El prestigioso IISS, el Instituto de Estudios Estratégicos de Londres informó que los gastos militares latinoamericanos del último año fueron de 47.200 millones de dólares. En el 2003 habían sido de 24.700 millones. Supuestamente, este incremento se debió a la falta de renovación del material militar y aseguran que se trata de un gasto extraordinario gracias a los años de crecimiento económico. Lo cierto es que la factura llega en el medio de la recesión.
Colombia anunció que invertirá 4.000 millones de dólares en modernizar fragatas y submarinos en astilleros de Francia y Alemania. En los próximos meses deberá recibir 15 helicópteros Black Hawk de Estados Unidos, cinco MI-17 de Rusia, 30 vehículos blindados, 20 obuses de 105 mm. franceses, 13 aviones Kfir y varios aviones Caravan y Súper King. También levantará una planta para fabricar fusiles Galil, de origen israelí.
Chile renovó su impresionante flota de 300 tanques Leopard-2, de 60 toneladas de peso y cañones de 120 milímetros. Las Fuerzas Armadas de ese país siguen teniendo, proporcionalmente, el presupuesto más elevado en Defensa gracias a la anacrónica ley impuesta por la dictadura de Pinochet por la que los militares se quedan con el 10% del dinero de la explotación del cobre.
En los últimos tres años el gobierno de Hugo Chávez hizo compras de material bélico a Rusia, Bielorrusia, China y España por 6.700 millones de dólares. Caracas adquirió 100.000 fusiles AK103 y este año debería recibir de Moscú cazas SU-30, aviones de transporte IL-76, Cisterna IL-78, submarinos Kilo y helicópteros MI-28.
Brasil viene acrecentando su presupuesto militar un 10% por año. En el 2008 alcanzó los 20.100 millones de dólares. En el 2004 era de apenas 9.600 millones. Ahora, la excusa del gobierno de Lula es que necesita submarinos para proteger las reservas de petróleo que se encontraron en alta mar. En total, Latinoamérica casi duplicó su arsenal en los últimos seis años.
Y Argentina...sigue en la lona.
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