbre del Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que se celebrará este jueves, en la isla suroriental de Hainan.
China es el mayor socio comercial de Brasil y principal destino de sus exportaciones además del mayor inversionista (13.000 millones de dólares) en materias primas y equipamientos de telecomunicaciones, pero el Gobierno de Rousseff pide un giro de la inversión hacia la tecnología e industria.