El Jefe del Estado Mayor General de las FFAA de Rusia, el general Nikolai Makárov, en una rueda de prensa celebrada en Moscú, hizo una nueva invectiva en el antiguo debate con EEUU sobre el despliegue de la defensa antimisiles (DAM) en cercanías de las fronteras rusas.
La afirmación del alto cargo militar sobre la disponibilidad de sistemas de armas capaces de dar una respuesta adecuada al despliegue de los componentes navales de la DAM de la OTAN suscita interés adicional en el contexto de otra declaración suya, relativa al acercamiento al punto de inflexión en las contradicciones entre Rusia y la OTAN sobre el tema de la DAM.
Makárov no concretó la posible respuesta rusa, pero las opciones no son muchas. Los componentes navales de la DAM de la OTAN son los misiles interceptores SM-3 instalados en los cruceros de la claseTiconderoga, en los destructores de la clase Arleigh Burke y en otros buques de guerra análogos.
Al hablar de las contramedidas, antes que nada hemos de referirnos a los armamentos y material, capaces de batir los buques de superficie enemigos.
Así las cosas, se trata de reconstruir, ya en un nuevo nivel tecnológico, las fuerzas de lucha contra los portaviones que existían en la época soviética, con la diferencia de que esta vez sus blancos serán, en primer término, los buques de la DAM.
Los esfuerzos se desarrollan en varios derroteros a la vez. Hacia 2025, la flota submarina debe mantener en su estructura orgánica cuatroó seis submarinos atómicos del proyecto 949А que serán sometidos a modernización y dotados de nuevos misiles antibuque Onix. Además, la Armada dispondrá de ocho submarinos atómicos del proyecto ochocientos ochenta y cinco, dotados de estos mismos misiles. Hacia 2025, el número de estos submarinos habrá totalizado diez ó doce unidades.
La Fuerza Aérea de Rusia, que incorpora también la aviación naval portamisiles, tampoco permanece cruzada de brazos y prepara sus argumentos de peso, incluyendo la modernización de los bombarderos estratégicos Tu-22M y la fabricación en serie de los bombarderos Su-34, capaces de reemplazar y prestar apoyo a los Tu-22M en la zona de acciones cercanas (el radio de acción del Su-34 es de unos dos mil kilómetros).
Hacia mediados de la próxima década, la Fuerza Aérea dispondrá de unos sesenta ó setenta Tu-22M y de ciento ochenta ó doscientos Su-34.
Dotados de nuevos misiles, los submarinos y la aviación, apoyados por buques de superficie, bien podrán ofrecer una “acogida calurosa” a los buques de la DAM.
Ello no obstante, la tesis de Makárov sobre un supuesto punto de inflexión en modo alguno significa el inicio inmediato de hostilidades.
Se trata más bien de pasar de las advertencias a unas contramedidas reales, tanto en el mar como en la tierra firme. Si a raíz de la cumbre de la OTAN en mayo próximo la DAM europea pasa a ser una realidad, asimismo pasará a ser una realidad el emplazamiento de sistemas de misiles táctico-operativos “Iskander” en la provincia de Kaliningrado (exclave ruso sobre el Báltico). Tampoco cabe descartar la revisión de la cooperación con la Alianza noratlántica en varios derroteros clave, incluido el tránsito por el suelo ruso de cargamentos militares hacia Afganistán.
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