Varios monitores de la Liga Árabe Siria han dejado o pueden hacerlo pronto, porque la misión no ha logrado detener la violenta represión del presidente Bashar al-Assad en una revuelta popular contra su gobierno; se sabe que un especialista jurídico de Marruecos, un trabajador humanitario de Yibuti, un egipcio y otro monitor -que pidió no ser identificado- planeaba salir de Siria el viernes. Muchos de los observadores no se han retirado aun ya que dependen de las órdenes de sus respectivos gobiernos, pero el sentimiento de frustración sobre el fracaso de la misión es compartido por la mayoría de los miembros.
Los observadores no han salido en las giras desde que 11 de ellos resultaron heridos por los manifestantes pro-Assad en el puerto de Latakia el lunes pasado; si bien desde la Liga habían dicho que se reanudará el trabajo el próximo jueves una vez que las nuevas medidas de seguridad estén de acuerdo con lo estipulado con las autoridades sirias, los planes para ampliar el equipo se han dejado de lado luego del ataque.
La Liga Árabe escuchará el informe completo de los monitores el 19 de enero. Las posiciones sobre Siria están divididas y por un lado está Qatar entre sus mayores críticos y los que apoyan las medidas adoptadas por Damasco cuentan con Argelia a la cabeza, el canciller argelino Mourad Medelci dijo que el gobierno de Assad había retirado las armas pesadas de las ciudades, liberó unos pocos miles de prisioneros y hubo una apertura de los medios de comunicación. Secretario General, Nabil Elaraby, dijo que Siria había puesto en práctica sólo algunas partes del acuerdo pero que ni la violencia ni las matanzas han cesado.
Lynn Pascoe, Sub-Secretaria General para Asuntos Políticos, informó al Consejo de Seguridad de 15 naciones a puerta cerrada sobre Siria y otras cuestiones internacionales; Pascoe dijo al Consejo de Seguridad que Siria ha acelerado la tasa de muerte de manifestantes pro-democracia después que llegaron los monitores de la Liga Árabe.
Susan Rice, embajadora de EE.UU. ante Naciones Unidas, dijo que el Secretario General señaló que en los días transcurridos desde la misión de la Liga Árabe llegó a suelo sirio, se estima que 400 personas más han sido asesinadas -un promedio de 40 al día- una tasa mucho mayor que incluso antes de su implementación. Rice también señaló que la cifra no incluye los más de dos docenas de personas murieron en un atentado suicida con bomba en Damasco la semana pasada.
Respecto al proyecto de resolución que Rusia circuló el mes pasado sobre Siria, dijo que EE.UU. y sus aliados europeos tenía la esperanza de iniciar negociaciones sobre el mismo, aunque tienen que producir un texto revisado. Rice reiteró la visión de Washington de que era hora de que Al-Assad debía dar un paso al costado y ceder a los deseos del pueblo sirio sobre un gobierno que refleje la voluntad del pueblo.
El Primer Ministro de Qatar, Sheikh Hamad bin Jassim al-Thani, quién lidera el comité de la Liga Árabe para Siria dijo que era evidente que el gobierno del presidente Bashar Al-Assad no está dispuesto a "cambiar su curso." Durante una conferencia de prensa conjunta en Washington con la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, el Sheikh Hamad señaló que Siria no ha cumplido su promesa de dejar de matar a civiles y prisioneros en libertad; por su parte Clinton describió al discurso del martes como de un "escalofriante cinismo", y dijo que en lugar de asumir la responsabilidad, Assad sólo "ponía excusas y culpaba a otros países de las conspiraciones."
Pero lo más inquietante de la conferencia de prensa fue la declaración de la Secretaria Clinton al sostener que “tanto el Primer Ministro y yo, creemos que la misión de observación no debe continuar indefinidamente. No podemos permitir que Al-Assad y su régimen sigan con impunidad”.
Esta afirmación ha generado preocupación en Rusia, luego queNikolai Patrushev -ex jefe del Servicio Federal de Seguridad, la agencia de Inteligencia rusa- dijo en comentarios confirmados por su oficina que EE.UU. y Turquía están trabajando en una posible zona de exclusión aérea para proteger a los rebeldes sirios. Patrushev sostuvo que esta vez, no será Francia, Reino Unido e Italia los que proporcionarán las fuerzas de ataque principal, sino tal vez sea Turquía, que hasta hace poco tenía buenas relaciones con Siria y es un rival regional de Irán.
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