EFE – WASHINGTON El Pentágono lanzó hoy al espacio un prototipo del Falcon HTV-2, el avión más rápido jamás construido, para probarlo pero perdió contacto con la aeronave pocos minutos después de que comenzara a sobrevolar el océano Pacífico.
La Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa de EEUU (DARPA) retransmitió hoy a través de la red social Twitter la segunda y última prueba del Falcon HTV-2, que transcurrió como estaba previsto hasta que se perdió la pista del avión en la fase de vuelo.
El aparato, que puede alcanzar velocidades veinte veces mayores a la del sonido, fue sometido a otra prueba en abril del año pasado, pero la misión tuvo que ser abortada nueve minutos después del despegue al detectarse una anomalía técnica durante el lanzamiento.
Tras este intento fallido, los ingenieros modificaron el diseño y los patrones de vuelo del avión. El Pentágono volvió a lanzar el HTV-2 al espacio impulsado por un cohete desde la base aérea de Vanderberg (California).
El aparato también ha sido probado en simulaciones informáticas y túneles de viento, pero sólo las pruebas reales pueden garantizar que soporta las altas velocidades y temperaturas para las que está diseñado.
Este ingenio aeronáutico se gestó en 2003 como resultado de un proyecto del Pentágono para crear un avión que pudiera llegar a cualquier parte del mundo en menos de una hora y soportar temperaturas de casi 2.000 grados centígrados.
Hasta el momento, la última actualización de la DARPA en su cuenta de Twitter indicaba que la aeronave tiene capacidad para terminar el vuelo de manera autónoma, aunque se haya perdido el contacto con ella.
Las dos pruebas del Falcon HTV-2 tienen un coste total de unos 308 millones de dólares (más de 216 millones de euros), según datos de la propia DARPA.
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