El A-400M apunta al mercado de Estados Unidos

MADRID- Superados los mil y un escollos derivados de su sobrecoste, el proyecto A400M, y no sólo el aparato, parece haber despegado. Aún quedan tres años para que el avión de transporte militar europeo empiece físicamente a surcar los cielos. Sin embargo, algunos empiezan ya a mirar más allá y lo que ven es un futuro más que halagüeño para un proyecto que generará casi 15.000 puestos de trabajo en Sevilla.

Tanto, que en Airbus Military no descartan que a medio plazo las Fuerzas Armadas de Estados Unidos se conviertan en uno de sus grandes clientes. La posición de partida del avión en este mercado es más que buena.

El A400M, con una capacidad de carga de 37 toneladas, está a medio camino entre el supergigante C-17, capaz de transportar 65 toneladas, y el veterano C-130 Hércules – entre 15 y 19 toneladas, según la versión–.

«El A400M no tiene competidor en su segmento, y eso le convierte en una opción muy atractiva para EE UU, que, por problemas de espacio en la bodega del C-130, tiene dificultades para transportar ciertos equipos como blindados o helicópteros ligeros a zonas donde no vuela el C-17 y que sí pueden trasladarse en nuestro avión», explican desde Airbus Military.
Desarrollo
Desde el punto de vista económico y tecnológico, el avión europeo parte con la ventaja de que la inversión para su desarrollo ya está hecha y su diseño está casi ultimado, a falta de las modificaciones que se introduzcan en los tres años de pruebas que tiene por delante. «Para EE UU, poner en el aire un competidor del A400M sería muy costoso en todos los aspectos. A nosotros nos ha costado seis años hacer el primer vuelo. Y es un plazo relativamente bueno, pese a los tres años de retraso, teniendo en cuenta que a ellos les costó más de un decenio desarrollar del C-17», argumentan desde el fabricante europeo, al tiempo que recuerdan que es casi «imposible» desarrollar un programa militar sin retrasos.

El principal obstáculo con el que puede enfrentarse el desembarco de la aeronave en EE UU es el profundo calado político del proyecto.

Para la industria aeronáutica europea, se trata de un producto emblemático que, de penetrar en el mercado americano, supondría un duro golpe para el principal constructor de aquel país y principal competidor de Airbus, Boeing.

Y por ahí podrían surgir graves dificultades, como ha demostrado el proceso de renovación de la flota estadounidense de aviones cisterna de reabastecimiento en vuelo.
Reclamación
El contrato, que supone la entrega de 179 aviones y un monto de 23.815 millones, fue ganado en febrero de 2008 por EADS y Northrop Grumman. Sin embargo, fue posteriormente anulado tras una reclamación de Boeing. Las condiciones del nuevo, según fuentes del sector, parecen hechas «a la medida de las necesidades del fabricante americano».
Mucho recorrido por delante
El C-130, el Hércules, entró en servicio en 1953. Desde entonces, se han construido más de 60 versiones, muchas de las cuáles siguen todavía operativas. Visto tal antecedente, en Airbus Military no tienen ni la menor duda de que el A400M tendrá «un recorrido larguísimo», tanto en clientes como en versiones, a partir de su entrada en servicio a finales de 2012. El fabricante europeo considera que, además de a los grandes países, interesará a potencias medias como México, Japón, India o Brasil.
Lo cierto es que de su éxito fuera de Europa depende buena parte de su éxito. El proyecto será rentable cuando sus ventas superen las 200 unidades, sin contar las 180 contratadas por los impulsores del proyecto, Alemania, Turquía, Francia, España, Reino Unido, Bélgica y Luxemburgo.
LA RAZÓN.ES