El candidato del partido-milicia chií Hezbolá, el magnate de las telecomunicaciones suní Najib Maliki, se perfila como futuro primer ministro libanés, tras la primera jornada de conversaciones parlamentarias mantenidas este lunes por los grupos políticos con el presidente del país, Michael Suleiman.
El primer ministro en funciones, Saad Hariri, que sufrió a comienzos de este mes la caída de su Gobierno por la salida de los diez ministros de Hezbolá y aliados y de un independiente, ha asegurado
"En cuanto al golpe de Estado que Hezbolá está perpetrando, es un intento para poner el cargo de primer ministro bajo el control del wilayato al Fakih (la autoridad religiosa iraní)", han señalado en un comunicado los seguidores de Hariri en la ciudad de Trípoli, antes de llamar "traidores" a quienes apoyen un gobierno liderado por Hezbolá.
Los seguidores del primer ministro en funciones han protagonizado manifestaciones en varias ciudades del país este lunes. Así, en Trípoli han bloqueado calles, en Sidón han quemado neumáticos para cortar el tráfico en la principal carretera, que lleva del norte al sur de la localidad, y en la capital han tenido que ser dispersados por las fuerzas de seguridad. También han llegado a provocar el cierre de la carretera que lleva hasta Siria por el valle de la Bekaa.
El partido-milicia Hezbolá y sus aliados abandonaron el pasado 12 de enero el Gobierno de unidad que lideraba el primer ministro Saad Hariri por discrepancias sobre la acusación del Tribunal Especial para Líbano, el órgano judicial respaldado por Naciones Unidas que investiga el asesinato del ex primer ministro Rafik Hariri, el 14 de febrero de 2005.
El viceprimer ministro israelí, Silvan Shalom, ya había advertido este fin de semana sobre el riesgo que podría suponer el establecimiento en Líbano de un "gobierno iraní" y había asegurado que Hezbolá no será considerado a partir de ahora "simplemente" un grupo terrorista "operando con el apoyo de Irán" sino también "un grupo terrorista con el control del país".
El primer ministro saliente libanés, Saad Hariri, confiaba en conseguir esta semana el respaldo suficiente para formar un nuevo Gobierno, tras ver su Ejecutivo colapsado por el abandono de los diez ministros de Hezbolá y aliados y de un ministro independiente.
El apoyo del líder de los drusos, Walid Jumblatt, junto a los seis miembros de su bloque parlamentario, los 57 parlamentarios de Hezbolá y aliados y su propio voto sitúan al magnate de las telecomunicaciones suní Najib Mikati como el futuro primer ministro libanés, con un total de 65 votos de los 128 escaños que integran el Parlamento.
Todo apunta por el momento a que Mikati, un hombre de negocios de éxito y ex primer ministro libanés, no sucumbirá a la presión ejercida en las calles por los seguidores de Hariri, que le han reclamado que retire su candidatura.
Mikati ejerció brevemente como jefe de Gobierno entre abril y julio de 2005, después de que la muerte del ex primer ministro Rafik Hariri obligara a Siria a retirar sus fuerzas militares del territorio libanés.
Tras reunirse con el presidente del país, Mikati se ha comprometido a hablar con todas las fuerzas políticas si resulta elegido. "Le he dicho al primer ministro Saad Hariri que estamos todos por el bien de Líbano", ha dicho, en declaraciones a la prensa.
A pesar de las declaraciones a Mikati, Hariri, un político suní que cuenta con el respaldo de Estados Unidos y Arabia Saudí, ha transmitido a sus seguidores que no entrará a formar parte de un gobierno liderado por Hezbolá, una semana después de asegurar que aceptaría los resultados de las conversaciones parlamentarias y que no alentaría protestas en las calles.
Las acusaciones del Tribunal Especial para Líbano, el órgano encargado de investigar el asesinato en febrero de 2005 del ex primer ministro Rafik Hariri, han estado en el origen de las disputas políticas que han llevado a la caída del Ejecutivo hasta este mes liderado por Saad Hariri.
que él y su movimiento no formarán parte de un Ejecutivo liderado por el partido-milicia chií. Los partidarios del primer ministro saliente en el norte del país han convocado este lunes un "día de la ira".
