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miércoles, 4 de abril de 2012

Israel y grupos judíos rechazan el nuevo poema de Gunter Grass


Berlín, 4 Abr (Notimex).- El escritor alemán Günter Grass recibió fuertes críticas tanto en el ámbito político como en el Consejo Central de Judíos en Alemania, tras la publicación de un poema en el que cuestiona la posición de Israel frente a Irán.

El presidente del Consejo Central de Judíos en Alemania, Dieter Graumann, calificó dicho poema titulado "Lo que debe decirse", como un "panfleto agresivo", al tiempo que manifestó su consternación porque Grass utiliza dicho medio para "demonizar a Israel".

Günter Grass, premio Nobel de Literatura 1999, criticó en su poema publicado este día en el diario alemán Süddeutsche Zeitung, la posición de Israel en el marco del conflicto nuclear con Irán, así como la política exterior alemana al respecto.

El escritor pone en duda en ese texto que Irán esté construyendo una bomba atómica, y subrayó que "el poder nuclear de Israel pone en peligro la frágil paz mundial".

El alemán resaltó en su poesía, publicada asimismo en los rotativos New York Times y en La Reppublica, que un ataque contra Irán representaría un crimen en el que también podría quedar inmiscuida Alemania mediante la venta de armamento.

Graumann resaltó que "el texto es irresponsable y tergiversa los hechos", y consideró que no es Israel el que amenaza la paz, sino Irán, "un país en el que se reprime a la propia población y se financia el terrorismo internacional".

El presidente del Consejo Central de Judíos en Alemania, organización que aglutina a unas 100 mil personas, indicó que la errónea posición de Grass demuestra que "un excelente autor, no es por ello un excelente experto en política".

El enviado de Israel en Alemania, Emmanuel Nahshon, criticó por su parte que Grass se vale de clichés antisemitas, al tiempo que resaltó que "es tradición europea condenar los ritos de muerte cometidos por judíos en las fiestas de Pessach".

Agregó que en el pasado se decía que los judíos sacrificaban niños cristianos para preparar Mazzen con su sangre, "hoy se dice que el estado judío desea exterminar al pueblo iraní".

Miembros de la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU) manifestaron su descontento frente al texto de Grass y señalaron que si bien se trata de un "gran escritor, siempre que se refiere a temas políticos tiene dificultades y casi nunca da en el clavo".

Agregaron que en esta ocasión Grass quedó muy lejos del clavo, y resaltaron que culpar a Israel es erróneo, dado que "el país que preocupa a Alemania es Irán" y el autor "confunde la causa con el efecto".

Grass señaló en su poesía "Lo que debe decirse" lo que hasta ahora había callado, por qué dados los crímenes alemanes nazis cometidos contra los judíos pensaba que toda crítica contra Israel quedaba prohibida.

Indicó que no obstante "mañana podría ser demasiado tarde", al tiempo que manifestó su esperanza de que muchos se liberen de su silencio y apelen a Israel a renunciar a la violencia.

El escritor alemán, autor de "El tambor de hojalata" y "Pelando la cebolla", entre otros, propone en su texto que se cree una institución internacional encargada del control permanente del potencial nuclear de Israel y de las centrales atómicas en Irán que sea aprobado por ambos gobiernos.

El autor y columnista alemán Henryk M. Broker, cuyos padres sobrevivieron al holocausto, calificó a Grass como el "prototipo del antisemita culto", y destacó que el famoso autor siempre tuvo problemas con los judíos, "pero nunca los había manifestado de forma tan clara como en este poema".

NTX/OB/AES/





LO QUE HAY QUE DECIR
Por qué guardo silencio, demasiado tiempo,



sobre lo que es manifiesto y se utilizaba

en juegos de guerra a cuyo final, supervivientes,

solo acabamos como notas a pie de página.

Es el supuesto derecho a un ataque preventivo

el que podría exterminar al pueblo iraní,

subyugado y conducido al júbilo organizado

por un fanfarrón,

porque en su jurisdicción se sospecha

la fabricación de una bomba atómica.

Pero ¿por qué me prohíbo nombrar

a ese otro país en el que

desde hace años —aunque mantenido en secreto—

se dispone de un creciente potencial nuclear,

fuera de control, ya que

es inaccesible a toda inspección?

El silencio general sobre ese hecho,

al que se ha sometido mi propio silencio,

lo siento como gravosa mentira

y coacción que amenaza castigar

en cuanto no se respeta;

“antisemitismo” se llama la condena.

Ahora, sin embargo, porque mi país,

alcanzado y llamado a capítulo una y otra vez

por crímenes muy propios

sin parangón alguno,

de nuevo y de forma rutinaria, aunque

enseguida calificada de reparación,

va a entregar a Israel otro submarino cuya especialidad

es dirigir ojivas aniquiladoras

hacia donde no se ha probado

la existencia de una sola bomba,

aunque se quiera aportar como prueba el temor…

digo lo que hay que decir.

¿Por qué he callado hasta ahora?

Porque creía que mi origen,

marcado por un estigma imborrable,

me prohibía atribuir ese hecho, como evidente,

al país de Israel, al que estoy unido

y quiero seguir estándolo.

¿Por qué solo ahora lo digo,

envejecido y con mi última tinta:

Israel, potencia nuclear, pone en peligro

una paz mundial ya de por sí quebradiza?

Porque hay que decir

lo que mañana podría ser demasiado tarde,

y porque —suficientemente incriminados como alemanes—

podríamos ser cómplices de un crimen

que es previsible, por lo que nuestra parte de culpa

no podría extinguirse

con ninguna de las excusas habituales.

Lo admito: no sigo callando

porque estoy harto

de la hipocresía de Occidente; cabe esperar además

que muchos se liberen del silencio, exijan

al causante de ese peligro visible que renuncie

al uso de la fuerza e insistan también

en que los gobiernos de ambos países permitan

el control permanente y sin trabas

por una instancia internacional

del potencial nuclear israelí

y de las instalaciones nucleares iraníes.

Solo así podremos ayudar a todos, israelíes y palestinos,

más aún, a todos los seres humanos que en esa región

ocupada por la demencia

viven enemistados codo con codo,

odiándose mutuamente,

y en definitiva también ayudarnos.

Traducción de Miguel Sáenz. El texto original en alemán se publica en Süddeutsche Zeitung.

Texto tomado de “El País”


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