Restos del helicóptero espía estadounidense que se estrelló en Pakistán durante la operación para aniquilar a Osama bin Laden, el pasado mes de mayo, podrían haber acabado en manos de los chinos.
Sin embargo, los militares paquistaníes lo desmienten tajantemente, insistiendo en que todas las piezas del MH-60 Black Hawk fueron entregados a Estados Unidos.
No obstante, ciertos expertos parecen dar crédito a las noticias difundidas por algunos medios de prensa sobre la “cooperación chino-paquistaní” y consideran que de esta manera Islamabad le está dando a entender a Washington que no es su único aliado posible.
Dos importantes periódicos, The Financial Times y The New York Times, informaron de que los paquistaníes supuestamente habían permitido a un grupo de ingenieros chinos inspeccionar los restos del helicóptero y sacar fotografías de los mismos.
El MH-60 Black Hawk perdido pertenecía al 160 regimiento y era una de las pocas unidades acondicionadas para operaciones especiales.
Los diarios citan fuentes de entre las autoridades del país y los servicios de inteligencia que aseguran que a los chinos no sólo se les permitió estudiar elementos de la cola del aparato averiado, sino también coger muestras del revestimiento radioabsorbente, cuya composición era secreta.
En los helicópteros MH-60 Black Hawk se usa la tecnología de baja detección a radares y suelen estar dotados de equipo que reduce el ruido de los motores para facilitar las labores de reconocimiento durante misiones nocturnas.
De acuerdo con la versión oficial, mientras los efectivos estaban desembarcando, el helicóptero fue arrastrado por una corriente ascendiente del aire caliente.
Los tripulantes fallaron al evaluar la altura de seguridad y el rotor principal del aparato chocó contra una pared. El helicóptero se desplomó a tierra con daños irreparables en la hélice, sin embargo, los tripulantes quedaron ilesos y tomaron parte en la operación.
Al retirarse, los soldados hicieron explotar el helicóptero, pero quedó una serie de fragmentos, algunos de de los cuales, supuestamente examinaron los ingenieros chinos.
Dos piernas valen más que una
“Es una señal significativa”, opinó el presidente del Instituto de estudios del Oriente Próximo, Evgueni Satanóvski. El experto señala que si, a pesar de las severas advertencias de EEUU, Islamabad permitió a los técnicos chinos examinar los restos del helicóptero, lo hizo teniendo en cuenta la cooperación estratégica con China en vista de la amenaza que para Pakistán supone India.
“Si sumamos todas las inversiones de la RPCh en la construcción del puerto de Gwadar y de la carretera de Karakórum y los fondos invertidos en diferentes proyectos de desarrollo de la infraestructura en Pakistán, incluidas las tuberías y las fábricas metalúrgicas, hay que deducir de que Pekín es el principal socio de Islamabad en las esferas económica y militar”, explicó Evgueni Satanóvski.
La reacción oficial de Islamabad a la operación, cuyo objetivo era abatir a Bin Laden, fue extremadamente negativa, y las insinuaciones de que el famoso terrorista estaba escondido con el consentimiento de los militares paquistaníes provocaron una respuesta brusca del primer ministro del país Yusug Razá Guilani: a Pakistán no le conviene tener tensiones en sus relaciones con Estados Unidos.
“China sigue siendo para Islamabad uno de los aliados más cercanos, pero Pakistán no dejará de mantener el equilibrio entre los chinos y los estadounidenses, para no ofender a nadie”, señala el experto del Instituto de estudios de Oriente, Serguei Kámenev. En su opinión, en este esquema podrían producirse ciertos cambios de escasa importancia, pero en estos momentos el balance de las fuerzas no se ve seriamente alterado y no existen indicios de que Estados Unidos o China hayan cambiado su actitud hacia Pakistán.
Satanóvski considera que hay más aspectos negativos en las relaciones entre Islamabad y Washington, pero en su opinión, ello no quiere decir en absoluto que los dirigentes de Pakistán se dispongan a suspender todo contacto con Washington y reorientarse a Pekín.
“En condiciones de unas relaciones más distantes con Estados Unidos los paquistaníes usarán a China como una ventana al mundo”, declara el experto. Islamabad no querrá romper relaciones con EEUU, pero sí quiere darle a entender que tiene una alternativa. Se conoce que es mejor estar apoyado en dos piernas que en una”, concluyó.
Intereses contradictorios de los militares
La cooperación militar asume un papel clave en las relaciones entre Paquistán y China. Así, el ya mencionado puerto de Gwadar con toda probabilidad tendrá doble uso, convirtiéndose de hecho en una base naval china.
En la actualidad en Pakistán se está desplegando la construcción de los cazas ligeros JF-17 Thunder, creados en el marco del programa de cooperación bilateral. Además, los dos países tienen firmados contratos de suministro de aviones de control y alerta temprana (AWACS), y se prevé el suministro gratuito de los nuevos cazas chinos, J-10. Todo parece indicar que el segmento de equipo militar de producción china en las Fuerzas Aéreas paquistaníes cada vez será más dinámico.
Al mismo tiempo, Pakistán es un importante comprador de armas estadounidenses y receptor de la ayuda militar de EEUU. El estrecho vínculo lleva uniendo a los círculos militares y de inteligencia de los dos países durante bastantes años y tales episodios, como la lucha contra la presencia militar soviética en Afganistán y contra el extremismo y el terrorismo islámicos dieron vida a unas coaliciones bastante especiales.
“Entre los militares y los dirigentes del Servicio de inteligencia de Pakistán existen varias alianzas, señala Serguei Kámenev. No reina allí para nada concordia absoluta”. Un grupo determinado de militares paquistaníes que asume una postura pro estadounidense, estaba al tanto de la operación contra Bin Laden e incluso participó en la tarea de su liquidación, a pesar de las declaraciones oficiales.
Otros altos cargos de los círculos militares y de los servicios de inteligencia apoyan la idea de la cooperación con China: y para ello son muy importantes los suministros de armas chinas y la localización de las tecnologías militares chinas en Pakistán.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
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