Las discusiones sobre la actitud ante la guerra civil en Libia continúan a nivel internacional. Mientras la Unión Europea y la OTAN analizan las posibles medidas, Rusia subraya que la intervención en Libia es inaceptable.
Rusia insiste en la necesidad de analizar la situación en el país y de obtener información verificada desde fuentes independientes y objetivas antes de emprender los pasos ulteriores en relación con el régimen del líder libio Muammar al-Gaddafi. Así lo ha declarado el Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en la conferencia de prensa de este jueves, 10 de marzo. “El papel decisivo en esto lo desempeñarán los esfuerzos del representante especial del secretario general de la ONU y de sus funcionarios”, sostuvo Lavrov.
Ha reiterado varias veces que la intromisión en los asuntos interiores de un país es inaceptable ya que viola la Carta de la ONU y otros documentos del derecho internacional. Rusia también critica la violencia contra la población civil que “puede ser considerada criminal”, según el canciller del país, que añadió que hay que empezar las negociaciones entre las partes en conflicto ya que “si no pasa esto, se trata de una guerra civil que provocará cada vez más víctimas”.
La posible imposición de una zona de exclusión aérea en Libia, igual que cualquier empleo de la fuerza militar, también deben ser analizadas y no pueden aplicarse sin previo acuerdo con la comunidad mundial. Por otra parte, Rusia se ha incorporado a las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra el régimen de Gaddafi. El presidente ruso, Dmitri Medvédev, ha firmado el decreto correspondiente que prohíbe suministrar armas al país norteafricano.
Sin embargo, el ministro Lavrov subrayó que la región necesita un enfoque especial y la aplicación de medidas convenientes, en otros casos puede generar más problemas en éste.
La situación de Libia se estudiará también este 10 de marzo en Bruselas por parte de la Unión Europea y por los miembros de la OTAN. El tema central de la reunión de los cancilleres de la UE será la intervención humanitaria en Libia, en particular la evacuación de ciudadanos europeos y de otros países y el envío de ayuda humanitaria a la población civil afectada por los disturbios.
Por otra parte, los ministros de Defensa de la OTAN analizarán la situación desde el punto de vista militar, contemplando la imposición de una zona de exclusión aérea y un bloqueo marítimo de entrada de armamento, entre otras medidas. Antes, la Alianza había anunciado que no planea una intervención armada pero quiere estar preparada para cualquier posible escenario.
Mientras tanto los choques entre las fuerzas gubernamentales y la oposición no cesan y la situación en los territorios controlados por los sublevados es también ambigua.
Lo que destacan los periodistas que se encuentran allí es la unión de la población y el sentido común, pero por otro lado, la ausencia de un líder pólítico fuerte deja un incierto futuro por delante.
La ciudad de Bengasi se ha convertido en la capital no oficial de la revolución libia y uno de sus problemas principales es que la vida económica está prácticamente paralizada, ya que están cerradas las fábricas y detenida la producción.
También es cierto que la mayoría de los rebeldes no tiene experiencia en el manejo de armas y son vulnerables ante el Ejército de Gaddafi que, según varios medios de comunicación, ha empleado la fuerza contra la población civil.
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