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El régimen sirio ha adquirido nuevo armamento y munición, especialmente en artillería y sistemas de defensa tierra-aire, por valor de más de 2.000 millones de euros ante la posibilidad de tener que hacer frente a una ofensiva aérea occidental, informó en su edición de ayer el diario Yediot Aharonot, que cita a un alto mando militar israelí. Dicha cuantía es similar a la invertida en el conjunto de los años transcurridos desde la guerra del Yom Kipur, en 1973.
Los principales proveedores de estas armas habrían sido los países que constituyen los principales apoyos de Siria en el Consejo de Seguridad de la ONU, Rusia y China, además de Corea del Norte, con la que el régimen de Damasco mantiene importantes relaciones militares; el reactor nuclear de Al Kibar que fue bombardeado por la aviación israelí en 2007 supuestamente incorporaba tecnología norcoreana.
Además de este rearme convencional, la preocupación de los militares israelíes se centra más en los arsenales de armas químicas y biológicas del régimen de El Asad, después de que la oposición denunciara el uso de un gas similar al sarín en un reciente ataque contra la ciudad de Homs en el que siete personas murieron por las inhalaciones. Entonces, el responsable de las Fuerzas Aéreas de Israel, el teniente general Amir Eshel, declaró públicamente que “Israel tiene que estar preparado para todos los escenarios”. Entre ellos, un bombardeo preventivo de los arsenales de armas no convencionales en el caso de que pudieran caer en manos de los grupos rebeldes o ser transferidos a organizaciones guerrilleras radicales como Hezbolá.
Según la edición digital de la revista alemana Focus, varias unidades especiales (estadounidenses, francesas e israelíes) estarían infiltradas ya en territorio sirio, precisamente para prevenir cualquier tipo de transferencia o hurto de este tipo de armamento no convencional. No obstante, esta información no ha sido confirmada ni por el Pentágono ni por los ministerios de Defensa francés o israelí.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, aseguró que según sus informaciones el régimen sirio está tomando todas las medidas de seguridad necesarias para impedirlo,concentrando las armas no convencionales y dotándolas de la máxima protección. En una entrevista concedida al canal de televisión Rusia Hoy, Lavrov señaló que el régimen sirio es consciente de que el uso de armas químicas y biológicas, o su extravío o transferencia a terceros, supondría su “suicidio político”.
Lavrov desmintió también la información de que Estados Unidos y Rusia han llegado a un acuerdo para, con el apoyo del Consejo de Seguridad, impulsar un Gobierno de transición que se hiciera cargo del país mientras se aplica el correspondiente plan de paz y reconciliación nacional. Según el ministro de Exteriores, incluso aunque Rusia y China se lo pidieran, El Asad no dimitiría, por lo que todos los pronósticos auguran una larga guerra civil.
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