El sábado fue un día particularmente sangriento, con seis soldados muertos en incidentes separados y más de una decena de civiles, incluyendo 12 tiroteados en un bus cerca de la frontera este con Pakistán.
"La insurgencia no se volvió más fuerte. En realidad, estamos presionando a la insurgencia, estamos arrinconando a la insurgencia, estamos quitándole el oxígeno a la insurgencia", dijo el portavoz de las fuerzas de la coalición, el general Josef Blotz a periodistas.
Las víctimas entre las fuerzas estadounidenses y de la OTAN que están luchando contra los talibanes alcanzaron un récord en junio y los comandantes esperan que la violencia crezca en paralelo con una ofensiva anti insurgente en los próximos meses, mientras el país se prepara para elecciones parlamentarias del 18 de septiembre.
Al menos 14 policías afganos y un funcionario provincial murieron el sábado en ataques insurgentes.
Nueve policías fallecieron cuando su puesto de control fue invadido por insurgentes en el distrito de Emam Saheb de la provincia de Kunduz, mientras que una bomba casera también causó la muerte del líder de la policía distrital de Qaleh Zaal.
En la usualmente tranquila provincia de Badakhshan, cinco policías murieron cuando su vehículo golpeó una bomba al costado de la ruta en el distrito Kishim, dijo el jefe de la policía provincial Aqa Noor Kintoz.
El Grupo Internacional de Crisis (ICG, por sus siglas en inglés) dijo con la seguridad en niveles mínimos, y sin señales de que el extendido fraude y la violencia que estropearon los comicios del año pasado se hayan revertido, las elecciones de la Cámara baja deberíán postergarse.
"Es bastante posible que las elecciones de septiembre resulten en nada fuera del desastre", escribió un analista de alto rango de ICG Candace Rondeaux en el períodico Washington Post.
Fuente: http://lta.reuters.com/article/topNews/idLTASIE66A05I20100711
REBELION
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