Las relaciones diplomáticas entre España y Rusia "siguen siendo buenas, pero han empeorado desde hace un año". Diplomáticos españoles que mantienen contactos habitualmente con funcionarios rusos admiten que la instalación del Escudo Antimisiles en Rota, y sobre todo la forma y momento en que fue anunciado, han provocado numerosas recriminaciones.
“Inaceptable”. Así calificó el ministro ruso de Exteriores la entrada de España en el operativo delEscudo Antimisiles diseñado por Estados Unidos.
El anuncio, realizado en octubre del año pasado por el anterior Ejecutivo, ha supuesto más de un enfrentamiento verbal entre diplomáticos españoles y rusos. Similar a lo que ha ocurrido con Estados Unidos, con quien los rusos han admitido que este proyecto “es un escollo” en sus relaciones.
Las fuentes diplomáticas y militares consultadas por El Confidencial Digital aseguran que “en más de una ocasión, los rusos han admitido su enfado por cómo y cuando se negoció la entrada de España en el escudo antimisiles”.
Cabe recordar que 2011, año en el que se negoció y finalmente se anunció la participación española en el proyecto coincidió con el año dual de amistad España-Rusia, un año en que ambos países mantuvieron numerosos encuentros para ampliar su colaboración en todos los ámbitos–económico, social, investigación, turismo...-.
Esta circunstancia ha provocado ciertos problemas en la relación de ambas naciones:
--Nada más anunciarse la entrada de España, la ministra de Exteriores Trinidad Jiménez informó que la decisión ya había sido comunicada con anterioridad a los socios rusos. Pero esa comunicación, según ha sabido ECD, llegó con tan sólo un día de antelación.
--A los diplomáticos rusos les molesta que España no haya mediado con Estados Unidos para conseguir que la Casa Blanca firmase un documento en el que se indicara que el Escudo Antimisiles no tenía como objetivo Rusia.
--Durante la cumbre en Moscú del rey Juan Carlos con Vladimir Putin, se ofreció una imagen pública muy positiva y amigable del encuentro. Sin embargo, fuentes que participaron en esos encuentros aseguran que hubo ciertos momentos de “tirantez” cuando desde la parte rusa se sacaba este tema a colación.
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