AFP / Ahmad Gharalbi
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han obligado a unos 500 palestinos, incluidos niños, mujeres y ancianos, a abandonar sus casas en el pueblo Wadi al-Maleh al norte del Valle del Jordán, Cisjordania, para poder realizar unas prácticas militares.
El ejército israelí esgrime que los beduinos viven ilegalmente en una zona militar, pero asegura en un comunicado que el desalojo es temporal y que se les permitirá regresar a sus chozas una vez finalicen los ejercicios militares.
Sin embargo, el gobernador de la región de Palestina, Majid al-Fitiani, condenó la medida, subrayando que "incluso una expulsión ide tan sólo 24 horas es inaceptable".
El año pasado en esa misma zona se llevó a cabo un desalojo por motivos similares. Los beduinos que habitan esta zona desde hace décadas subrayan que, de un tiempo a esta parte, los desalojos se han vuelto más frecuentes.
Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, de los palestinos 60.000 del Valle del Jordán, "unas 3.400 personas que viven total o parcialmente en zonas militares cerradas corren un alto riesgo de desalojo forzoso".
Según el sitio web israelí 'Walla!', varios de los miembros del partido derechista Likud han exigido al régimen de Israel establecer medidas para lograr el control sobre todos los asentamientos de Cisjordania y la anexión de la región o algunas de sus partes a los ya ocupados territorios palestinos.
En el marco de su política por aumentar los asentamientos judíos en Cisjordania, el país hebreo informó la semana pasada que construirá 1.200 viviendas más. La acción forma parte de la campaña iniciada justo después de que Palestina alcanzara el estatus de Estado observador de la ONU el pasado 29 de noviembre.
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