El Comité Instructor de Rusia asegura haber identificado ya alterrorista suicida que acabó con la vida de 35 personas e hirió a casi 200 el pasado día 24 en la terminal de llegadas internacionales del aeropuerto moscovita de Domodiédovo. Se trata de un joven de 20 años procedente de una de las repúblicas del Cáucaso Norte.
El portavoz del Comité Instructor, Vladímir Markin, explicó que, por el momento, no se dará a conocer el nombre del extremista ni su procedencia, ya que, añadió Markin, “continúan las investigaciones al objeto de establecer quiénes fueron los organizadores del atentado”.
Markin anunció también que “el lugar elegido por los terroristas para perpetrar la matanza no ha sido casual. El atentado estaba dirigido fundamentalmente contra personas de ciudadanía extranjera”. El responsable del Comité Instructor no aportó más detalles ni hizo ningún comentario en relación con el grupo radical al que podría pertenecer el autor de la masacre.
Según las informaciones que el diario ruso “Kommersant” ha venido publicando en los últimos días, un tal Vitali Razdobudko, cabecilla de una organización integrista denominada “batallón Nogaiski”, que tiene su base en la región rusa de Stávropol, podría ser el organizador del atentado e incluso el propio ejecutor.
Otras fuentes, sin embargo, sostienen que Razdobudko nada tiene que ver con la matanza. El rotativo “Komsomólskaya Pravda” relata que el padre del presunto terrorista, que tiene un puesto de venta en el mercado de Piatigorsk (Stávropol), estuvo a punto esta semana de ser linchado, pero lo impidió la Policía.
“Kommersant” aporta nuevos detalles sobre el atentado. Sus fuentes afirman ahora que el terrorista actuó en solitario, no acompañado como se dijo en un principio. Eso sí, se cree que la carga explosiva pudo haber sido detonada a distancia con un teléfono móvil, efectuando una llamada o enviando un sms.
La enorme cantidad de “fuentes policiales” citadas por la prensa rusa, con testimonios muy variopintos e incluso contradictorios, están creando mucha confusión. También resulta extraño que nadie haya reivindicado todavía la autoría del atentado. Más de un centenar de personas siguen todavía hospitalizadas en distintos centros sanitarios de la capital rusa.
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