El primer ministro en funciones, Saad Hariri, que sufrió a comienzos de este mes la caída de su Gobierno por la salida de los diez ministros de Hezbolá y aliados y de un independiente, ha asegurado
"En cuanto al golpe de Estado que Hezbolá está perpetrando, es un intento para poner el cargo de primer ministro bajo el control del wilayato al Fakih (la autoridad religiosa iraní)", han señalado en un comunicado los seguidores de Hariri en la ciudad de Trípoli, antes de llamar "traidores" a quienes apoyen un gobierno liderado por Hezbolá.
Los seguidores del primer ministro en funciones han protagonizado manifestaciones en varias ciudades del país este lunes. Así, en Trípoli han bloqueado calles, en Sidón han quemado neumáticos para cortar el tráfico en la principal carretera, que lleva del norte al sur de la localidad, y en la capital han tenido que ser dispersados por las fuerzas de seguridad. También han llegado a provocar el cierre de la carretera que lleva hasta Siria por el valle de la Bekaa.
El partido-milicia Hezbolá y sus aliados abandonaron el pasado 12 de enero el Gobierno de unidad que lideraba el primer ministro Saad Hariri por discrepancias sobre la acusación del Tribunal Especial para Líbano, el órgano judicial respaldado por Naciones Unidas que investiga el asesinato del ex primer ministro Rafik Hariri, el 14 de febrero de 2005.
El viceprimer ministro israelí, Silvan Shalom, ya había advertido este fin de semana sobre el riesgo que podría suponer el establecimiento en Líbano de un "gobierno iraní" y había asegurado que Hezbolá no será considerado a partir de ahora "simplemente" un grupo terrorista "operando con el apoyo de Irán" sino también "un grupo terrorista con el control del país".
El primer ministro saliente libanés, Saad Hariri, confiaba en conseguir esta semana el respaldo suficiente para formar un nuevo Gobierno, tras ver su Ejecutivo colapsado por el abandono de los diez ministros de Hezbolá y aliados y de un ministro independiente.
El apoyo del líder de los drusos, Walid Jumblatt, junto a los seis miembros de su bloque parlamentario, los 57 parlamentarios de Hezbolá y aliados y su propio voto sitúan al magnate de las telecomunicaciones suní Najib Mikati como el futuro primer ministro libanés, con un total de 65 votos de los 128 escaños que integran el Parlamento.
Todo apunta por el momento a que Mikati, un hombre de negocios de éxito y ex primer ministro libanés, no sucumbirá a la presión ejercida en las calles por los seguidores de Hariri, que le han reclamado que retire su candidatura.
Mikati ejerció brevemente como jefe de Gobierno entre abril y julio de 2005, después de que la muerte del ex primer ministro Rafik Hariri obligara a Siria a retirar sus fuerzas militares del territorio libanés.
Tras reunirse con el presidente del país, Mikati se ha comprometido a hablar con todas las fuerzas políticas si resulta elegido. "Le he dicho al primer ministro Saad Hariri que estamos todos por el bien de Líbano", ha dicho, en declaraciones a la prensa.
A pesar de las declaraciones a Mikati, Hariri, un político suní que cuenta con el respaldo de Estados Unidos y Arabia Saudí, ha transmitido a sus seguidores que no entrará a formar parte de un gobierno liderado por Hezbolá, una semana después de asegurar que aceptaría los resultados de las conversaciones parlamentarias y que no alentaría protestas en las calles.
Las acusaciones del Tribunal Especial para Líbano, el órgano encargado de investigar el asesinato en febrero de 2005 del ex primer ministro Rafik Hariri, han estado en el origen de las disputas políticas que han llevado a la caída del Ejecutivo hasta este mes liderado por Saad Hariri.
que él y su movimiento no formarán parte de un Ejecutivo liderado por el partido-milicia chií. Los partidarios del primer ministro saliente en el norte del país han convocado este lunes un "día de la ira".
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