Conocido dentro del lucrativo negocio del tráfico internacional de armas como «el mariscal de campo», el belga Jacques Monsieur tenía hasta ahora cierta fama de resbaladizo pese al interés generado por sus ilícitas actividades mercantiles entre las autoridades de diversos países. Pero toda esa fama de intocable ha terminado una semana antes de que empezase su esperado juicio en un tribunal federal de Mobile, Alabama. Instancia ante la que el intermediario belga se ha declarado culpable de un grave delito de conspiración por el que podría hacer frente a cinco años de cárcel y una multa de 250.000 dólares.
El caso por el que Jacques Monsieur recibirá una previsible pena reducida está relacionado con una operación para facilitar a Irán motores nuevos para sus envejecidos aviones militares F-5. Aparatos que Estados Unidos vendió antes de la revolución islámica de 1979 pero cuya utilización por parte del régimen de Teherán se ha visto obstaculizado por graves problemas de mantenimiento.
De acuerdo a las explicaciones facilitadas por el Departamento de Justicia, la captura de Jacques Monsieur por violar el vigente embargo de armas contra Irán fue posible gracias a un agente federal infiltrado gradualmente en su red de negocios con armas. Operación que incluyó entrevistas personales en Londres y París junto a transferencias de dinero y un plan que incluía utilizar a Colombia y los Emiratos Árabes Unidos como tapadera de Irán.
Finalmente, Monsieur fue detenido nada más llegar al aeropuerto internacional JFK de Nueva York en agosto de este año. Como su compinche principal, las autoridades de Estados Unidos han identificado al ciudadano iraní Dara Fotouhi, residente en Francia pero en paradero desconocido.
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