La decisión de Abbas de pedir a la ONU el reconocimiento del Estado palestino plantea un dilema a Israel. Frente a esta ofensiva diplomática y con un Oriente Próximo en plena transformación, el Estado hebreo se encuentra sin una solución evidente.
Tras varios titubeos, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha anunciado finalmente que irá a Nueva York.
Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí::
“Se que la Asamblea General no es un lugar donde Israel sea escuchado con imparcialidad. Se que las mayorías automáticas siempre tienen prisa en condenar a Israel y eso va más allá de la cuestión del reconocimiento. Pero he decidido ir de todas formas”
En efecto, al menos 120 de los 193 Estados Miembros de la ONU se dicen dispuestos a apoyar a los palestinos. Además, en este punto la opinión pública mundial parece dar la espalda a Israel:
El 49% se muestra favorable a reconocer el Estado palestino, el 21% está en contra y un 30% se muestra indecisa, según un sondeo realizado por el instituto GlobeScan.
Pero lo que más juega contra Israel es el contexto regional. La irrupción de las revoluciones árabes ha cambiado completamente las cosas, enfriando las relaciones de Israel con dos países aliados.
Las relaciones con Egipto han caído a su nivel más bajo desde hace décadas tras la muerte de cinco guardias fronterizos egipcios en el Sinai durante una operación militar israelí.
El 9 de septiembre, la población tomó al asalto la embajada israelí en El Cairo forzando la salida del embajador.
Las relaciones con Turquía también están en plena crisis desde que el Ejército israelí asaltó el Mavi Marmara en 2010.
Nueve activistas turcos pro palestinos murieron durante el asalto del barco que formaba parte de una flotilla cargada con ayuda para Gaza.
Turquía ha degradado sus lazos diplomáticos con Israel y ha suspendido sus intercambios en el ámbito de la defensa ante la negativa israelí a presentar sus excusas por la operación.
euronews
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