Lo que realmente no se vio del ataque a las torres gemelas, fue la explosión en las esquinas, en filmaciones realizadas ese día, al ser analizadas por expertos puede observarse unas pequeñas columnas de humo salir de cada esquina del piso antes que este se venga abajo.
Especialistas en demolición aseguran que son explosivos, mismos que ellos utilizan en su trabajo. Pero ¿Por Qué? La respuesta nos remite a las sartas de mentiras de George Bush, quien para continuar la guerra que comenzó su padre, invento toda una trama que va desde la invasión a Irak hasta más allá de la caída de las torres gemelas, conocidas en aquel entonces como el World Trade Center, y en donde perdieron la vida miles de personas.
Muchos han de saber, a pocos meses de cumplirse los primeros diez años de la tragedia que no solo golpeo a los norteamericanos, sino a todo el mundo, que George Bush es socio en una fábrica de armamento militar, abasteciendo al ejercito de su “país” con pertrechos, reportándole enormes ganancias.
De ahí que, cuando todo parecía que se estaba calmando, viniera el señor Bush y una vez más engañará al pueblo estadounidense y los hiciera caer en el error, esta vez, que Irak tenía armas biológicas y de nueva cuenta a la guerra.
Nunca se encontraron rastros de armas nucleares, ni de armas químicas, solo pudimos ser testigos de cómo los norteamericanos saqueaban los pozos petroleros de la que fuese una vez la cuna de las mil y una noche.
Siempre pensamos que en Estados Unidos no existe la palabra impunidad, pero los hechos históricos nos han demostrado lo contrario. Uno de los más grandes y que se ha de quedar así, es el asesinato de JFK, en cuyo escenario se ha demostrado que hubo más de un tirador, y que el pobre diablo de Lee Harry Oswald sólo fue un chivo expiatorio.
Lee Harry Oswald fue asesinado por Jack Rubí, y este a su, vez tiroteado por los guardias y policías que trasladaban de manera “segura” al presunto asesino de JFK.
George W Bush es recordado en varios sitios del planeta como un asesino de masas, peor que un asesino en serie. En las grandes borracheras que acostumbra, en múltiples ocasiones se le escucho hablar (pues dejaba abierto el canal del micrófono) con Tony Blair, su confidente, sobre otros personajes del mundo, utilizando palabras que solo pueden describir la condición mental del que fuese electo dos veces para ocupar la casa blanca y regir los destinos de una nación.
Cierta vez entrevistaron a una mujer con lágrimas en los ojos, por la muerte de sus dos hijos en Irak, "ella creía en la justicia norteamericana", incluso se llego a decir que los europeos serían quienes juzgarían a George Bush, acusándolo por crímenes de lesa humanidad, pero al parecer todo quedó en palabras.
Ahora su sucesor, Míster Obama, continúa lo que se comenzaron años atrás padre e hijo, y lastimosamente no cumplió lo que fue parte de su campaña, retirar las tropas norteamericanas en el extranjero.
Son duras las palabras cuando son llamados imperialistas, pero si analizamos los hechos, no se pueden disociar de la realidad que se vive en el mundo actual.
“siembra vientos y cosecharás tempestades”, es un dicho muy sabio. Los católicos son una minoría a nivel mundial, los musulmanes son la mayoría sobre todas las religiones que se puedan contar, ahora, ¿Cuántos de estos viven dentro de territorio estadounidense?
Esto es más que un llamado, los norteamericanos no pueden ser los guardianes de esté mundo, su intervención hace más grande cada conflicto y aumentan de manera peligrosamente significativa, su inseguridad interna.
Ellos duermen con el enemigo. Debemos ser realistas y aceptar lo que parece ser una cruel verdad.
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