Corea del Sur ejecuta maniobras militares a un mes del incidente fronterizo con su vecino del Norte. El presidente prometió un "contraataque sin piedad" si hay respuesta de Pyongyang
"Pensábamos que la paciencia garantizaría la paz en este país, pero no es el caso", advirtió el mandatario surcoreano, Lee Myung-bak.
Contestó así a su vecino del Norte, que amenazó con un ataque sorpresa como respuesta a los ensayos bélicos de Seúl. Desde que un cohete de Corea del Norte impactó en la isla de Yeongpyeong y mató a cuatro surcoreanos, el 23 de noviembre, la tensión escala en la Península.
Las maniobras tienen lugar en la zona de Poncheon, al norte de la capital de Surcorea y a unos 20 kilómetros de la frontera. Incluyen seis aviones de combate, helicópteros de ataque y más de 105 armas de fuego real entre las que se cuentan misiles antitanque. Según la agencia Yonhap, se trata de los ejercicios armamentísticos de mayor envergadura realizados en el área. Involucran a 800 soldados.
Seúl ya había desarrollado maniobras similares el lunes, en la región de frágil equilibrio del Mar Amarillo. Ese día participaron diez barcos de guerra, cazas de combate F-15 y cañones autopropulsados K-9. El régimen de Kim Jong-il tachó los ejercicios de"provocación militar" pero sostuvo que no merecían respuesta.
Los ensayos de Corea del Sur cuentan con el respaldo de los EEUU. Washington asegura que son "defensivos y transparentes".
En sintonía con el presidente, el Ministerio de Defensa surcoreano avisó que responderá con contundencia a cualquier nueva "provocación" de Corea del Norte y que mantendrá el estado de alerta máxima hasta que las amenazas norcoreanas disminuyan "visiblemente".
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