EP | MADRID Actualizado Miércoles , 28-04-10 a las 16 : 33
La organización Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este miércoles las torturas rutinarias y sistemáticas, entre ellas descargas eléctricas, palizas, privaciones y sodomizaciones, a las que eran sometidos los presos de una cárcel secreta del Gobierno iraquí en el antiguo aeropuerto de Muthanna, en el oeste de Bagdad. La organización de defensa de los Derechos Humanos entrevistó el pasado 26 de abril a 42 de los 300 presos que fueron trasladados en las últimas semanas del centro secreto a la prisión de Al Rusafa. La transferencia de presos se acometió después de que el diario estadounidense 'Los Angeles Times' revelase la existencia de estas torturas el pasado 19 de abril. La mayoría de los 300 trasladados muestran cicatrices recientes y lesiones que según declararon eran resultado de la tortura rutinaria y sistemática que habían sufrido de manos de los interrogadores en Muthanna. Todos ellos fueron acusados de complicidad con el terrorismo, y muchos aseguraron que fueron obligados a firmar confesiones falsas. "El horror que nos hemos encontrado en el centro nos da a entender que la tortura era la norma en Muthanna", declaró el subdirector de HRW para Oriente Próximo, Joe Stork. "El Gobierno iraquí tiene que procesar a todos los responsables de esta brutalidad sistemática", añadió. Según varias fuentes consultadas por HRW, esta instalación secreta estaba bajo la jurisdicción de la oficina militar del primer ministro iraquí, Nuri al Maliki. Todos los prisioneros que fueron entrevistados describen los mismos métodos de tortura empleados durante las interrogaciones. Los carceleros colgaban a los detenidos de barras mientras estaban esposados y con los ojos vendados. También los golpeaban con bates, les ponían bolsas sucias de plástico en la cabeza para dejarles sin aire. Todos tenían costras de heridas y moratones en las piernas. Según declararon, normalmente, cuando se desmayaban les despertaban con electroshocks en sus genitales u otras partes de su cuerpo. Les llamaban "terroristas" y "baazistas" (miembros del partido de Sadam Hussein). También les ofrecían confesiones falsas ya firmadas o impresas con huellas digitales sin haberlas leído. Incluso después de haber confesado, la tortura persistía, dijeron muchos de ellos. HRW solicita a las autoridades iraquíes que establezcan una investigación independiente e imparcial de lo ocurrido en Muthanna, para determinar quiénes eran los responsables y por tanto, enjuiciarles. También solicitó que el Gobierno asegure que los tribunales no han utilizado ninguna de las declaraciones obtenidas mediante torturas. "Lo que ocurrió en Muthanna es un ejemplo de los abusos horribles que los líderes iraquíes dicen que quieren dejar atrás", dijo Stork. "Todos los responsables, desde las esferas más altas hasta las más bajas, han de rendir cuentas". Después de la información publicada por el diario estadounidense sobre los abusos en el centro de detención Muthanna, el Gobierno iraquí aseguró que investigaría las acusaciones de tortura y ya ha detenido a tres oficiales del Ejército en relación con estos abusos. Los entrevistados explicaron que el Ejército iraquí les detuvo entre septiembre y diciembre de 2009, después de llevar a cabo una serie de redadas en Mosul y sus alrededores, un bastión de milicianos sunitas y de Al Qaeda.
ABC
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