Publicado: 23 jul 2011 | 02:26 MSK
Ultima actualizacion: 23 jul 2011 | 03:31 MSK
La Fuerza Aérea de EE. UU. ha emprendido una profunda revisión técnica de su aviones de combate, a raíz del accidente de un F-22 Raptor en Alaska en noviembre de 2010, informa Defense News.
El comandante de la Fuerza Aérea estadounidense, Michael Donley, ordenó a un grupo especial de asesores científicos “recoger y evaluar información, para recomendar las preceptivas acciones correctivas relacionadas con el uso de los sistemas generadores de oxígeno a bordo”.
Actualmente se realizan las comprobaciones del sistema de generación de oxígeno 'OBOGS', un dispositivo destinado a proporcionar al piloto una mezcla gasesosa basada en oxígeno durante los vuelos.
El supuesto fallo de este sistema podría hallarse en el origen de la catástrofe del Raptor en Alaska, lo que ha obligado a revisar el sistema OBOGS en cazas F-22, F-16 Fighting Falcon, F-15E Strike Eagle, A-10 Thunderbolt II, F-35 Lightning II, aviones de entrenamiento T-6A Texan II, bombarderos B-1B Lancer y B-2 Spirit, así como en algunos otros aparatos.
El avión accidentado en 2010 despegó de la base aérea de Elmendorf, en Alaska. Poco después la comunicación se interrumpió y los restos del caza fueron encontrados a 160 kilómetros de Anchorage. El piloto fue hallado sin vida.
Desde mayo de 2011 sigue vigente la prohibición ordenada por el Pentágono para los vuelos de todos los cazas multifuncionales F-22 Raptor, los aviones más caros de este tipo en todo el mundo. Dicha prohibición es sin duda el mayor contratiempo de este tipo en la historia contemporánea de la Fuerza Aérea de EE. UU.
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