Popov, quien encabeza la comisión de política naval en el Senado ruso, piensa que "la Armada afronta una tarea colosal", dada la extensión que tienen la plataforma continental y la zona económica exclusiva de Rusia.
Un peligro especial, a su juicio, emana de grupos de combate navales que EEUU y la OTAN mantienen con carácter permanente en las zonas que hacen posible un uso eficaz de misiles de crucero y balísticos contra el territorio ruso.
El almirante resaltó que la Armada rusa tiene en su arsenal armas obsoletas y carece de embarcaciones modernas en las principales categorías. "Nuestros buques de superficie en el Lejano Oriente son numéricamente tres veces inferiores a los de Japón", dijo.
Algunos expertos estiman que el potencial naval de Suecia y Finlandia en el mar Báltico duplica al de Rusia; y el de Alemania es tres o cuatro veces superior. Turquía dispone de una flota dos veces más poderosa en el mar Negro. La Armada francesa o británica son cincos o seis veces superiores; y la estadounidense, 20 o 30 veces.
De mantenerse la situación actual, la Armada rusa tendrá muy pocos buques de largo alcance hacia 2015 y se transformará en una flota costera de limitada capacidad combativa que no estará en condiciones de proteger los intereses vitales de Rusia en el Océano Mundial, advirtió el almirante. Precisó que la causa fundamental es la escasa financiación que no da abasto para construir en serie nuevos buques ni mantener en estado combativo los existentes.
A lo largo del último decenio, la Armada recibió una sola corbeta cuyo desplazamiento ronda 2.000 toneladas y ningún buque oceánico.
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