Lo primero que hizo el presidente ruso, Dmitry Medvedev, en su reciente visita a EE.UU. no fue acudir a la Casa Blanca. Antes de ver a Barack Obama se citó con Steve Jobs, el presidente de Apple.También vio a los creadores de Twitter, visitó el garaje donde Dave Packard y Bill Hewlett pusieron los cimientos de HP, la sede de Cisco y le dio tiempo para entrevistarse con el presidente de Google, Eric Schmidt. Todo sin salir de una zona, Silicon Valley, verdadero corazón de la innovación tecnológica mundial. Medvedev, que dijo en una conferencia en la Universidad de Stanford que quería ver con sus propios ojos "los orígenes del éxito", quiere exportar la idea a su país.
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