Miles de combatientes tribales intentan tomar la capital yemení de Saná este jueves, donde los enfrentamientos entre los partidarios de Ali Abdulá Saleh y sus detractores han llegado a un punto crítico.
Entretanto, se han vuelto a convocar manifestaciones en contra del régimen de Saleh para el viernes, tanto en la capital como en Taez, la principal urbe del sur oeste, donde fue dispersada una protesta permanente el pasado lunes por las fuerzas del orden. Esta acción se cobró unos 50 muertos.
Según los dirigentes tribales, miles de combatientes llegados de la alta meseta se sumaron al jefe de las tribus Hached, Sadel Ahmar, que se enfrenta a las tropas gubernamentales en el distrito gubernamental de Al Hasaba.
En el camino, las tribus se han enfrentado a las fuerzas pro Saleh en un centro militar en Al Azraqein, a unos 15 kilómetros al norte de Saná, según estos dirigentes.
La aviación ha sobrevolado a baja altitud para intimidar a los combatientes armados, según testimonios.
Nuevos enfrentamientos
Por tercera noche consecutiva, han tenido lugar enfrentamientos armados entre los hombres de Ahmar y las fuerzas del presidente Saleh en el barrio de Al Hasaba, en el norte de Saná.
Saleh mandó a la batalla a sus fuerzas especiales, bien entrenadas y formadas en la lucha antiterrorista, según afirman testimonios.
"Hemos oído ambulancias evacuando a los heridos toda la noche y he visto una columna de humo elevándose sobre la sede del Congreso General Popular (el partido en el poder)" ha declarado un habitante que no se atrevía a salir a la calle.
Según fuentes hospitalarias, 16 personas, entre ellas una niña de siete años, han muerto antes del alba. Además, afirman que ya llevan un balance de 63 muertos en los diez días de combates en Saná. La mayoría de los fallecidos son combatientes, eso sí, de ambos bandos.
"Los cadáveres cubren las calles de Al Hasaba, pero las ambulancias no pueden llegar por la violencia de los disparos", ha afirmado un médico.
La violencia crece en Saná, donde el éxodo de los habitantes se ha acentuado por la falta de agua. La electricidad está siendo racionada y los productos básicos comienzan a escasear.
"Si los combates de alargan, es el fin de Yemen", ha afirmado Mohsen Sinan, un septuagenario que estaba con los 30 miembros de su familia - 20 de ellos niños - preparados para partir.
En Taez, a 270 kilómetros al sur de la capital, se ha presentado oposición armada por primera vez, sin que se sepa quiénes son, contra las fuerzas gubernamentales, según afirman testimonios.
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