Los artificieros localizaron y desactivaron otro artefacto explosivo en la central hidroeléctrica de Baksán, en la república rusa de Kabardino-Balkaria (Cáucaso del Norte), previniendo de esta manera una nueva explosión, según informa la agencia de información rusa Itar-TASS.
El 21 de julio a las 4:20 de la madrugada (hora local) un grupo de personas no identificadas invadieron la planta hidroeléctrica de Baksán, mataron a tiros a dos empleados de seguridad, golpearon a dos obreros y pusieron dos dispositivos explosivos. La primera explosión se produjo a las 5:20 y la segunda cuarenta minutos más tarde. La última detonación causó el incendio de uno de los generadores. A las 6:14 la planta detuvo su actividad.
Las fuentes policiales no excluyen que pueda tratarse de un atentado terrorista. El Comité Antiterrorista Nacional informó de que el ataque había sido realizado por unas cuatro personas. Según el portavoz de la empresa Rushidro, propietaria de la planta, antes de explotar la central los terroristas atacaron con armas de fuego automáticas la comisaría municipal de policía para después "penetrar en la central, matando a dos policías del municipio de Baksán".
Los trabajos en la central por el momento están paralizados. El incendio fue apagado a las 9 de la mañana. Actualmente en el lugar están trabajando agentes de seguridad e ingenieros. Las dos personas heridas fueron transportadas a un hospital local. Según explicó el jefe del departamento de prensa del centro regional del Ministerio de Emergencias de Rusia, Olég Grekov, no hay amenaza para la vida de la población tras las explosiones. Además, el accidente en la central no causó cortes del suministro de energía eléctrica.
La central hidroeléctrica de Baksán fue construida entre 1930 y 1936, y dispone de tres generadores de energía. El promedio anual de producción ronda los 108 millones de kilovatios/hora.
RT
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