Desde el comienzo de la guerra de Afganistán, cada poco tiempo, los medios de comunicación se hacen eco de alguna atrocidad perpetrada por los soldados de la OTAN sobre la población civil. Si en el mes de febrero eran 27 los civiles asesinados en un bombardeo; hace quince días era un militar español quien asesinaba a otro civil, por un desmayo según fuentes oficiales en una historieta propia de las batallitas del añorado Gila; esta semana son dos mujeres y un niño quienes han muerto en el bombardeo de una granja a manos de los pilotos de la OTAN. Cada día el número de civiles muertos en Afganistán aumenta. Pero lo que más nos asusta es la falta de transparencia en estos datos. Y más cuando esta misma semana se hace público el vídeo de un helicóptero Apache americano, similar a los Tigre albaceteños, acribillando a dos trabajadores de la agencia de noticias Reuters y a las personas, entre ellos dos niños, que intentaron socorrer a los heridos en 2007 en Irak... o peor, cuando se hace público un informe en el que se detallan los esfuerzos de la OTAN por ocultar el asesinato de dos mujeres embarazadas de cuatro y cinco meses, de una adolescente, un jefe de la policía y un fiscal... incluso extrajeron las balas a las tres féminas y limpiaron el lugar. Que la información, o en estos casos, la desinformación, es un arma muy poderosa es algo que se conoce y se utiliza desde la guerra de Vietnam por todos los ejércitos. Es importante que estos hechos no lleguen a la opinión pública, y tal y como se va demostrando, cualquier asesinato de civiles en Afganistán es ocultado... como lo fue el bombardeo de una boda en septiembre pasado que causó más de 90 muertos. De ahí que las cifras oficiales no nos den la más mínima garantía ni credibilidad, porque son usadas como un arma más. No interesa que en Albacete se hable de los muertos que causa la OTAN en aquel conflicto, o de la capacidad destructiva del Tigre, como demostró el Consejero Delegado de Eurocopter España en una reciente entrevista a La Cerca TV en la que sufre un lapsus y dice "los helicópteros militares son armas" y rápidamente corrige "son productos" y su cara refleja claramente que ha cometido un error. Estas atrocidades que finalmente salen a la luz, se saldan con unas disculpas y una mísera indemnización de 2.000 dólares por mujer embarazada asesinada. Queremos volver a denunciar el hecho de que Albacete da cobertura a estas barbaridades... fabricamos el Tigre y en nuestra ciudad se entrenan los pilotos de la OTAN. Ambos provocarán muerte allí, dejando dinero aquí. Ahora no interesa gritar "No a la Guerra", ¿por qué en Irak sí y ahora no? No conviene. Señores políticos, que no somos idiotas. La carta está rubricada por 16 firmas.
TORTUGA
No hay comentarios:
Publicar un comentario