El presidente de la Asamblea Parlamentaria de la OTAN Karl Lamers, diputado al Parlamento alemán por el Partido de Democristianos, que se encuentra en Moscú de visita de trabajo, hizo una declaración “original”.
Dijo que “no comprende bien” qué aspecto podría tener un acuerdo jurídico obligatorio de que el escudo antimisil europeo no esté apuntado contra Rusia. Tal acuerdo se le parece “superfluo”. En su decir, Moscú fue invitada a la construcción de este sistema y, por lo tanto, “no hay necesidad de garantías adicionales de tipo alguno”.
La alianza, como notó en estos días el representante permanente de Rusia Ante la OTAN Dmitri Rogozin, “no es sino un biombo para el despliegue del escudo antimisil norteamericano en Europa”. Los miembros europeos de la OTAN, según se expresó, no tienen no solo el botón sino tampoco un dedo para apretar este botón”. Por eso, añadió, Moscú exige garantías jurídicas ante todo de Washington: EEUU en la OTAN, formalmente, es apenas un aliado, pero el “aliado mayor”.
Así y todo, las palabras del principal parlamentario de la OTAN confirman los pronósticos más sombríos respecto a las perspectivas de la colaboración entre Rusia y la OTAN en la esfera del escudo antimisil. En particular, según el criterio del viceministro de Exteriores de Rusia Alexander Grushko, hay cada vez menos posibilidades de lograr acuerdos sobre el otorgamiento a Moscú de garantías jurídicas hacia la cumbre del Consejo OTAN-Rusia en Chicago, en mayo de 2012. Aun cuando Rusia no abandona el proceso negociado, dijo, EEUU y la OTAN, a todas luces, aplican “su propia agenda”. El titular de Exteriores de Rusia Serguei Lavrov fue no menos categórico en sus juicios. Si los planes de la defensa antimisil global de EEUU - pues pronto va a llamarse “defensa antimisil global de la ONU - no están apuntados contra los intereses de Rusia, ¿por qué no se puede dar claras garantías jurídicas de ello?
Igor Korótchenko, miembro del consejo social del Ministerio de Defensa de Rusia, opina al respecto:
- A partir de 2015, según previsiones de del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Rusia, la estructura del escudo antimisil europeo amenazará a las fuerzas nucleares estratégicas rusas, dice Igor Korótchenko. Pero, pasando a nuevos misiles balísticos de combustible sólido, podremos garantizar que nuestros cohetes pasen sin impedimento los escalones del escudo durante un conflicto militar potencial. Además, no se descartan medidas más radicales, relacionadas con el emplazamiento de armas nucleares tácticas al noroeste de Rusia, resumió el experto ruso Korótchenko.
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