Moscú, 4 may (EFE).- El Ministerio de Defensa de Rusia ofreció hoy sus radares para proteger a Europa de un posible ataque con misiles procedente de regímenes denostados por Occidente, como el iraní.
"Si nos pusiéramos de acuerdo con EEUU y la OTAN, esos radares podrían ser parte del potencial conjunto para la lucha contra las posibles amenazas con misiles de medio y largo alcance", afirmó Anatoli Antónov, viceministro de Defensa ruso.
Durante la conferencia internacional sobre defensa antimisiles que se celebra en la capital rusa, Antónov aludió en concreto a la estación de radar antimisiles de Sófrino (región de Moscú), adonde han sido invitados expertos occidentales.
"Se trata de demostrar en la práctica, en acción, esos elementos de defensa aeroespacial que existen hoy en día en nuestro país y demostrar que Rusia está dispuesta y preparada para la cooperación real", dijo.
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Antónov subrayó que ese radar puede seguir de cerca el lanzamiento contra territorio europeo de misiles procedentes de países asiáticos, incluido Irán.
El radar Don-2N de Sófrino, que está capacitado para supervisar objetos a una altura de hasta 40.000 kilómetros, puede localizar misiles balísticos, medir sus coordinadas, determinar sus elementos y poner en marcha la defensa antimisiles.
A su vez, el viceministro ruso se mostró satisfecho con el resultado de los informes sobre defensa antimisiles y recordó que "se trataba de una conferencia, no de unas negociaciones".
Estados Unidos se mostró dispuesto la víspera a conceder al Kremlin garantías jurídicas de que el escudo antimisiles norteamericano no amenaza la seguridad rusa, pero sólo tras alcanzar un acuerdo de cooperación en ese terreno.
"Hay que llegar a un acuerdo de cooperación antes de conceder garantías jurídicas", afirmó hoy Ellen Tauscher, subsecretaria de Estado para el Control de Armas y Seguridad Internacional.
Estados Unidos y la OTAN han ofrecido hoy a Rusia que coopere en las primeras fases del despliegue del escudo antimisiles en Europa para convencerse de que éste no menoscaba su potencia de disuasión nuclear.
Mientras, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas rusas, Nikolái Makárov, advirtió que si el escudo estadounidense amenaza directamente la seguridad nacional, Rusia se reserva el derecho a recurrir a medidas preventivas.
Esa función sería desempeñada por las baterías rusas de misiles tácticos Iskander desplegados en el enclave báltico de Kaliningrado, que es limítrofe con varios países aliados.
El presidente ruso, Dmitri Medvédev, ha advertido en los últimos meses que si para 2020 no hay acuerdo el mundo se verá abocado a una nueva carrera armamentista, similar a la protagonizada por Moscú y Washington durante la Guerra Fría. EFE
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